En 1986, ante la problemática tan habitual de cómo iluminar la biblioteca propia, el diseñador Oscar Tusquets concibió una lámpara genial que podía integrarse en cualquier estantería. En un ejercicio de pensamiento out-of-the-box, sin aceptar los límites, resolvió que lo mejor era sacar fuera de los estantes el punto de luz para iluminar en escorzo hacia los lomos. Esa genialidad poética de Oscar Tusquets fue llamada Bib Luz y pronto se convirtió en embajadora de la creatividad vanguardista de su autor. Era discreta e integrable en cualquier sitio, y solventaba con eficacia precisa las penumbras de cualquier oscuridad.
Del cuerpo en forma de libro, que contiene el transformador y el interruptor, vuela un brazo metálico rígido con un foco que se adelanta a la vertical de la estantería. «Un excelente ejercicio de figurativismo y sueño, que deja entrever la amistad creativa que Tusquets alcanzó con Salvador Dalí», explican desde Santa & Cole, editora de la pieza.
La lámpara Bib Luz en casa de Oscar Tusquets (Foto: Coke Bartrina).
En 1998, el gran poeta de la luz que fue Ingo Maurer, amigo de Oscar Tusquets, de BD y de Santa & Cole, hizo una versión de esta lámpara. La llamó Oskar, como reconocimiento a la fuente de su inspiración, «para pena de Tusquets y de BD, productora de la Bib Luz original, y divertimento del propio Ingo».
La lámpara Oskar de Ingo Maurer tenía el brazo flexible y más corto, el punto de luz más cabezota y potente y el cuerpo inserto en una estrecha caja vertical, ajena a la metáfora del libro. El conjunto producía la simple impresión de un foco con brazo flexible saliendo de una estructura invisible, como si se resaltara la utilidad funcional. Sin licencia poética. Ingo Maurer no había hecho nunca antes, ni repitió después, un homenaje tan curioso, y lamentablemente fallido, a un diseñador vivo.
Casa de Oscar Tusquets con la lámpara en la estantería (Foto: Coke Bartrina).
Bib Luz, ahora editada por Santa & Cole
La edición definitiva de Bib Luz, realizada por Santa & Cole junto a Oscar Tusquets, ofrece significativas mejoras en prestaciones funcionales, eléctricas y nueva tecnología, pero mantiene el aura poética con que nació la lámpara.
“Si apoyo una lámpara en un estante – explicaba Oscar Tusquets- todos los inferiores quedan en sombra. Sólo adelantando la fuente de luz podré iluminar todos los lomos de los libros. Tengo entonces un cuerpo con un pelo y un foquito en su punta. El cuerpo que contiene el transformador y el interruptor debe poder colocarse en cualquier posición de la estantería, ocupar poco espacio y pasar desapercibido. ¿Qué puedo imaginar mejor que un libro?”.
Bib Luz (Foto de Enric Badrinas).
Bibi Luz, de Santa & Cole (Foto de Enric Badrinas).
Arquitecto por formación, diseñador por convicción, pintor por vocación y escritor por deseo de ganar amigos, Oscar Tusquets Blanca es el prototipo del artista integral que la especialización del mundo moderno ha llevado progresivamente a la extinción. Nacido en Barcelona en 1941, se graduó como arquitecto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona a la vez que acudía a la Escuela de Artes y Oficios, Llotja. Trabajó tres años en el estudio de Federico Correa y Alfonso Milá junto a Lluís Clotet. Allí se familiarizó con el diseño preindustrial de muebles y objetos. Incluso, con este último, diseñó la chimenea Clotus que aún se produce.
Fundada en 1985, Santa & Cole, por su parte, es una pequeña, independiente y global editora de objetos de diseño, arte y libros con sede central en Belloch (Barcelona). Editar, para ellos, significa escoger para hacer pública una obra por lo regular ajena, protegiendo su autoría y defendiendo sus virtudes. «Lo que un editor de libros hace con textos, el editor de diseño lo hace con formas y volúmenes, colores y materiales, utilidades y evocaciones, esto es, en el terreno de la cultura material».
«Procuramos generar poco ruido estético y residuo matérico, y más valor intrínseco. No acumular sino seleccionar, apelando a nuestra mirada más sensible hacia los objetos que nos acompañan en nuestra vida cotidiana», concluyen.
