Una casa con vigas y con vistas, ubicada en un edificio construido en 1930, es la base de este proyecto de NhOMA Estudio que parte del objetivo de aprovechar al máximo la luz natural que entra por la fachada e inunda gran parte de la vivienda. Para conseguirlo, en la reforma y rehabilitación de esta casa, con vistas a la Plaza del Ayuntamiento de Valencia y al Palacio de las Comunicaciones, se pensaron las zonas de día y los dormitorios en el exterior, y se dejaron en el interior, únicamente, los cuartos de baño y el lavadero.
«En el acceso a la vivienda encontramos una imponente puerta que ha sido restaurada con el fin de conservar la esencia de la casa y transmitir desde el primer contacto esa atmósfera señorial propia de un edificio solemne del centro de la ciudad», explican desde el estudio. Al tratarse de un edificio protegido, se sustituyeron todas las carpinterías por unas nuevas de idénticas características a las originales.
Una vez cruzamos el umbral, hay un corto pasillo con una estantería abierta a dos caras, que permite que la luz natural del salón llegue hasta esta zona, contrarrestando la oscuridad propia de los largos corredores de las viviendas antiguas. Al fondo hay un arco de ladrillo visto que da paso a la zona de salón, comedor y cocina, concebidos como un único espacio.
Una serie de vigas de madera en forma de abanico decoran el techo de esta zona. «Se encontraron durante la obra al derruir el falso techo de escayola que había sido añadido en alguna reforma años atrás. No hubo ninguna duda de que debían restaurarse y quedar vistas, ganando así la máxima altura en las zonas de reunión y aportando carácter y personalidad al espacio», apuntan las arquitectas Concheta Romaní y Carolina Tarazona, al frente del estudio.