Un oasis en Ruzafa

23 febrero 2022

por | 23 febrero 2022

El trabajo del estudio ESEIESA arquitectos para crear un pequeño hotel nace con la rehabilitación de un edificio residencial histórico y protegido en el centro de Valencia. Lo que vendría a ser un mini oasis con piscina en medio del barrio de Ruzafa.

Hablamos con la arquitecta Irene Soriano Navarro, en la dirección de este proyecto, sobre el edificio y sobre la transformación de esta parte de la ciudad en los últimos años.

Para este trabajo fue necesario llevar a cabo el vaciado interior del edificio, manteniendo únicamente la fachada mediante un complejo sistema de estabilización.

El hormigón visto es el hilo conductor de todo el proyecto y su elección no fue una decisión estética sino, más bien, una decisión técnica y estructural, ya que al tratarse de un edificio terciario y protegido los arquitectos contaban con unas fuertes limitaciones por las alturas de los espacios. El resultado queda definido por una estética marcada por los suelos pulidos de hormigón en combinación con techos vistos.

 

 

«La intervención en edificios existentes y protegidos es siempre compleja, y en este caso conllevó estabilizar la fachada y demoler la preexistencia manualmente, sin intervenir con grandes maquinarias para no afectar a la edificación colindante», explica. 

«A pesar de que la intención inicial era la de mantener la mayor cantidad de elementos del edificio preexistente, el mal estado de la estructura hizo que esto no fuera viable. Finalmente se optó por mantener la fachada actual, la cual además estaba protegida, y proyectar una nueva estructura en el interior, adaptándola a la normativa actual para un edificio de uso terciario, siendo esta muy restrictiva en lo que respecta a la altura libre de los espacios. Esto se solucionó disminuyendo al máximo el espesor de cada forjado mediante unas finas losas de hormigón, que debían quedar vistas en sus dos lados al no poder añadirse el espesor de los revestimientos, ya que esto disminuiría la altura libre de cada planta», apunta. 

«Una de las cosas más gratificantes fue el hecho de poner en valor un edificio histórico preexistente, dándole un nuevo uso contemporáneo y devolviéndole el carácter que tuvo en su origen. Por otro lado, siempre es satisfactorio transformar una limitación en una oportunidad. Además del carácter que otorga al proyecto la fachada preexistente, la estética marcada por el hormigón visto en el interior permite simplificar las líneas arquitectónicas y poner en valor cada detalle del proyecto», indica la arquitecta. 

 

Vosotros que lo habitáis a diario, ¿cómo veis el barrio? ¿La gentrificación que padece acabará con su identidad? 

Empezamos a trabajar aquí hace aproximadamente seis años y hemos ido siendo testigos de parte de su transformación. Durante este tiempo hemos trabajado en la rehabilitación de varios edificios de la zona, contribuyendo a este cambio. Creemos que la calidad de la edificación afecta de manera directa al espacio público fomentando la creación de comercios y la sensación de seguridad de las calles, y que, en este sentido, el barrio de Ruzafa se ha beneficiado de ello, sin haber perdido su carácter. En cierto modo las actuaciones de rehabilitación de edificios han potenciado su estética original.

Por otra parte, pensamos que es fundamental no dejar de lado los peligros que puede conllevar este tipo de intervenciones en el barrio y que, unas regularizaciones adecuadas, deben asegurar que estas sean siempre respetuosas con el carácter del lugar y sus vecinos.  

 

La Valencia que sí 

Nos encanta Valencia, sus calles y su ambiente. Además, pensamos que poco a poco se va transformando y haciendo cada vez más amable para el peatón, las bicis o los patinetes, contribuyendo a una mejora en la calidad urbana.

Esperamos que estas mejoras vayan llegando poco a poco a todos los barrios de la ciudad, y que la intervención no se focalice en las zonas más céntricas. 

Vosotros habéis hecho algunos trabajos desarrollados en China, ¿cómo os ha afectado la pandemia en este sentido? 

Aunque es cierto que los proyectos de China en los que estábamos trabajando se han visto interrumpidos por la pandemia, este pasado año hemos realizado nuevos proyectos en Valencia que, de alguna manera, también han sido consecuencia de la situación actual. 

Esto se debe a que estos últimos años hemos empezado a pasar más tiempo en nuestras casas, transformándolas a veces en oficina o en espacio alternativo al ocio. Nos hemos replanteado la manera que tenemos de habitar nuestra propia vivienda y hemos sido más conscientes de las carencias que tienen haciendo que, en cierto modo, la gente se anime a invertir en sus propias viviendas, tanto para transformarlas como para construir de obra nueva. 

Fotografía: Alfonso Calza.

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