Si nadie lo impide, y parece que nadie lo va a impedir, el derribo del edificio del antiguo Cine Metropol va a ser realidad en breve. Sería el punto final para el último cine de la Segunda República que queda en pie en la ciudad y que, según los informes técnicos en los que se apoya el Ayuntamiento, carece de valor histórico, cultural y patrimonial.
El arraigo en la memoria popular y su valor como símbolo de una época no cuentan para la protección patrimonial de este edificio.