La arquitectura de la primera mitad del siglo XX internalizó el trauma que estaba suponiendo la tuberculosis y dio como respuesta la arquitectura moderna, que aportaba lo mismo que los manuales médicos de la época recomendaban: aire libre, terrazas, sol, blancura e higiene.
¿Qué pide la sociedad a los museos y centros culturales en el siglo XXI? ¿Qué aporta la arquitectura a estos espacios? Estas y otras cuestiones se abordan en un libro que edita el Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC).