En el imaginario colectivo de los hogares estaba, y sigue estando, muy presente el mueble curvado. Esas mecedoras y esas sillas que no por extendidas dejaban de ser interesantes aunque le diéramos escaso valor por tenerlas tan a mano. Muebles curvados que llegaron a alcanzar tal nivel de eficacia en su factura que sentaron las bases de lo que sería la producción industrial en serie.
Los precursores de todo aquello fueron J.&J. Kohn, en Moravia, y Michael Thonet, en la Viena del siglo XIX, aunque este último se ha llevado históricamente el gato al agua de la fama.
Thonet llegó a Viena después de haber empezado como ayudante en una ebanistería en su Alemania natal. Allí había desarrollado la técnica del mueble curvado hasta alcanzar su apogeo en 1853, cuando la empresa Hermanos Thonet, con la patente en exclusiva durante diez años, produjo millones de unidades de su silla nº14, su diseño más popular, y conquistó los mercados de todo el mundo. Thonet se convirtió en una empresa con una gran presencia internacional y se repartió el pastel con la casa Kohn.
España no iba a quedar fuera de ese influjo. Este tipo de mobiliario tuvo una gran aceptación en toda Europa y, especialmente en València a causa de las relaciones comerciales con Austria-Hungría, lo que influyó positivamente en la industrialización de nuestro país y en el diseño de mobiliario en aquellos años.
Su técnica consistía en someter la madera a baños de vapor con cola para mejorar su flexibilidad, después se introducían en prensas de hierro donde se les daba la forma elegida y se dejaba enfriar. Una vez enfriada, se ensamblaba la madera con los tornillos y ya estaba listo. Fácil y práctico. En 1860, Thonet diseñó su primera mecedora, lo que muchos consideran su obra maestra, la rocking chair.
«Se fabricaron ingentes cantidades de ejemplares diferentes, convirtiéndose el mueble de madera curvada en una pieza de uso frecuente entre las clases medias y altas. Un buen termómetro de esta aceptación fue su abundante presencia en los cafés y en los hogares burgueses de Europa y América, así como su aparición en fotografías, retratos y postales de la época», explica Julio Vives Chillida, estudioso de este tipo de diseño.
Una exposición, titulada «Moble corbat valencià (1900-1936)», rinde ahora un homenaje a ese mobiliario fabricado en València con la técnica de la madera curvada, y se puede visitar a partir del 24 de septiembre en la Casa Señorial Boix Moliner, de Les Coves de Vinromá (Castellón).
La muestra, comisariada por Julio Vives Chillida, investigador y responsable de Espai Corbat, exhibe una selección de ese tipo de piezas que pertenecen a la Fundació Caixa Vinaròs. Entre ellas hay balancines, sillas, perchas, camas, cunas y aseos, entre otros muebles, así como una película de 1929 grabada en la fábrica de uno de los productores más importantes: Ventura Feliu y sus hijos.
En conjunto, esta exposición quiere revalorizar una parte significativa del patrimonio industrial y cultural valenciano del primer tercio del siglo XX.
El Museo Nacional de Artes Decorativas, por su parte, presenta dentro de su programa de exposiciones de diseño contemporáneo, la reciente donación del propio Vives Chillida: un significativo conjunto de mobiliario en madera curvada de Viena producido entre 1860 y 1920 que puede verse hasta el 10 de octubre.
«Moble corbat valencià»: Casa Señorial Boix Moliner (Carrer de l’Hospital, Les Coves de Vinromá). Del 24 de septiembre de 2021 al 6 de enero de 2022. Abierto: sábados de 18:00 a 20:00 horas y los domingos de 11:00 a 13:00 horas.