¿Cuándo una obra de arte es contemporánea? ¿Cuál es la función de un museo? ¿Qué papel desempeñan los artistas? El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) presenta la exposición ‘Un contínuum común indefinidamente liso’ que indaga en los significados de lo contemporáneo e intenta responder a estas preguntas a través de más de un centenar de obras de autores como Claude Cahun, Grete Stern, Julio González, Marcel Proust, Sanja Iveković, Dan Graham, Sigmar Polke, André Derain, Barbara Ess, Jacques Lipchitz o Gerhard Richter.
“Después de la pregunta ¿qué es lo popular?, la cuestión lanzada a la colección del IVAM sería: ¿qué es lo contemporáneo? ¿dónde está?”, explica Sonia Martínez, directora adjunta del IVAM. «La exposición nos propone adentrarnos en la colección del IVAM y contemplar las obras como unos ‘cuerpos de preguntas’ que nos interrogan sobre aspectos sociales, políticos y culturales de nuestro presente”.
La muestra que, tras su paso por el IVAM de Alcoi se expone en el Centre Julio González hasta el 20 de octubre, reúne pinturas, fotografías, esculturas, vídeos e instalaciones. En total, son 135 obras de la colección del IVAM, además de tres piezas procedentes del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) y una de la colección de la Fundació La Caixa.
“La exposición se interesa principalmente en dos aspectos: los vacíos y las ausencias que podemos encontrar en una colección que ayudan a construir un relato alternativo, y cómo desmontar una narrativa lineal adscrita a los discursos expositivos, que va unida siempre a un principio y un final”, apunta Diana Guijarro, comisaria de la muestra.
La muestra reflexiona sobre la naturaleza de la institución museística en el primer apartado, titulado ‘Cuando algo falta, cuando algo no está’. “Los museos han tenido que reinventarse y conectar con sus contextos”, detalla la comisaria sobre este apartado, que indaga en el papel que desempeñan actualmente. En esta sala, tras una teatral cortina roja, el visitante descubre una escultura de un caballero medieval del artista Olaf Breuning en diálogo con obras de André Masson o John Heartfield.
La exposición prosigue adentrándose en el tipo de modelo de artista y en las corrientes artísticas a lo largo de la historia, sobre todo analizando el concepto de identidad y de genio. El espacio está presidido por una gran mesa que funciona como un site specific que evoca “la idea de almacén de museo, esa zona de tránsito donde las obras están en una suerte de vigilia”, ha resaltado Guijarro.
Esta mesa integra textos expositivos, libros de artista y piezas escultóricas trazando conexiones, más o menos visibles, entre las esculturas de Julio González que conviven con las cabezas de André Derain y las figuras de John Davies, o un busto de Markus Lüpertz que conecta con las piezas de Jacques Lipchitz y Pablo Picasso, entre otras.
La última sala, a modo de epílogo, reúne piezas de artistas como George Baselitz, Käte Steinitz o Gerhard Richter en torno a un totem del artista Marc Bijl compuesto por 22 altavoces que desgranan discursos de diferentes políticos del siglo XX, desde Fidel Castro a Reagan, pasando por Bin Laden, Malcom X o el propio Hitler.
De ese modo, aspectos tales como el papel de los museos a lo largo de la historia, el establecimiento de las categorías estéticas y la figura del artista, y los movimientos que anticiparon cambios en nuestra forma de percibir el arte “nos harán comprender que la pregunta a realizar ya no es qué es lo contemporáneo, sino que lo interesante será descubrir cuándo lo es”, concluye Diana Guijarro.