Retratos del Museo del Prado para entender el mundo

12 julio 2024

por | 12 julio 2024

«Me siento observado en la sala con tanto retrato. Mantenerles la mirada intimida», decía Álvaro Borrás, director de CaixaForum Valencia en la presentación de un buen puñado de obras del Museo del Prado que salen de Madrid y viajan por primera vez a Valencia en una exposición que se puede visitar hasta el 20 de octubre. La muestra, titulada ‘XIX. El Siglo del Retrato. Colecciones del Museo del Prado. De la Ilustración a la modernidad’, ahonda en la transformación de la imagen pública de las personas durante el siglo XIX, y ofrece a los visitantes la posibilidad de adentrarse, a través del retrato, en la época que vio nacer las estructuras económicas y sociales que han configurado nuestra contemporaneidad.

El comisario de la exposición y jefe de Conservación de Pintura del Siglo XIX del Museo Nacional del Prado, Javier Barón, ha explicado que el público disfrutará de un total de 159 piezas de los fondos de la pinacoteca nacional con obras de Goya, Madrazo, Rosales, Pinazo, Sorolla, Fortuny y Benlliure, entre otros. La muestra se divide en ocho ámbitos temáticos: «La imagen del poder», «El descubrimiento de la infancia», «Identidades femeninas», «Identidades masculinas», «La imagen de la muerte», «Retratos y autorretratos de artistas», «Effigies amicorum. Imágenes de escritores, músicos y actores» y «El artista en el estudio».

Álvaro Borrás, al frente de CaixaForum Valencia, y Javier Barón, comisario de la exposición y jefe de Conservación de Pintura del Siglo XIX del Museo Nacional del Prado.

«El resultado es muy atractivo porque la riqueza de los fondos del museo también lo es». Barón ha destacado la voluntad de enseñar piezas artísticas de todas las técnicas sobre el retrato, «nunca se había hecho una exposición que las reuniera a todas, lo que permite calibrar las relaciones entre ellas: fotografía, pintura, escultura, litografía … todas conviven entre sí y enriquecen la mirada». 

Entendiendo el pasado y, por lo tanto, la colección de retratos del Museo Nacional del Prado, «como una fuente desde la que interrogarnos sobre nuestro tiempo», se proponen distintos recorridos que surgen de las obras reunidas y de los diálogos que se establecen entre ellas. Así, los visitantes pueden seguir itinerarios distintos, con audioguías descargables a través de códigos QR, que realizarán lecturas diferentes del recorrido considerando las técnicas artísticas, la sociedad del siglo XIX, la indumentaria, la cronología y la temática.

«La intención de versatilidad tiene la finalidad de mostrar algo menos convencional que permita llegar a públicos más amplios y con otras visiones», indica Javier Barón. «Enseñar deleitando». Borrás, por su parte, ha recalcado el papel de la Cultura como motor de transformación social.

El primer ámbito de la exposición, «La imagen del poder», muestra cómo el siglo XIX se convirtió en el de las iconotecas institucionales con el protagonismo de reyes, ministros y otros personajes públicos. Destaca un estudio preparatorio de Francisco de Goya para la ejecución de su gran retrato de la familia de Carlos IV. Este estudio se efectuó en Aranjuez ante el modelo, y puede observarse la preparación rojiza que pintó el artista aragonés. También de Goya, sobresale el retrato Fernando VII en un campamento.

A la izquierda de la foto, óleo de Goya titulado «Fernando VII en un campamento».

En «El descubrimiento de la infancia» se muestra cómo la representación de los niños tuvo especial relevancia a partir de la Ilustración y del Romanticismo. Se partía de la consideración de que los más pequeños encarnan valores como la espontaneidad y la gracia, que luego la civilización acaba por corromper, como defendía Jean-Jacques Rousseau. Hay que destacar los homenajes a Velázquez en las obras de Leonardo Alenza y Joaquín Sorolla, que atestiguan la importancia, como referencia, del maestro sevillano en el XIX.

Del artista valenciano Ignacio Pinazo se puede ver un retrato de su hijo en el que destaca la cercanía a su padre, así como ‘Niña con una muñeca’, donde cabe subrayar el cromatismo alegre y vivaz, propio de las últimas décadas del siglo XIX. Los niños de la familia Lara, de José Roldán y Martínez, es un buen ejemplo del retrato de grupo, influido por la moda inglesa.

Las dos salas siguientes se dedican a las «Identidades»; primero de las mujeres, y después de los hombres, a lo largo del siglo XIX. La imagen de la mujer tuvo una relevancia especial en este momento histórico. La irrupción de la fotografía llevó, por su poco coste, a la difusión del retrato entre la burguesía y las clases medias, de lo que se recogen varios ejemplos en la muestra.

Tras la difusión de la fotografía, el retrato pictórico mundano se convirtió en una forma de distinción codiciada entre las personas que podían pagarlo, de modo que vivió una época dorada en el último tercio del siglo XIX.

‘India del campo’, de Esteban Villanueva y Vinarao.

Además de aristócratas y burguesas, fueron representadas mujeres de clases bajas, así como de otras  etnias, como ‘India del campo’, de Esteban Villanueva y Vinarao. También puede contemplarse la representación de la mujer por parte de artistas femeninas a través de la obra de Carlota Rosales Martínez de Pedrosa.

En el ámbito de los hombres, como sucedía con las mujeres, los artistas se interesaron por representar a personajes de clases humildes, como en ‘El zapatero de viejo’, de Francisco Domingo Marqués, o de otras etnias, como ‘El tuno’, de Esteban Villanueva y Vinarao.

En «Retratos y autorretratos de artistas», el artista también reflexiona sobre sí mismo. «Si es importante el arte, es importante el propio artista», explica Javier Barón. La exposición acoge una escultura en homenaje tardío a Goya por parte del escultor Mariano Benlliure, tallada en bronce en 1911, que sale por vez primera del museo. La escultura es conocida entre el público por ser el origen de la pieza que reciben los galardonados del cine español con los premios Goya.

Escultura de bronce de Goya, realizada por Benlliure en 1911.

La muestra también reúne retratos de representantes de otras artes, coincidiendo con un especial interés de los artistas por representar a estos iconos. La sección parte del retrato de Goya del actor Isidoro Máiquez. Sobresale la pintura de Antonio María Esquivel representando a Ventura de la Vega leyendo una obra en el Teatro del Príncipe. Llama la atención el estudio para el retrato que Philip Alexius Lászlo de Lombos llevó a cabo de Elinor Glyn. Esta escritora acuñó el concepto de it girl —como joven atractiva e influyente— con su novela It, de la que se realizó una película protagonizada por Clara Bow.

El último ámbito de la muestra aporta una serie de representaciones de pintores en el interior de sus espacios de trabajo. Destacan ‘Interior del estudio de Muñoz Degrain en Valencia’, de Francisco Domingo Marqués y la ‘Fantasía sobre Fausto’, de Fortuny, entre muchos otros.

Durante el montaje de la exposición del Museo Del Prado, un equipo de filmación grabó todos los procesos que a menudo quedan en la sombra, como la apertura de cajas o la realización de los informes de conservación de las obras de arte y las entrevistas, entre otros. Todo este material ha servido para la realización de un documental que se puede ver, gratis, en la plataforma CaixaForum+: ‘Retratar lo invisible’.

Fotografía: Eduardo Manzana.

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