El Premio Nacional de Diseño 2020 no podía llegarle a LZF en mejor momento. Tras 25 años de trayectoria y más de 35 premios nacionales e internacionales del sector del diseño, el galardón reconoce y refuerza una trayectoria que se ha distinguido por su fuerte compromiso con la cultura del diseño, su espíritu creativo, su innovación tecnológica y su cuidado proceso artesanal.
Unas características que se traducen en las palabras dedicadas a la empresa por el jurado de este premio: “LZF irrumpe con luz propia en el mercado con productos y diseños singulares para cada proyecto de instalación, además de prestar especial cuidado a la gestión sostenible de los recursos de que hace uso”.
Mariví Calvo y Sandro Tothill, fundadores de LZF, fueron los encargados de recoger el galardón en un acto, condicionado por las medidas sanitarias que marca el protocolo COVID-19, que contó con la presencia del diseñador valenciano Pepe Gimeno, premiado también en esta edición.
LZF ha utilizado desde sus inicios la chapa de madera, su materia prima, como una herramienta para expresar sus valores. A través de ella, la empresa demuestra paulatinamente su compromiso con la ecología, la sostenibilidad y la innovación. Como sus fundadores describen, utilizan la madera “porque es un elemento ancestral, que tiene que ver con la naturaleza y con el fuego”. Y mediante la luz, parte integral de nuestras vidas, la madera conecta íntimamente con nuestras emociones y sentimientos.
En este sentido, apuntan, “es una enorme satisfacción recibir la feliz noticia de que se reconoce nuestro trabajo con el premio de diseño más deseado en nuestro país. Hoy sentimos que diseño, tecnología y artesanía van de la mano de forma implacable”.
Artesanía e innovación
Su particular visión creativa de la luz acariciando la madera da vida a luminarias de alta calidad, piezas únicas funcionales y bellas, fabricadas a mano por un equipo de artesanos expertos en el trabajo con chapa de madera. Y siempre siguiendo un arriesgado proceso enteramente artesanal que le valió en 2011 el Premio Nacional de Artesanía, combinado con tecnologías vanguardistas que aportan a sus diseños funcionalidad y belleza.
De esta forma, LZF se ha posicionado de un modo propio en la intersección entre el diseño, la tecnología y la tradición, haciendo posible que su compromiso con la artesanía sea compatible con la innovación, la actualidad de los mercados y el ritmo global del sector a nivel internacional.
Una esencia única que también ha sido reconocida con el Premio Honorífico de ADCV 2019 (Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana) en la categoría de “Innovación”; el premio de la revista estadounidense Interior Design Magazine a la mejor lámpara de suspensión del año por Dune, de Mayice Studio; los dos Red Dot Awards, los oscars del diseño que se entregan cada año en Berlín, y los dos galardones Good Design del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, entre otros.
La investigación llevada a cabo por LZF sobre la capacidad de la luz para generar y construir ambientes, así como su apuesta por la innovación tecnológica, la artesanía contemporánea y el diseño, abrió los mercados internacionales a las lámparas que en sus inicios se habían concebido por y para el hábitat doméstico. LZF entró en el ámbito del Contract y en instalaciones especiales de gran formato, convirtiéndose en un proyecto sólido y sostenible, con productos reconocidos y muy valorados internacionalmente.
Maestros artesanos
Uno de los puntos fuertes de la firma de lámparas es su estrecha y constante colaboración con maestros artesanos que dominan a la perfección las técnicas y, además, aportan su particular visión de la luz.
Durante todos estos años han trabajado junto a artistas, diseñadores, especialistas en iluminación del cine y del teatro, arquitectos, periodistas … locales, nacionales e internacionales, con los que han ido desentrañando los secretos de la madera.
Desde Chiva al mundo
LZF conserva el espíritu con el que nació en 1994. Desde su modesto comienzo, aquel pequeño taller ha ido creciendo y actualmente LZF trabaja en una antigua bodega rehabilitada en Chiva (Valencia).
Una tupida y extensa red de diseñadores externos, tejida a lo largo de los años, y un equipo multidisciplinar de artistas formado tanto por valores consagrados como por jóvenes promesas del panorama nacional e internacional.
En este sentido, LZF actúa como catalizador para el desarrollo de nuevas generaciones de diseñadores, creando oportunidades para aquellos que están empezando, apostando de forma constante por las buenas ideas y recuperando el saber hacer de los maestros artesanos que corre un inminente peligro de extinción.
Sus lámparas se encuentran en lugares tan emblemáticos como los restaurantes Mercado Little Spain, Mi Casa, Jaleo y Fish, del chef José Andrés, proyectados por el arquitecto Juli Capella en Nueva York, Puerto Rico, Washington, Disney Springs Orlando, Maryland y Bahamas.
Pueden verse también en las sedes californianas de Youtube, Microsoft o Amazon, en el cuartel general de defensa de Holanda, en las oficinas de Coca-Cola en Atlanta y Madrid, o en la Biblioteca Los Gatos de la Universidad de Nevada, entre otros conocidos lugares.
Además, desde 2015, hospitales especialistas en la cura del cáncer como el Baptist Cancer Center de Miami, el MD Anderson Cancer Center de Texas y Houston y el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, utilizan sus luminarias para conseguir ambientes naturales, bellos y relajados que beneficien a los pacientes.