Protagonizado por la generación de mujeres que pobló los barrios de la periferia construidos en los 70, el documental Ellas en la ciudad (Movistar Plus+) cuenta, a través de sus vidas en tres barrios de Sevilla, cómo han sido el sostén de una ciudad que les ha dado, habitualmente, la espalda. Los relatos hablan de género, cuidados, urbanismo, educación y luchas políticas, con testimonios que son imprescindibles para conocer, desde la perspectiva de género, el patrimonio cultural de nuestro país y la transformación de nuestras ciudades en los últimos 50 años.
Como explica la directora de la investigación, la arquitecta y urbanista Reyes Gallegos, en otro momento de su vida habría hecho el trabajo desde la mesa de su estudio, pero todo pasó en un periodo en el que estaba en plena crisis con su profesión, a la que veía muy alejada de la realidad. Entonces pensó en salir cada mañana y adentrarse en esos barrios para conocerlos de cerca.
«Al segundo o tercer día me di cuenta de que, en esos barrios, el tiempo pasaba de otra manera. Vivir los barrios desde dentro me reconciliaba con mi profesión. De pronto reparé en ellas. A través de mi cámara de fotos comprobé que estaban en todas partes: en las aceras, en los mercados, en las paradas de autobús, en los portales, en los balcones, en los pequeños comercios, cargadas de bolsas, tirando de carros de la compra, cuidando, limpiando. Comencé a ir todas las mañanas y siempre sucedía lo mismo. Estas mujeres eran el sostén de los barrios, empecé a preguntarme qué sería de ellos si no estuvieran allí», explica.
La ilusión de miles de mujeres, que no vieron cumplidas las expectativas que la publicidad engañosa de los años 70 les prometía, acabó asomada a pequeñas ventanas en pisos de techos bajos y materiales humildes. Era una ciudad diseñada por hombres que se presentaba como la ciudad del futuro y de los coches. «Un barrio que estaba pelado, no tenía ni hierba ni na, todo era inhóspito, todo asfalto y ya», cuenta una de las mujeres que llevan la voz cantante del documental: Nati, Dolores, Juana, Victoria y Toñi. Sin colegios, ni centro médico, ni tiendas cerca. «Cuando llegaron allí, perdieron la libertad de acceder a todas partes y a relacionarse libremente», explica la directora.
Ante todas las carencias que se encontraron, aquellas mujeres fueron tomando conciencia «y se crecieron». Se movilizaron y reivindicaron lo que creían que era justo y necesitaban: colegios, institutos, centros de salud, centros sociales, deportivos etc. «¿Quién iba a reivindicar un mercado de abastos?», se preguntan en un momento del documental. «Pues nosotras», se contestan.
Eran unas calles totalmente impersonales, donde hasta la nomenclatura carecía de sentido. En Parque ALCOSA, acrónimo del constructor valenciano Alfredo Corral SA, por ejemplo, se decidió que era una buena idea el despropósito de poner nombres de pueblos de Valencia a las calles de aquel barrio sevillano, y las únicas mujeres que aparecían en los rótulos, por otra parte, eran vírgenes o santas.
Aún así, estas mujeres consiguieron llenar esas calles de vida. En un momento del documental, ellas rinden un homenaje a una de sus miembros más militantes por el bienestar del barrio, Guillermina Elías, dedicándole un espacio urbano simbólico, la plaza Mina. Porque ya se sabe, lo que no se nombra no existe.
Especialista en procesos de rehabilitación urbana en zonas periféricas —caracterizadas por hormigón y asfalto—, Reyes Gallegos, que es profesora de Arquitectura en la Universidad de Sevilla, aborda en este trabajo audiovisual la historia de aquellas mujeres, sin apenas formación, que se organizaron de manera formidable para lograr lo básico en tres barrios recién creados en medio de la nada.
Mujeres que reivindicaron su derecho (y su obligación) a vivir mejor y lo hicieron levantando, ellas solitas, su parte de la ciudad. «No quiero que me lo den todo hecho, quiero que me tengan en cuenta», concluyen.