En esta postal de la ciudad vemos dos elementos: un garaje y un Bibendum. El garaje es el Astoria, en la calle Cádiz del barrio valenciano de Ruzafa; el mural de azulejos es el modelo que la marca francesa Michelin utilizaba para su publicidad entre los años 1925 y 1950 y que resultó ser un arma publicitaria de primera magnitud.
Los garajes
Los primeros garajes de la ciudad se concentraron en torno al Ensanche de València, con la calle Cirilo Amorós y la Gran Vía Marqués del Turia como ejes principales de circulación. Se ubicaron en el corazón de las nuevas zonas burguesas de la ciudad: el automóvil era un fiel reflejo de su florecimiento económico y social. Además, ocupaban los bajos de los patios de manzanas que se crearon con la construcción de los edificios del propio Ensanche.
Al principio, los garajes fueron diseñados por arquitectos de renombre como, por ejemplo, Francisco Almenar, Demetrio Ribes, Javier Goerlich o Emilio Ferrer … pero conforme fue aumentando el número de coches en la ciudad, se fueron construyendo garajes en otras zonas, más alejadas del centro y de la parte «noble», y ya entraron más arquitectos en acción (Emilio Artal, Víctor Gosálbez, Peris Martínez …).
El elemento más llamativo de la arquitectura de principios de siglo son las fachadas, donde se muestra la evolución de sus autores, desde el eclecticismo de finales del XIX, el modernismo, la arquitectura más regionalista y en algunos casos, incluso, mostrando el inicio del racionalismo. Los primeros garajes ubicados en el Ensanche no podían desmerecer al lado de los edificios de viviendas de la zona donde se ubicaban. Al fin y al cabo el automóvil era un artículo de lujo de la emergente sociedad burguesa y los garajes suponían un espejo de la evolución de la arquitectura valenciana de ese momento.
Bibendum
Bibendum nació en Francia, en el año 1898, de la mano de los hermanos André y Edouard Michelin, que pensaron que ligar el emblema de su marca de neumáticos a los propios neumáticos era una idea original. Y en realidad, visto con perspectiva, además de original fue brillante; pero para que saliera así de bien fue imprescindible el trabajo del artista Marius Rossillon, conocido como O’Galop, autor del dibujo.
Desde Michelin pronto tuvieron claro que las técnicas de publicidad eran clave para popularizar sus neumáticos por todo el mundo y tanto fue así, que, desde 1920, la empresa incorporó un departamento propio de diseño para desarrollar este tipo de emblemas.
El modelo sufrió cambios y fue modificado con el paso de los años, pero el del garaje Astoria fue de los primeros diseños que utilizó la marca, antes de 1950, un Michelin con gafas y sin la banda cruzada con el nombre de la empresa que se le añadiría unos años después.
El anuncio mural de azulejos cerámicos de la foto está dentro del Garaje Astoria, como vigilando las filas de coches. Eso sí, ahí nada de ticket ni de líneas en el suelo para indicar las plazas: el encargado, según el tiempo previsto de estacionamiento, ordena dónde aparcar y advierte, serio, «deje la llave puesta».
