El encargo para reformar esta vivienda de apenas cuarenta metros cuadrados en el barrio de Legazpi de Madrid requería, como prioridad, poder resolver una alta demanda de espacio de almacenaje en una superficie de vivienda muy reducida. «Para ello, nos valimos del principio tipológico del “Gabinete de Curiosidades” o “Cuarto de Maravillas”», explican desde P + S Estudio de Arquitectura, al frente del proyecto.
El gabinete fue una tipología de habitación privada que alcanzó notoriedad en Europa durante los siglos XVI-XVIII que se resolvía a partir de un mueble de madera capaz de exhibir, o esconder, una serie de objetos colectados a lo largo de la vida. Se puede apreciar en los trabajos pictóricos de Johann Georg Hainz “The Cabinet of Curiosities” (1666), Domenico Remps “Le Cabinet de Curiosités” (1690) o en el grabado de Olaus Wormius “El cuarto de Maravillas” (1655): todos muestran diversos fragmentos de una historia particular que, expuestos u ocultos, establecían un modelo de organización del espacio.
Domenico Remps (1690) Le Cabinet de Curiosités.
Johann Georg Hainz (1666) The Cabinet of Curiosities.
Olaus Wormius (1655) Cuarto de Maravillas.
Casa Gabinete recoge este principio de mueble continuo, elaborado íntegramente en madera de haya vaporizada, que es capaz de albergar la vida doméstica. «Diversos programas mono funcionales de uso, como la cocina o el dormitorio, quedan incorporados a esta cinta programática, además de un biombo desplegable, otorgando flexibilidad de uso y posibilidad de transformación al espacio, a partir del ejercicio de mostrar o esconder los elementos que la componen, aportando de esta manera la necesaria cuota de indeterminación al diseño doméstico», apuntan los arquitectos tras el trabajo.
Gabinete de Curiosidades. Composición de P + S Estudio de Arquitectura.
«Otro aspecto fundamental que nos planteamos como desafío para el proyecto fue el de minimizar el impacto energético de la obra y su huella ambiental, especialmente generada en la fase de demolición; y del mismo modo, la posible puesta en valor de preexistencias del edificio». Esta posición llevó a los arquitectos a dos cuestiones materiales de interés.
La primera, el descubrimiento del forjado de losa maciza original del inmueble, el cual estaba impecablemente ejecutado en hormigón con encofrado de tablones de madera, una solución cada vez menos común en edificios de vivienda colectiva debido a la industrialización de los procesos constructivos. «La decisión de dejarla vista nos permitía entonces conectar con la historia constructiva del inmueble y recuperar así su valor constructivo original, así como ganar varios centímetros en la altura libre de la vivienda, lo que incorporaba una considerable cantidad de metraje cúbico al espacio».
La segunda cuestión de interés, que se terminó transformando en una decisión fundamental en términos de expresión material para la obra, fue la presencia de un baldosado de mármol, tanto como pavimento como de revestimiento del baño, que se encontraba en perfectas condiciones, por lo que parecía inadecuado transformar todo ese material simplemente en residuo de demolición.
«Es aquí donde surge un trabajo conjunto, llevado a cabo en estrecha colaboración con la empresa Mosaic Factory, a quien propusimos la idea de poder reciclar todo el mármol existente en la vivienda, enviándolo a su fábrica para ser transformado en el árido principal de un nuevo terrazo», explican. El nuevo material serviría entonces para pavimentar toda la superficie de la vivienda reformada, para revestir el interior del baño y para elaborar dos encimeras a medida para los muebles de baño y cocina.
«El desafío no era menor, ya que había que ejecutar una cuidadosa retirada y limpieza previa del material para que este sirviese a los objetivos previstos. Este proceso de reciclado de mármol ha significado una propuesta comprometida con la reducción de residuos, de manera que el 40% del total de material de demolición generado, se ha podido reutilizar para darle un nuevo uso, demostrando que este tipo de iniciativas, con el compromiso de arquitectos, clientes y empresas productoras de materiales de construcción, en este caso con la valiosa colaboración de Mosaic Factory, pueden suponer un avance significativo en la búsqueda por generar propuestas que minimicen el impacto ambiental y fomenten la circularidad en la ejecución de una obra, como así mismo, permiten ofrecer nuevas perspectivas para afrontar el proceso de reforma de un inmueble», concluyen.
Casa Gabinete aprovecha cada uno de sus 42 metros cuadrados.