El verano de Javier Hidalgo

1 agosto 2025

por | 1 agosto 2025

Hidalgo Mora Arquitectura, con Javier Hidalgo junto a un equipo compuesto por mujeres arquitectas, es un estudio que se ha especializado en intervenciones en entornos históricos, «con una mirada que va más allá de la rehabilitación». Su enfoque combina solvencia, sensibilidad y una capacidad importante para desbloquear procesos normativos y administrativos, la cruz de cualquiera que inicia obras difíciles, permitiendo que cada proyecto no solo respete su contexto, sino que lo potencie.

Suyas son intervenciones tan relevantes como La Casa del Médico (o Palacete Burgos); la rehabilitación de chimeneas industriales protegidas y el estudio y catalogación de las piezas que formaban la antigua Tortada de Goerlich en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, que será noticia en los próximos meses.

El Palacete Burgos es uno de los pocos chalets de la burguesía valenciana que fue mandado construir por una mujer, María Burgos, viuda de Olmos, que heredó de su marido una empresa maderera y la fortuna familiar. Para la construcción, que llevó a cabo Javier Goerlich, eligió un solar junto a los almacenes de madera de su empresa, en el antiguo camino del Grao, y además consiguió, gracias a su poder de influencia, desviar el trazado del tranvía, que pasaba junto a su futura casa, para poder unir el palacete con las dependencias de la fábrica. Aquí, la historia de esta casa. (Fotografía: Eduardo Manzana).

Sometemos al arquitecto Javier Hidalgo a cuatro preguntas para saber cómo pasa el verano, si es más de playa, montaña, ciudad o aldea; si tiene debilidad por el salmorejo o le horroriza; qué tiene previsto intelectualmente para superar el bochorno estival y qué planes le esperan en septiembre cuando, como todo el mundo sabe, empieza el año nuevo.

¿Qué haces en verano?

En verano, hasta que llegan las vacaciones de agosto, tenemos bastante trabajo en el estudio. Es una especie de “final de curso”: proyectos que entregar, obras en marcha y esa sensación de contrarreloj que se instala cuando todo parece querer cerrarse antes del paréntesis estival.

Por ello, este año, por primera vez en unos cuantos, hemos decidido colgar en el estudio el cartel de “cerrado por vacaciones” tres semanas en agosto…o esa es la intención, porque la realidad suele poner a prueba nuestros planes. Esperemos que siente precedente. Nos espera un nuevo curso intenso y hay que descansar y prepararse para ello.

¿Qué sitios te gusta visitar en vacaciones?

Todos los años en julio hacemos una pequeña escapada familiar a l’Ampolla, en la costa de Tarragona, muy cerca del delta del Ebro, donde aún se puede encontrar ese paisaje mediterráneo de pinos, olivos y genista al que cantó Serrat. Hay playas y calas preciosas y bastante desconocidas, muy alejadas del bullicio y la sobreexplotación de otras zonas de la costa mediterránea española. Un lugar perfecto para desconectar, disfrutar del mar en calma y recuperar el ritmo lento del verano.

Playa Capellans, en L’Ampolla (Tarragona).

Y, en agosto, este año vamos a recorrer durante dos semanas Bulgaria. Me atraen especialmente los países del este de Europa, en los que el turismo aún no ha llegado de forma masiva, y donde conviven estilos arquitectónicos muy dispares: desde monasterios ortodoxos con sus coloridos frescos hasta la crudeza funcional del brutalismo de la época socialista. Esa convivencia de estilos tan extremos me fascina.

La Casa Memorial del Partido Comunista de Bulgaria es una estructura monumental que se construyó en 1981 en la cima de la montaña Buzludzha.

Catedral de Sofía.

Alimento real y espiritual que prefieres.

En mi mesa, en verano, no falta un buen gazpacho fresco, es casi una religión que me conecta con mi infancia y mis raíces sevillanas. Y es, sobre todo, tiempo de barbacoas y paellas junto a la piscina, acompañados de amigos y regadas con buenos vinos de fresqueo.

También es tiempo de grandes conciertos, festivales de teatro y sosegada lectura. Siempre llevo tres o cuatro libros en marcha, muchos relacionados con arquitectura y patrimonio, pero durante las vacaciones no puede faltar algo de ficción. Este año, uno de los libros que seguro meto en la maleta es Una casa de verano, de Masashi Matsui, que aún tengo pendiente.

El cine de verano es otro ritual que repito cada año, con un bocadillo y una cerveza es una experiencia algo vintage que me sigue encantando.

Una sesión de la Filmoteca d’Estiu, que proyecta cine en el Jardín del Turia, junto al Palau de la Música, durante todo el mes de agosto.

¿Qué te espera en septiembre?

Este septiembre va a empezar fuerte, y por eso conviene parar, desconectar y coger impulso. A la vuelta de las vacaciones seguiremos con las obras de rehabilitación de tres edificios de viviendas que tenemos en marcha en El Cabanyal, y con otras tantas que siguen avanzando.

Además, arrancamos nuevas intervenciones muy interesantes, entre ellas una que me hace especial ilusión: la rehabilitación de la Casa dels Xolbi, en el centro histórico de Xàbia. Es un auténtico reto por la complejidad que entraña la obra, pero también una oportunidad única: se trata de un antiguo palacete gótico que, con la intervención, va a revelar todo su valor oculto. Una oportunidad de esas que nos recuerdan por qué elegimos este oficio.

Y también empezaremos nuevos proyectos en monumentos muy importantes, de esos que hacen especial ilusión por lo que significan en lo colectivo y en lo personal.

Fotografía: D.R.

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