«En la España de los años 80 había prisa por todo», explica Esther González Gea, comisaria de la exposición Tráfico de Modas (1980-1992). Arrebato, juego y familia junto a dos de los artífices de la marca de ropa que, en realidad fue, a la vez, testimonio de una década efervescente, Pedrín Errando Mariscal y María José Villalonga. «La moda sirve de medidor de lo que sucede en el plano social, pero también es expresión de individualidades, de caracteres transgresores e inconformistas que buscan la ruptura con los parámetros clásicos del vestir y, con ello, de la manera de mostrarse», apunta González Gea en el espléndido catálogo de la muestra, organizada por la Universitat de València, que puede verse en el Centre Cultural La Nau hasta el mes de octubre.
«Los años en que el clan Errando Mariscal puso en marcha El Señor del Caballito, primero, y Tráfico de Modas, después, fueron momentos de una alegría desbordada, incluso contagiosa. Una alegría que no se entiende sin la idea del juego ni sin la del cambio que el país estaba experimentando por aquel entonces, a caballo entre las décadas de 1970 y 1980», explica Rafa Martínez, coordinador del catálogo de la exposición y especialista en historia del diseño.
En este contexto, con ese ambiente, unos jóvenes valencianos con ganas de salir de un hogar burgués (el padre, Enrique Errando Vilar, fue un destacado médico militar de ideología falangista), divertirse y, sobre todo, vestirse con una moda aún por crear, comenzaron la andadura de Tráfico de Modas.
Fotografía de familia de los Errando Mariscal.
El propio nombre de la firma retaba a los procesos estables en beneficio de una creatividad más lúdica y desenfadada. Algunos de los hermanos Errando Mariscal, con Pedrín a la cabeza como diseñador y con Santi, Jorge y Ada, junto a María José Villalonga, emprendieron este proyecto desde un piso de la calle Comedias, en Valencia, que los situó directamente en el escaparate de la moda nacional. Al poco tiempo se unieron Carlos, Tono, Nacho y Amparo y, colaborando con ellos desde el principio en el diseño de estampados y la gráfica, Javier Mariscal.
Carlos Errando. Fotografía de publicidad de Camisetas Caras, 1985.
Ouka Leele. Retrato de Pedrín Errando, 1986.
Ouka Leele. Fotografia promocional per a “El Circo de la Moda”, Charca de Santa Bárbara, Rocafort, 1986.
La primera presentación de sus colecciones fue en el Salón Gaudí de Barcelona en 1984. A partir del año siguiente desfilaron en la Pasarela Cibeles de Madrid hasta el cierre de Tráfico de Modas en 1992. También fueron invitados a participar en el Salón Neomoda de Milán (1986/1987), en las presentaciones de Moda de España en Dusseldorf (1989/1990), y un año antes de cerrar, en 1991, habían firmado un contrato con una gran compañía textil en Japón, tenían cuatro tiendas propias en Valencia, Barcelona, Madrid y Valladolid y estaban presentes en las mejores tiendas multimarca de España.
Tráfico de Modas comenzó con un éxito precipitado y acabó de muerte prematura en los 90. Con la consolidación del capitalismo globalizado como modelo hegemónico, la creciente fórmula de la moda rápida a bajo precio ganó terreno y afectó a muchas empresas textiles, «por lo que sostener la producción de calidad en territorio nacional cada vez fue más complicado».
La exposición relata el proceso de Tráfico de Modas como testimonio de una de las décadas más efervescentes en los últimos 50 años a través de la trayectoria vital y creativa de este grupo de jóvenes. Con un itinerario circular, la muestra empieza con fotografías que dan cuenta de la importancia de clan familiar, los inicios más desfasados, los primeros desfiles en Cibeles y la gráfica transgresora de sus catálogos.
Algunas de las fotografías del archivo de Tráfico de Modas de la década de los 80.
Equipaciones La Nave, c. 1987.
El itinerario continúa recorriendo las colecciones más icónicas de la marca y los rasgos más característicos de sus diseños: las alusiones al arte, el juego de significados, las prendas atemporales. También se exhiben los estampados que Mariscal creó para la marca, los dibujos y las acuarelas de Pedrín, fotografías y vídeos de los desfiles, y las prendas y accesorios más propios. Y, por último, el final forzoso de Tráfico de Modas, explicado a través de los testimonios de sus protagonistas.
Las paredes de la Sala de Bigues muestran las opiniones de sus artífices. Pedrín Errando Mariscal describe la historia de Tráfico de Modas como «trepidante, porque los acontecimientos siempre estaban a punto de superarnos». Javier Mariscal se refiere al inesperado inicio, «Tráfico de Modas nace sin quererlo. Nace de tirarse a una especie de precipicio. No sabían si abajo había agua, si harían pie, si estaba seco y podrían pegarse una hostia. Pero gracias a Dios había agua y aprendieron a nadar enseguida. A mí me emocionaba, sobre todo, ver que entre ellos se ponían en marcha. Tenían mucha energía. Yo me quedaba alucinado».
Por su parte, María José Villalonga, la verdadera artífice de la exposición según Esther González Gea, subraya que nunca podrá olvidar aquellos años. «Me pareció un trabajo maravilloso y una manera de ser muy chula, tanto que nos la inventamos hasta que se terminó, lo cual tampoco me pareció mal. Al cerrar Tráfico, recogimos todo en una furgoneta, lo guardamos en un almacén y así, hoy, hemos podido hacer esta exposición tan bonita. A mí me gusta empezar y acabar las cosas».
La investigadora y docente Esther González Gea se refiere a la capacidad de la moda para generar significados. «Las creaciones de Tráfico de Modas fueron capaces de encajar en su tiempo, reflejar el contexto sociocultural al que pertenecían, narrar una visión propia de ese momento, abrazar los gustos estéticos y permanecer vivas», explica.
Tras esta exposición, parte de los diseños de la marca valenciana pasarán a engrosar los fondos del Arxiu Valencià del Disseny gracias a la generosa donación de sus propietarios.
El catálogo de la muestra contiene textos de González Gea, de Cristina Pérez, de Carles Gámez y de Rafa Martínez. Se incluye un buen número de imágenes pertenecientes al archivo de Tráfico de Modas, con fotografías de desfiles y de los propios protagonistas de la marca, a cargo de Ouka Leele y Enrique Carrazoni, entre otros autores. El cuidado diseño gráfico del catálogo ha sido realizado por la diseñadora Mati Martí.
La exposición Tráfico de Modas (1980-1992). Arrebato, juego y familia, organizada por el Vicerrectorado de Cultura y Sociedad de la UV con la colaboración del Arxiu Valencià del Disseny,se puede ver hasta el 12 de octubre en el Centre Cultural La Nau (C/Nau, 2, Valencia).