Casas de Eufemia es una aldea ubicada al suroeste de Requena (Valencia) cuyo origen toponímico le viene de Eufemia de Pradas, quien en el siglo XVII ya figuraba como principal propietaria de una gran cantidad de terrenos. En las primeras décadas del siglo XX, con la expansión del viñedo y la llegada de nuevos pobladores, el lugar gozó de tal auge económico y demográfico que hizo que alcanzara la categoría de aldea en la década de 1940. Enlazando con la tradición vinícola de la región, el estudio de Belén Ilarri ha llevado a cabo la rehabilitación de una antigua bodega familiar que ha dado lugar a la creación de la Residencia CASU, un proyecto que revitaliza una estructura histórica y la convierte en una vivienda contemporánea.
Con una inversión de 118.000 euros, esta transformación de 155 m² se ha realizado respetando el pasado del lugar, al tiempo que se ha adaptado a las necesidades modernas de habitabilidad y confort.
El desafío principal del proyecto ha sido preservar la identidad de la bodega, construida en los años 30, «manteniendo su esencia histórica pero integrando elementos funcionales para una vida contemporánea. Gracias a una cuidada rehabilitación, el proyecto logra honrar la memoria del pasado y añadirle una nueva vida moderna, resultando en un espacio funcional y acogedor», explican desde el estudio.
El patio
Uno de los cambios más importantes ha sido la creación de un patio exterior, inexistente en la estructura original. Este nuevo espacio aporta luminosidad, pero también una ventilación natural que mejora significativamente la calidad de vida en el interior de la vivienda.
La introducción de una escalera curva conecta los diferentes niveles de la casa, integrando de manera armónica la planta principal con una planta inferior que antiguamente albergaba los depósitos de la bodega.
«Gracias a una transición orgánica entre los antiguos depósitos y los trullos (recipientes subterráneos de madera necesarios en el proceso para hacer el vino), la propuesta fomenta la generación de espacios habitables y conectados de forma natural, creando nuevas dependencias funcionales pero acogedoras que resignifican los ambientes donde antes solo se almacenaban vinos y uvas y preservan la memoria histórica del lugar», apuntan.
El legado
Además de integrar cuidadosamente los elementos modernos necesarios para la habitabilidad actual, el diseño respeta la textura original de los muros, conservando las superficies características de la bodega. «Este homenaje a su pasado no solo aporta autenticidad, sino que brinda una calidez inusual a los nuevos espacios».
La Residencia CASU es un ejercicio que combina la recuperación de elementos patrimoniales con detalles contemporáneos. Al respetar las superficies originales y añadir las comodidades modernas, el proyecto no solo rinde homenaje a la historia de la bodega, sino que también crea un hogar cálido y funcional. «Sin perder la esencia y carácter original, el espacio honra su legado adaptándolo perfectamente a las exigencias de la vida actual».
Belén Ilarri es un estudio de arquitectura que, a través de diseños funcionales y del uso de materiales honestos, se propone dar forma y sentido a los lugares que habitamos. Su enfoque de trabajo se inicia desde el respeto por las condiciones del enclave y las posibilidades reales de cada espacio.
Esa mirada contemplativa es el resultado de años de trabajo dedicados a la restauración patrimonial combinados con el aprendizaje del diseño arquitectónico contemporáneo. En su historial cuenta con interesantes intervenciones en viviendas de la villa medieval de Requena, en la iglesia de San Nicolás de la ciudad y hasta con el diseño de un panteón totalmente atípico con la naturaleza muy presente.