Evocación de Carlos García-Alix

16 junio 2022

por | 16 junio 2022

Conocí a Carlos García-Alix en el antiguo Café Comercial de la glorieta de Bilbao, en Madrid, hace ya bastantes años. Quedamos para hablar de su proyecto de edición de obra gráfica, Larga Marcha, en el que publicó, con la complicidad de su compañera de entonces, Isabel de las Casas, a artistas como Sean Mackaoui, Marcelo Fuentes o Alberto García-Alix. Por aquel entonces, además de la pintura y la gráfica, a Carlos le interesaba el cine. Cuando le conté que en aquel mismo café me había quedado esperando a Tomás Segovia, el poeta, Carlos me contó que veía la escena en su cabeza: yo saliendo por la puerta giratoria del café mientras Tomás Segovia entraba. Por añadidura, había dirigido una película, El honor de las injurias (2007), de la que apareció publicado un libro homónimo.

Hace tiempo que no veo a Carlos. Sin embargo, hace apenas unas semanas me di de bruces con él en una foto que le hizo su hermano Alberto, Willy y Carlos en la puerta de La Bobia (1979). Es una fotografía maravillosa. Al verla me vino a la mente la charla que mantuve con Carlos acerca de la famosa movida madrileña, de la que en cierto modo reniega; de los días en que los García-Alix y un puñado de amigos publicaban El Canto de la Tripulación; de su eslogan: “Y si no hay viento, habrá que remar”. De las risas de Carlos cuando me aclaraba el malentendido entre Quico Rivas y Andrés Trapiello que los llevó a romper su amistad. Pero también de su estupenda biblioteca (La muerte y la pintura española, de Sánchez Camargo, entre otros muchos títulos), de su franca camaradería, de tantas cosas más.

La noticia, la gran noticia, es que Carlos García-Alix vuelve a exponer sus últimas pinturas, agrupadas bajo el título El viaje de invierno. Lo hace en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde podrá verse hasta el próximo 4 de septiembre. El catálogo recoge interesantes ensayos de Juan Barja y Patxi Lanceros, Sergio Campos o José Luis Gallero.

Por mi parte, buscaré mi ejemplar de la traducción del ciclo de canciones schubertiano que llevó a cabo otro viejo amigo, Andrés Neuman (publicado por Acantilado), y esperaré a que pase este calor sofocante para dedicarle el tiempo que merece este nuevo trabajo de Carlos García-Alix. Merece la pena.

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