La arquitectura emocional de León Siminiani

29 diciembre 2022

por | 29 diciembre 2022

«El espacio, los edificios, las casas … suelen ser el continente de las historias pero la arquitectura me interesa mucho y he querido pasar a primer término eso, este cortometraje es el resultado». El que habla es el director de cine Elías León Siminiani (Santander, 1971) y el resultado al que se refiere es «Arquitectura emocional 1959», su última película, premiada con la Espiga de Oro en la Seminci y favorita al Goya como mejor corto.

«Me interesa la arquitectura porque siempre es soporte de contenido emocional: la arquitectura es un espejo de la ideología, de la política, de la diferencia de clases … de una serie de cosas que hablan del ser humano de una forma pasiva e inmutable», apunta.

La película cuenta la historia de Andrea y Sebas, una pareja que se conoce en un universo arquitectónico compartido, el de las aulas (maravilla de edificio el de la actual escuela de Estadística, de Fisac), antes de saber que proceden de lugares muy diferentes.

Ella vive en una inmensa casa con vistas al Retiro, él en una colonia de viviendas obreras, la de San Cristóbal, construida en el ensanche del paseo de la Castellana para alojar a trabajadores de la EMT. Solo les separan siete kilómetros pero en realidad es un mundo.

Edificio proyectado por Fisac, actual Escuela de Estadística.

Fotograma de «Arquitectura emocional 1959», de Siminiani.

La ficción se ancla en el año 59, un momento político de cambio dentro del franquismo, que pasa de la autarquía al desarrollismo. Siminiani cuenta que una vez elegida la época, buscó a un arquitecto del momento para poder vertebrar la trama y encontró a Secundino Zuazo, autor de ambas obras, la de rentas altas con pisos de trescientos metros y la de protección social de la colonia obrera.

El urbanista bilbaíno fue responsable también del bloque de la Casa de las Flores, donde vivió Pablo Neruda justo antes del estallido de la Guerra Civil, en Chamberí, y del complejo de Nuevos Ministerios, aunque este último lo planteó pero no pudo terminarlo.

‘Casa de las flores», de Secundino Zuazo (1932).

La película utiliza mucho archivo del NODO que trae a primer término paisajes y voces que permiten al espectador contextualizar. La tríada «archivo, arquitectura y ficción» es el lenguaje que Siminiani quiere utilizar para mostrar otras ciudades y otros edificios para ahondar en nuestro acervo arquitectónico.

«Vivimos en edificios que son hijos de unas ideologías que muchas veces desconocemos, así que he encontrado muy interesante conocer por qué las fachadas o los ventanales son de tal manera, o por qué una vivienda social puede resultar atosigante o, en cambio, generar una sensación de comunidad», explica el director.

Detalles arquitectónicos que aparecen en el cortometraje.

Siminiani ya se imagina historias que narrar con un lenguaje similar en ciudades como Valencia, Barcelona, Bilbao, Sevilla y en lugares reconstruidos después de la Guerra Civil, esto último será el hilo de su próxima película.

Aquí, el trailer de «Arquitectura emocional 1959».

Fotografía: El gesto cinematográfico y Patrimonio y Paisaje de Madrid.

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