La ciudad deseada: bella, legible y lúdica

5 abril 2023

por | 5 abril 2023

Bajo el sugerente nombre de «La ciudad deseada», el Consell del Disseny ha presentado, aunque no ha entregado a los medios, el primer diagnóstico sobre el diseño en la urbe materializado en un documento que pretende ayudar al Ayuntamiento de Valencia a enfocar los retos existentes en la vinculación entre ciudad y ciudadanía.

La labor inicial del Consell del Disseny, constituido en septiembre de 2022, fue proponer en sus primeras comisiones de trabajo un modelo de ciudad y definirlo como objetivo a seguir. El alcalde de València ha recibido a las figuras integrantes del Consell del Disseny para formalizar la entrega de ese primer informe y poner en común sus observaciones.

«Como punto de partida, se consensuó y tomó como referencia una ciudad mediterránea, compacta, inclusiva, resiliente, que integra la mezcla de usos en sus distritos, que fomenta la participación ciudadana y que posiciona la sostenibilidad como una de sus prioridades a nivel estratégico. Así pues, «la ciudad deseada», la Valencia del futuro propuesta desde el Consell, se podría definir como una urbe bella, legible y lúdica», explican desde la organización.

Con las distintas oportunidades detectadas para la ciudad, se han establecido como grandes prioridades la defensa de la sostenibilidad, la atención a la diversidad sociodemográfica de la ciudadanía y la protección de la belleza y el patrimonio local. Una especie de desideratum de lo que sería bueno tener en cuenta.

Las oportunidades para la ciudad de València se han unificado, en este informe, en nueve áreas de actuación: transitar, zócalo urbano, arquitectura, patrimonio, iluminación, señalización, equipamiento, comunicación y participación.

El apartado transitar, el informe «La ciudad deseada» propone el diseño de recorridos para atravesar la ciudad a través de rutas temáticas, la posibilidad de cerrar calles colindantes a colegios en horarios de entrada y salida, o la creación de instalaciones temporales para solares no edificados, activando su uso y dinamización.

Con relación al zócalo urbano, el diagnóstico propone la rehabilitación de los bajos comerciales actualmente desocupados, destinándolos a viviendas para el segmento de población más envejecida, especialmente por su accesibilidad a pie de calle. También se plantea como prioritario el arbolado en el paisaje de la ciudad y la presencia de láminas de agua —como se pueden encontrar actualmente en el Parc Central—, para refrescar a la población en las estaciones más calurosas.

La ciudad deseada.

Atendiendo a la arquitectura de la ciudad, se sugiere la apertura de los edificios institucionales, así como la programación de actividades gratuitas en edificios de alto valor arquitectónico. Otra de las propuestas recala en la implementación de placas diseñadas ex profeso que aporten información sobre sus contribuciones al medio urbano.

Para preservar el patrimonio arquitectónico y paisajístico tan valioso, en ocasiones desconocido, se anima a la señalización de barrios históricos para valorar las distintas identidades que conforman Valencia (Patraix, Ruzafa, Campanar, Benimaclet…); la revisión de la iluminación de los edificios patrimoniales, ajustándola a un consumo energético prácticamente nulo, o la preservación de la epigrafía urbana moderna, tan frágil y condicionada a intereses económicos.

En cuanto a la iluminación, se prioriza el uso de colores cálidos, por ser menos contaminantes lumínicamente que los azules-blancos; se sugiere la sustitución de pantallas de cristal transparente por cristal esmerilado o el uso en zonas específicas de la ciudad de sensores de presencia que se activan con el movimiento.

Para mejorar la señalización en Valencia, se propone el diseño de una rotulación sistematizada para intervenciones temporales (como obras o cambios de uso de espacios), la creación de un sistema integrado de señalización urbana universalmente inteligible y fundamentado en la cultura y el patrimonio local. Otra de las propuestas pasa por la idea de reducir la señalización horizontal, en pro de un mayor y mejor uso de herramientas digitales que guían a la población en sus desplazamientos.

A propósito del equipamiento, se defiende la idea de crear un mobiliario urbano propio de la ciudad, fabricado de forma local y circular, pensado para la climatología particular de València y diseñado en base a la cultura visual propia. Adicionalmente, se pone en valor la opción de unificar elementos de equipamiento (como ya ocurre con la implementación de señales de tráfico en farolas) para evitar la duplicidad de soportes que obstaculizan el tránsito del peatón en el espacio público.

En el apartado de «comunicación», se recuerda la existencia de guías de contratación promovidas por la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV) y València Capital Mundial del Diseño 2022. También se explora la posibilidad de rediseñar ciertos servicios municipales digitales enfocándolos a una mejor usabilidad, o llevar a cabo diferentes ejercicios del entendido como city branding (marca-ciudad), basándose en símbolos valencianos para la creación de recursos gráficos presentes en la urbe.

Por último, la «participación ciudadana» se erige como una oportunidad de aproximación de lo público a la ciudadanía, animando desde la escala de barrio a implicar a la ciudadanía en el diseño de sus espacios de proximidad. Otra de las oportunidades detectadas es que el gobierno municipal pueda disponer de una plataforma estable donde las aportaciones ciudadanas a los proyectos de diseño puedan estar centralizadas y sostenidas en el tiempo.

Foto de los miembros del Consell del Disseny (septiembre 2022).

Los integrantes del Consell del Disseny, que firman este primer diagnóstico del diseño de la ciudad de València, son: Silvana Andrés (artista visual y docente), Carmen Baselga (arquitecta de interiores y diseñadora), Inés Novella (arquitecta y planificadora urbana), Kike Correcher (diseñador gráfico y consultor estratégico), Marisa Gallén (diseñadora, presidenta de la Associació València Capital del Disseny, Premio Nacional de Diseño 2019), Xavier Giner (profesor de diseño de producto), Yolanda Herráiz (diseñadora, presidenta de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV)), Nacho Lavernia (diseñador, Premio Nacional de Diseño 2012), Maite Palomares (arquitecta), Irene Reig (diseñadora), Ana Segovia (diseñadora industrial), y Jose Manuel Vidal (arquitecto paisajista).

El objeto final del Consell del Disseny, explican sus impulsores, es ayudar al consistorio valenciano a construir una ciudad más amable, accesible, verde y proyectada al futuro. Habrá que ver cuáles son sus siguientes pasos para conseguirlo.

Fotografía: D.R.
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