El estudio de la interiorista Paloma Bau ha llevado a cabo un proyecto inspirado en la cámara oscura de Richter para el primer espacio de Carmencita Film Lab en Madrid. Como en ese espacio que distorsiona la imagen al proyectarse en su interior, el acceso al local se realiza a través de una lente cóncava; un orificio de entrada en el espacio, creado por un gran espejo curvo que distorsiona el reflejo y ofrece una experiencia visual única.
«Ya en el interior, se presenta un espacio vestido por una piel perimetral de textil que proyecta algunas de las imágenes más icónicas reveladas por Carmencita Film Lab», explican desde el estudio.
Este concepto convive con la industrialización del proceso de revelado actual, reflejado en el mobiliario diseñado a medida para el nuevo establecimiento. Piezas de mobiliario que encuentran su inspiración en ese trabajo en cadena para engranarse de manera fluida y que ofrecen diferentes opciones de uso: expositores, zonas de espera, almacenaje y mostrador. A través de una pequeña perforación en el forjado, se accede a un pequeño sótano de 30 metros cuadrados que alberga una galería de trabajos seleccionados, transportando al visitante al interior de una cámara oscura.
El estudio ha creado un espacio que no solo resuelve las necesidades básicas de la marca, sino que, además, genera una experiencia global e inmersiva para los usuarios. Tras la imponente lente de acceso, se descubre una photobooth que invita a los usuarios a vivir una experiencia 100% analógica, alineada con los valores de Carmencita Film Lab.
«La identidad de la marca no asume florituras ni decorados». En este sentido, el equipo de Paloma Bau ha buscado una estética sobria y atemporal que se refleja en la elección de materiales crudos y naturales como la madera de iroko, la piedra, el yute, el tejido de algodón y el color «negativo». Esta paleta de materiales reinterpreta además las aplicaciones en los anteriores espacios de la firma.
Por su parte, el mobiliario ha sido diseñado a medida por el estudio y ejecutado por Lebrel Furniture. Las piezas, realizadas en madera de iroko lacado y con acabado de microcemento, se solapan y se conectan para moverse y rotarse a través de un eje según las necesidades del establecimiento. El mobiliario se ha completado con piezas clásicas de diseño como la lámpara TMM de Miguel Milá para Santa & Cole y mucha vegetación.
La iluminación técnica del espacio ha sido proporcionada por la firma Arkoslight y las lámparas suspendidas que se distribuyen de suelo a techo por el espacio han sido diseñadas por Paloma Bau con tubos LED. Para concluir esta experiencia inmersiva en el universo de Carmencita Film Lab, el estudio ha optado por realizar una sesión de fotografía del espacio en formato analógico, a cargo del fotógrafo Jorge Peiró. Un guiño que captura la idiosincrasia de la marca y revela sus valores.
Este proyecto refleja la colaboración continua entre Carmencita Film Lab y Paloma Bau tras la ejecución del primer local de la firma en València. La apertura en Madrid llega después de los pequeños laboratorios de Barcelona y Lisboa.