«Juan fue muy optimista, muy dinámico y muy potente mentalmente pero con un dolor profundo en su interior. Desde la casa donde pasó su infancia se veía medio campo del Mestalla, lo que le convirtió en un gran aficionado al fútbol. Pero ahí mismo, en esa mitad del estadio que se distinguía desde su casa, vio, cuando tenía solo seis años, cómo fusilaban a gente durante la Guerra Civil. El recuerdo nítido de la explosión de una bomba arrojada por la aviación franquista que estampó contra una pared el cuerpo ensangrentado de una vendedora de naranjas… Los muertos por los bombardeos iban a permanecer en su memoria para siempre. Ese drama lo arrastró toda su vida». El que habla es Pablo, el hijo del artista Juan Genovés, quien ha presentado la exposición retrospectiva que se puede ver en la Fundación Bancaja y que reúne la impresionante obra de este pintor a lo largo de seis décadas, desde los años 60 hasta su fallecimiento en 2020.
Artista comprometido social y políticamente, su obra es un valioso testimonio de la vida del país. Historia de España en lienzos que el propio hijo del pintor ha explicado que siempre pensó que se mostraría en una antología de un museo público, «el Reina Sofía jamás ha hecho una exposición de Genovés, uno de los pintores más importantes de los últimos cincuenta años, es incomprensible», pero que ha acabado siendo una entidad privada, la Fundación Bancaja, la que apostara por una retrospectiva como esta.
Crítico con esa gestión museística que no ha encontrado un hueco para mostrar el trabajo del prestigioso artista en un espacio público, Pablo Genovés ha destacado la importancia de que sea en «la Valencia querida» del pintor donde se haga esta exposición.
No obstante ha insistido en la «necesidad urgente» de un museo de los años de la Transición que muestre tantos y tantos cuadros que nunca se pudieron ver en España porque estaban censurados. «Sería una manera de sanar».
«Caras tapadas» (1975). Colección particular.
«Agresión» (1975). Colección particular. Museo de Bellas Artes de Cáceres.
Con más de 70 obras, la exposición comisariada por María Toral cuenta con algunas de sus piezas más icónicas, como «El abrazo» (1976), de la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía que fue la institución que la compró a un coleccionista americano en los años 80 y que, después, la cedió al Congreso de los Diputados, donde está expuesta habitualmente. La muestra cuenta también con cuadros que se enseñan por primera vez al público, entre ellos el lienzo inacabado en el que trabajaba el pintor antes de su muerte.
Las piezas proceden de mas de 25 instituciones públicas y privadas así como de colecciones particulares y de la familia del artista. Junto a las obras se reproducen fotografías de Genovés en su taller de Aravaca y se proyecta el audiovisual «Genovés. 100×100. Encendido», un documental dirigido por Ana Morente y producido por TVE. El catálogo editado con motivo de la exposición reúne textos de Toral pero también de Francisco Calvo Serraller, Antonio Muñoz Molina y Fernando Sánchez Castillo. En la presentación de «Joan Genovés» ha ejercido de anfitrión el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón.
La comisaria de la muestra ha explicado que Genovés procedía de una familia de intelectuales, de tendencia republicana y progresista, que lo pasó mal tras la guerra. La trayectoria del artista permite ver que fue un intelectual siempre alerta de lo que pasaba en la sociedad, capaz de tomar partido en su vida y en su arte. Consciente del poder del arte como herramienta de transformación social, su visión siempre estuvo marcada por la vivencia de la guerra y la posguerra en su niñez, lo que forjó su carácter solidario y resistente.
Sala de la Fundación Bancaja donde se muestra la retrospectiva de Genovés.
Con un lenguaje atemporal y universal, sus creaciones hacen reflexionar. En una época muy difícil, formó el grupo Los Siete (1949-1954) con sus amigos de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Más tarde se uniría al Grupo Parpalló junto a los pintores Mignoni, Jardiel y Gastón Orellana, una experiencia que dio paso el grupo Hondo (1960-1963). La muestra que se presenta en Bancaja parte de los años 60, con las pinturas que giran en torno a la guerra y a la dictadura y que le llevan a recibir la etiqueta de «artista político». El resultado es una poderosa plástica donde destacan los colores oscuros que van introduciendo apuntes de la influencia del arte pop.
En 1966 Genovés, perseguido en España, participa en la Bienal de Venecia, donde obtiene la Mención de Honor del Jurado y que supone el inicio por todo lo alto de su carrera internacional al firmar con la Galería Marlborough. A la vez que expone en medio mundo, su experiencia en España es de represión y temor.
La obra de Genovés se muestra hasta el 23 de abril.
El abrazo
Este cuadro fue en los años 70 el símbolo de la amnistía, la democracia y la Transición. La pieza estuvo inspirada en la imagen de unos niños en el patio de un colegio junto a su casa de Aravaca, a las afueras de Madrid. Genovés lo pintó en 1976, cuando Franco había muerto después de 40 años en el poder y con un país debatiéndose entre lograr la democracia o perpetuar la dictadura. La fuerza del cuadro era tal que la Junta Democrática lo convirtió en el cartel para pedir la amnistía de los presos políticos, lo que llevó a la detención del pintor, quien, ya siendo un artista muy prestigioso fuera de España, estuvo ocho días detenido e incomunicado en la Dirección General de Seguridad.
En los años 80 Genovés se reinventa casi a la vez que se está reinventando el propio país. Durante dos décadas su tema había sido la resistencia al régimen opresor, ahora la realidad era otra así que busca una nueva inspiración. Siguen siendo las personas pero ahora dentro de paisajes urbanos solitarios. Es el fallido golpe de Estado del 81 lo que le lleva a la temática de las ciudades. Genovés sigue preguntándose sobre la naturaleza humana, en escenarios indefinidos, con multitudes pintadas, ajenas al espectador.
La exposición incluye la última obra de Genovés, en la que trabajaba antes de su muerte en mayo de 2020. El cuadro tiene un doble valor, el emocional y el técnico, ya que permite acercarse a su proceso de trabajo y ver que primero hacía las figuras y después, de abajo a arriba, les añadía los diferentes elementos característicos de sus creaciones: pequeños objetos que encontraba en sus paseos, muchos de ellos por la playa de Valencia. También le dio por incluir una pequeña foto suya en algunas de sus últimas creaciones, un guiño al espectador.
«Tempo» (2018). Colección particular.
«Genovés tuvo una vida muy plena a pesar de sus traumas y angustias», ha concluido su hijo.
María Toral, Rafael Alcón y Pablo Genovés posan delante del cuadro «El abrazo».
La muestra puede verse en la Fundación Bancaja de Valencia hasta el 16 de abril de 2023.
