Este proyecto, Casa Chanchs, habla de las ganas de una familia de asentarse en el barrio valenciano de Arrancapins tras más de diez años vividos dando vueltas por el mundo. Esta casa, en realidad, habla de horizontes, raíces y paisajes emocionales.
Los habitantes de Chanchs son una familia que tiene una relación personal con el color y el diseño. Poseen una gran colección de objetos fetiche y su idea de hogar gira en torno al espacio común, concretamente «alrededor de una mesa en la que compartir un buen café de especialidad al finalizar el día», explican desde el estudio DG Arquitecto Isabel Roger y Daniel González, autores de la reforma integral de esta vivienda.
Un horizonte virtual recorre toda la casa uniendo dos espacios completamente separados: la estructura del apartamento, con su lenguaje original, y la nueva distribución, con un lenguaje contemporáneo.
Al igual que el horizonte separa el azul celeste del marino, en esta casa, el azul petróleo de las molduras originales se separa del azul Klein del mobiliario. Es en ese horizonte donde los propietarios han querido ubicar los diferentes objetos que forman parte de su historia.
En la vivienda el acceso es directo al corazón de la casa, el punto de unión entre la cocina, el comedor, el salón y el despacho. Todo en un espacio abierto donde un armario de un acentuado color azul Klein, sobre el que apoyan las molduras originales de la casa, se lleva todo el protagonismo.
El pasillo que distribuye los espacios más privados de la vivienda se convierte a su vez en espacio de almacenamiento gracias a la gran armariada que recorre la medianera en un color blanco impoluto.
Los dos cuartos de baño, uno en amarillo y el otro en verde, completan la tríada de colores saturados que colorean la casa. «Dos habitaciones infantiles y el dormitorio principal complementan el programa funcional con una atmósfera relajada donde la combinación de molduras originales del techo destacan sobre las líneas modernas de la nueva distribución», apuntan.
La paleta de colores sólidos se complementa con las texturas de materiales naturales como la madera, en el pavimento de la casa con una tarima de madera de roble, y el mármol macael en tonos blancos con vetas azuladas de la encimera de cocina.
«Es un proyecto que contiene experiencias y objetos de una vida, recopilados durante más de diez años alrededor del mundo, que se convierten en la base para crear otros nuevos desde aquí», concluyen.