Projecte.Casa: la vivienda como espejo del selfie

19 enero 2022

por | 19 enero 2022

«Desde pequeño he tenido la suerte de rodearme de gente maravillosa y creativa cuyos hogares siempre eran especiales. Con el tiempo me di cuenta que las casas eran especiales porque ellos lo eran. Siempre quise realizar un proyecto donde mostrar las casas de la gente que admiraba, pero nunca encontraba la fórmula. Fue la pandemia quién me dio la solución. Una noche vi a ‘nosequien’ recitando a García Lorca por IG desde su máxima intimidad, y dije: ¡es esto! No quiero enseñar casas, quiero que ellos me enseñen las casas a mí. Así nació Projecte.Casa: la vivienda como espejo del selfie».

El que habla es Víctor Aguado, de quien fue la idea de crear este proyecto en pleno abril de 2020, con todos encerrados a cal y canto en nuestros hogares. Él junto a Paula Collado, en la dirección audiovisual, y Carlos Tolsa, en la dirección de arte, conducen Projecte.Casa, una suerte de experimento estético con la vivienda como “espejo del selfie”: como intimidad, red social, identidad, privacidad y refugio, continuidad, lugar personalizable, base de actividades y estructura física. Casi nada.

«La vivienda está presente en la cotidianidad de la vida de las personas, es el lugar donde se llevan a cabo la gran mayoría de las actividades básicas de la vida diaria, se guardan las pertenencias y es el lugar al que se regresa. Sin embargo, la vivienda tiene un significado psicológico profundo más allá del puramente instrumental de cobijo. A través de la vivienda tiene lugar la satisfacción de numerosas aspiraciones, motivaciones y valores personales, manifestándose, este lugar y sus contenidos, como un “espejo del self”, tal y como señala Cooper (1995)», explica Víctor Aguado.

«La vivienda refleja quiénes son las personas pero, además, forma parte del desarrollo de la identidad. El hecho de que la decoración del interior de la casa permita expresar ciertos sentimientos de los habitantes acerca de sí mismos ha sido reconocido (Cooper, 1974). Se “construye” la vivienda en base a las preferencias, personalidad, experiencias vitales y características sociales, sin embargo, dicha vivienda también contribuye a la identidad», apunta.

«La volatilidad de las relaciones cara a cara en el día a día, hace que el mundo digital se convierta en un lugar para darse a conocer, sentirse parte de la “realidad” y estar “rodeado” de personas similares. Por ello, el selfie, no es sólo una expresión de individualismo, sino que es la respuesta de las personas a la necesidad social de sentirse vinculados y formar parte de algo». 

Con esta definición de hogar y vivienda y su vinculación con la construcción de la personalidad individual y colectiva, desde Projecte.Casa proponen crear una serie de relatos audiovisuales que dibujen la personalidad de cada uno de los participantes en una trama perfecta: imágenes, sonido y smartphone. 

Con el material que les manda cada uno de los «personajes», ellos construyen el relato-retrato a través de su cotidianidad y su hogar. El sonido de la voz es el único hilo conductor de cada minihistoria. Projecte.Casa: la vivienda como espejo del selfie

Por aquí ya han pasado Carmen Errando, Raúl Almenara, Liam Aldous, José Ménez, Tere y Borja, Ernesto Artillo, María Azkarate, Eva Clérigues, Adrián Salvador, Jorge Grau y Núria Galí, por citar algunos. Todos los ensayos poético-audiovisuales de sus casas están en la cuenta de IG de Projecte.Casa.

 

«No hay un criterio de elección más allá de la admiración hacia nuestros ‘personajes’ (así los llamamos nosotros). El único requisito es que tengan la sensibilidad suficiente para entender el background teórico que tiene el proyecto. A veces son conocidos, a veces amigos y a veces gente que simplemente admiramos por su trabajo o por su forma de entender el mundo. Projecte.Casa se ha convertido en una herramienta para abrir nuevas conversaciones con ‘personajes’ con los que nunca hubiésemos imaginado. No siempre pertenecen al sector creativo, pero lo cierto es que son más proclives a participar. Nos gustaría tener abogados, médicos… queremos que este proyecto sea lo mas abierto y democrático posible·, explica Víctor cuando le preguntamos si la posible creatividad de los participantes es decisiva a la hora de elegirlos.

«No hay ninguna pretensión más allá de querer compartir la relación que tiene nuestra generación con sus hogares. Queremos transmitir el mensaje de que el hogar dice mucho más de nosotros de lo que pensamos. Es una extensión de nuestra personalidad, y creo que poco a poco lo estamos consiguiendo. De ahí que cada pieza sea única, tanto en contenido como en formato. Porque la relación que cada uno tiene con el espacio que habita es única».  

«La vivienda como espejo del self es una de las teorías que subraya Clare Cooper en su ensayo ‘House as Mirar of Self: Exploring the Deber Meaning of Home’, de 1995. Mantiene nuestra misma teórica: las casas son la extensión de la personalidad de quién las habita. Siendo así, es obvio que somos una generación con una visión del mundo diferente a nuestros padres y esto se refleja en cómo vivimos y habitamos nuestros hogares. Por no mencionar la precariedad laboral, el limitado acceso a la vivienda y las nuevas fórmulas profesionales (como el teletrabajo o los nómadas digitales), todo es nuevo y acaba repercutiendo en cómo habitamos», apunta.

 

El proyecto tiene una evidente intención estética pero las casas que aparecen son reales. ¿Crees que puede ser el retrato generacional de una élite? 

«Creo que vincular la estética a una elite es un grave error. La sensibilidad estética puede educarse, pero también puede ser intrínseca del ser humano. Una puesta de sol es vivida por (casi) cualquier persona como un acontecimiento estético y trascendental. No entiende ni de escalas sociales ni intelectuales. Entendemos la estética como un todo, como una herramienta para subrayar la belleza de lo mundano, porque si uno quiere verla, la encuentra con facilidad. Como digo, es una herramienta, no una finalidad». 

Ahora que se van a cumplir dos años desde el inicio de este proyecto, tan ligado temporalmente a la pandemia, nos preguntamos si este experimento tendrá una vida larga o, si por su naturaleza, debe ser un proyecto acotado en el tiempo y estar alojado en algún otro soporte. Aunque no es lo mismo, la web The Selby comenzó hace años a mostrar una serie de retratos de artistas en sus casas para enseñar sus rincones preferidos y todavía sigue, es un proyecto casi infinito. Tantas casas como gente.

«No tenemos pensado un final, de hecho no nos gustaría que este proyecto terminase. Nuestra intención es generar un archivo audiovisual, una colección de modos de vivir para compartirlo con nuestra generación y las futuras. Lo único que tuvimos claro desde el inicio fue trabajar con las herramientas que teníamos a nuestra disposición, y han sido estas. A veces, nos viene el ‘fantasma’ de la web, pero por ahora queremos ser fieles a los códigos de nuestra generación. Somos la generación de las redes sociales, utilizamos Instragram incluso como si fuese un buscador y por ello ésta (por ahora) es nuestra única plataforma, quién sabe en el futuro estaremos en Metaverso», concluye Víctor Aguado.

Fotografía: Projecte.Casa/ Ilustraciones: África Pitarch.

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