El proyecto para esta terminal privada, que ERRE Arquitectura ha construido en un tiempo récord en el Aeropuerto de Manises (València), plantea una geometría clara y rotunda definida por un único volumen, de 120 x 47metros, donde el aspecto industrial metálico que envuelve el edificio, cambia según la luz y la hora. El edificio se estructura en dos zonas, una de uso administrativo y otra de uso de hangar, donde se alojan las aeronaves y los almacenes.
«El diseño de la estructura – explican desde el estudio de arquitectura – ha sido uno de los grandes retos del proyecto y el elemento que más ha condicionado el aspecto final del edificio. La estructura se resuelve mediante pórticos rígidos metálicos a dos aguas con cerchas de canto variable. De la misma manera, se plantean dos apoyos que darán soporte a una armadura metálica de gran canto que posibilitará la apertura libre frontal de 100 m para adaptarse a los requerimientos y exigencias funcionales del espacio».
«En términos de sostenibilidad el proyecto, a pesar de su superficie y volumen, tiene un impacto reducido ya que la zona de uso hangaraje, casi cuatro mil metros cuadrados, no requiere ser acondicionada climáticamente. La ventilación natural de este espacio se consigue mediante la instalación estratégica de tres ventiladores evitando la estratificación del aire en invierno y permitiendo reducir la carga térmica en verano», apuntan.
En cuanto a los materiales, en la zona de uso industrial se ha optado por acabados metálicos y estructura vista consiguiendo un aspecto acorde con su uso. En la zona administrativa se ha optado por una materialidad más cálida mediante el uso de madera, así como falsos techos abiertos y moquetas que permiten satisfacer las necesidades acústicas y funcionales de estos espacios.