Mosaicos, molduras y alturas en Ruzafa

28 febrero 2025

por | 28 febrero 2025

En el desarrollo del proyecto de “Casa Ángel”, en el barrio valenciano de Ruzafa, el enfoque que ha seguido el estudio del arquitecto Adrián Pérez Cócera ha sido el de preservar y valorar los elementos originales del inmueble, integrándolos con soluciones contemporáneas que aportan funcionalidad y modernidad. «La decisión de recuperar el suelo, los techos y las puertas responde a una voluntad de respetar la identidad del edificio, utilizando estos elementos como un hilo conductor para conectar los diferentes espacios de una manera coherente y natural», explica el arquitecto.

«La luz natural ha sido uno de los principales recursos para definir la atmósfera de la vivienda», apunta el arquitecto. «Las ventanas originales, restauradas, permiten que la luz inunde los espacios, creando una sensación de amplitud y ligereza». En las zonas menos expuestas a la luz exterior, el patio actúa como una fuente adicional de claridad asegurando que, incluso, las áreas más internas se mantengan bien iluminadas a lo largo del día. Para complementar la luz natural, se ha optado por una iluminación indirecta que se integra en cornisas y molduras en esta vivienda de Ruzafa.

La paleta cromática ha sido cuidadosamente seleccionada para no restar protagonismo a los elementos históricos. Los tonos neutros, combinados con la calidez de los materiales recuperados, como el suelo de madera original, generan un ambiente sereno y equilibrado, que permite que las texturas hablen por sí mismas. Las estanterías y bancadas de obra se han diseñado con líneas simples y acabados que se integran perfectamente en las paredes, optimizando el espacio sin sobrecargarlo visualmente.

Uno de los elementos más significativos en términos de diseño es la bañera de obra, que ha sido realizada en el mismo material que el suelo para garantizar una continuidad visual. Este recurso permite que el baño se perciba como una extensión natural del resto de la vivienda.

«El uso de la iluminación indirecta, tanto en el baño como en el resto de la vivienda, añade una dimensión adicional a la percepción del espacio, permitiendo que las sombras suaves resalten las texturas y las formas de manera discreta. De este modo, la luz se convierte en un elemento arquitectónico que contribuye a la cohesión del diseño y acentúa la relación entre los elementos contemporáneos y los históricos», explica Pérez Cócera.

En conjunto, el proyecto ha sido concebido para respetar y potenciar el valor del edificio original, integrando soluciones contemporáneas de manera sutil y funcional. El resultado es una vivienda que mantiene su carácter histórico, pero que a la vez se adapta a las necesidades actuales, ofreciendo espacios luminosos, acogedores y coherentes, donde lo nuevo y lo antiguo se funden en una experiencia espacial unificada.

Fotografía: Alejandro Gómez Vives.
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