David Teboul es un cineasta francés. Entre sus obras se encuentran varios documentales en torno a personajes públicos como por ejemplo el escritor y crítico de cine Hervé Guibert (Hervé Guibert, la mort propagande, de 2021) o Sigmund Freud (Sigmund Freud, un juif sans Dieu, de 2020). En 2004, primero, y más tarde, en 2022, hizo lo propio con otro de sus referentes, la escritora y política francesa Simone Veil (1927-2017), a la que ha dedicado dos piezas documentales (Simone Veil, une histoire française y Simone Veil et ses soeurs, respectivamente). A esta la descubrió, afirma, en un debate posterior a la emisión de un capítulo de la serie Holocausto a finales de la década de 1970. En ese debate, Simone Veil dijo algo que perturbaría al joven Teboul: que los campos de exterminio nazis no eran tal y como aparecían en la mencionada serie. Veil estuvo internada en Birkenau, uno de los campos de exterminio de Auschwitz. Se salvó de morir allí porque, según cuenta, no le llegaron a rapar la cabeza del todo; pero no de vivir una de las experiencias más terroríficas que puedan vivirse: el paso por un campo de prisioneros nazi.
En Amanecer en Birkenau (Pre-Textos, 2022), libro en el que David Teboul ha recogido un buen número de testimonios de Simone Veil, encontramos páginas subyugantes. Habla del antisemitismo que podía respirarse en las calles, de la ocupación alemana de París y de las cazas de judíos, pero también de la vida en el campo, primero en Drancy y luego en Birkenau; del viaje en un vagón para el ganado atestado de personas que apenas si podían moverse; del trabajo en las cocinas, durísimo. Y, tras la liberación, de la necesidad de volver a vivir, de retomar los estudios, de formar una familia y, en su caso, de involucrarse en política casi por casualidad. Su obra en este campo es de sobra conocida.
La memoria de las personas constituye, si hemos de creer a Enzo Traverso, uno de los materiales más importantes para elaborar el relato histórico. Gracias a estos ejercicios, nada fáciles, podemos reconstruir la barbarie y la crueldad de que es capaz el ser humano. La encontramos en otros supervivientes como Jorge Semprún (en el inconmensurable La escritura o la vida), Primo Levi (Si eso es un hombre, otro título imprescindible) o Jean Améry en narraciones autobiográficas como Años de andanzas nada magistrales o Lugares en el tiempo. No podemos permitirnos el lujo de olvidar, de hacer como si no pasara nada.
