En el barrio de Sagrada Familia, en pleno corazón de Barcelona, Barri Studio ha llevado a cabo un proyecto de reforma integral y rehabilitación interior para una vivienda situada en un edificio protegido de 1950.
«Nos encontramos ante una tipología de vivienda de estancias separadas y rígidas y con un número elevado de dormitorios para el uso actual de la pareja que la habita. Se plantea una redistribución y conexión de las estancias de día para ganar más flexibilidad y generar espacios de calidad para su uso y disfrute. Así, la intervención clave es la de suprimir el dormitorio que vuelca al exterior y concentrar el salón-comedor-cocina en un espacio longitudinal único que ocupa el lugar principal de la vivienda: la estancia con mayor soleamiento e iluminación natural», explican desde el estudio de arquitectura.
La estrategia de conectar y agrandar estos espacios «genera el encuentro y la convivencia de dos mundos enfrentados: el mundo de la cocina y el mundo del salón». Esta dualidad se potencia con la estrategia material del proyecto, contrastada pero armónica, que contribuye a la diferenciación y riqueza espacial.
«El mundo del salón está protagonizado por un elemento arquitectónico que nace en el ventanal-galería y que se convierte en el murete, estantería, banco y pared que nos acompaña hasta el acceso con unos giros curvos rompiendo la ortogonalidad del espacio y aportando flexibilidad y diversidad. Un sutil gesto que se marca con un pequeño cambio de textura, granulometría y color. El mundo de la cocina está marcado por la madera de roble que hace que los blancos del salón sean todavía más cálidos», apuntan.
El verdadero protagonista de este proyecto es el conjunto encimera-isla-mesa de terrazo con incrustaciones de vidrio. Además de la belleza de su materialidad brillante, este conjunto de elementos funciona en línea estableciendo una perfecta unión entre el muro principal del salón y el de la cocina.
Las mesas del salón-comedor se mueven libremente y sus geometrías de elementos curvos y rectos están diseñadas para que puedan encajar perfectamente «generando una mayor libertad de uso del espacio».
Este conjunto de elementos de mobiliario diseñado a medida para el salón-comedor-cocina está acompañado por la lámpara colgante que lidera el techo de este espacio, jugando con la línea y el semicírculo, potenciando así la longitudinalidad. La combinación de terrazos modula los dos baños y genera una conexión material entre los cuartos húmedos de la vivienda.
«Reformar y rehabilitar el patrimonio arquitectónico existente para adaptarlo a las nuevas necesidades de las personas que lo habitan siempre es muy gratificante», concluyen desde el estudio.











