Rafael Guastavino tuvo una vida de película. Una extraordinaria vida de película que empezó en València, en 1842, y terminó en Asheville (Estados Unidos), en 1908. Y, entre una fecha y otra, hubo de todo.
Tras haber permanecido años siendo una figura desconocida, en la actualidad hay varios libros biográficos que recuperan su vida y su obra: «Vida de Guastavino y Guastavino», de Andrés Barba; «A prueba de fuego», de Javier Moro; o el libro ilustrado «Inmigrant Architect», escrito por Berta de Miguel y Kent Diebolt e ilustrado por Virginia Lorente. Por tener, Guastavino ya tiene hasta la película.
No fue hasta la década de 1980, con la nueva sensibilidad patrimonial, que el personaje de Guastavino fue rescatado, poco a poco, del olvido. De hecho, la película, que es un documental, «El arquitecto de Nueva York», contribuyó al inicio de la recuperación de este personaje y su obra en este siglo.
El Colegio de Arquitectos (CTAV) quiere rendir un pequeño homenaje a este documental, al equipo que está detrás del trabajo, y reconocer la importancia de la producción para dar a conocer la historia de este arquitecto valenciano.
Para ello, el jueves 29 de abril, se ha programado en el colegio una sesión en la que se proyectará la película y contará con la asistencia de su directora, Eva Vizcarra, que mantendrá una charla con el arquitecto Carlos Salazar. La sesión estará abierta a la intervención del público.
Como parte de este homenaje también se podrá ver una exposición que, con el título «Making Of Guastavino», muestra fotografías de Miguel Orts tomadas durante las sesiones de rodaje en los espacios originales diseñados por Guastavino en Nueva York.
Una vida extraordinaria
Guastavino se formó en la Escuela de Maestros de Obras de Barcelona, allí hizo sus primeras construcciones antes de salir hacia Estados Unidos huyendo de España, acompañado de su amante y de su hijo de nueve años, tras haber participado en una estafa de pagarés; llegó a Nueva York sin saber inglés; se arruinó en 1884; pero alcanzó después el éxito gracias a la utilización de su patente de un sistema de construcción de bóvedas derivado de la tradición mediterránea, conocido como bóveda tabicada.
Constituyó la compañía Guastavino Fireproof Construction Company, con la que participó en las obras con el diseño y la elaboración de las bóvedas. Edificios emblemáticos de la ciudad de Nueva York como Grand Central Terminal, la catedral de San Juan el Divino, Carnegie Hall, el Museo Americano de Historia Natural, City Hall o el Hospital Monte Sinaí, contaron con su construcción. Tras su muerte, en su necrológica, The New York Times, lo calificó como “el arquitecto de Nueva York”.
Rafael Guastavino murió en 1908, pero su hijo, Rafael Guastavino Expósito (1872-1950), el niño que llegó a NY con 9 años de la mano de su padre, aprendió desde adolescente la misma técnica constructora y empresarial del padre. Guastavino Company cerró sus puertas en 1962 con un recorrido de 73 años de existencia y con su intervención en más de mil proyectos en Estados Unidos.
«El arquitecto de Nueva York», dirigida por Eva Vizcarra, al frente de Endora Producciones, supone una delicia de paseo por la vida de este arquitecto. Con guion de Carmesina Franch y Ernest Sorrentino; y con música de Miquel Gil, Pedro Peiró y Javier Vercher. La fotografía de la película es de David Molina.
Ganador del premio Delfín de oro del festival de televisión de Cannes (2016) y de la medalla de bronce del Festival de Nueva York (2017), el documental se puede ver también AQUÍ.
La proyección en el Colegio de Arquitectos, la charla con su directora y la apertura de la exposición fotográfica serán el jueves 29. La exposición estará hasta el 4 de mayo.