Desde la aparición del primer edificio dedicado exclusivamente a enfermos de alzhéimer, en el año 1985 en Cleveland (EEUU), el modelo de edificación destinada a personas afectadas por esta enfermedad ha ido cambiando, desde un planteamiento exclusivamente hospitalario se ha pasado a otro que tiene un claro carácter residencial-asistencial. Un cambio de paradigma que define un nuevo tipo arquitectónico con el fin de crear entornos físicos adecuados para incrementar la seguridad, la accesibilidad y la autonomía del paciente. Arquitectura para el alzhéimer.
Para este tipo de dolencias se tiende a definir un equipamiento asistencial con pocos espacios habitacionales, de escala adecuada y, por tanto, con pocos residentes. Espacios ordenados y simples, luz natural, materiales cálidos y relación con un entorno de naturaleza.
“Lluvia, tormenta, nieve, viento, primavera, estrellas, invierno, sol, nubes, hielo, luna; esos son los verdaderos materiales de la arquitectura”. La adecuación de la antigua casa forestal El Clau, en Albaida (Valencia), para centro de día de personas mayores ha brindado la oportunidad, al equipo de Arqtistic, de construir un lugar en el que es posible experimentar con estos elementos naturales.
Se trata no solo de una estrategia arquitectónica, sino también terapéutica ideada junto a la asociación de familiares de enfermos de alzhéimer de la localidad.
«En la Casa El Clau, cada día es diferente a los demás, el centro cambia con el viento, el sol, el cielo, las estaciones, facilitando la identificación y el recuerdo. Esta transformación diaria del espacio, en respuesta a la luz y las estaciones, es posible gracias a elementos arquitectónicos como la fuente, el patio, la parra, la veleta, la vegetación, las ventanas que enmarcan distintas vistas hacia el paisaje y los árboles circundantes, o el color con sus contrastes de luz», explican desde el estudio Arqtistic, responsables de la rehabilitación de esta antigua instalación rodeada de naturaleza.
El Clau: arquitectura para el alzhéimer.
La actuación ha consistido en la adición de una construcción que une a cubierto las distintas partes de la edificación y garantiza la accesibilidad a todas las salas interiores por medio de rampas y de un ascensor.
Las ventanas, practicables en todo su perímetro, permiten múltiples usos y circulaciones y domestican el patio exterior para su utilización como habitación sin techo, «un lugar más para que los usuarios del centro disfruten del entorno. Lo añadido actúa como un filtro arquitectónico que da la bienvenida (cada mañana) a los mayores y los acompaña hacia las distintas salas de actividades. Arquitectura como bienvenida».
El Clau: arquitectura para el alzhéimer.
El color y los materiales ayudan a la diferenciación de lo nuevo y lo existente. Rojo, como la tierra de las montañas de la comarca de La Vall d’Albaida, para que sea posible reconocer lo que se ha hecho y el modo en que se ha transformado un lugar con historia donde las cubiertas de terracota conviven junto a las tejas árabes.
«Espacio de llegada, amarillo sol; corredores, blanco cielo. Los elementos naturales, otra vez, como paleta de colores del proyecto», concluyen.
El Clau: arquitectura para el alzhéimer.
Arqtistic renace en 2019 como colectivo preocupado por la arquitectura, la investigación del espacio y la disciplina del proyecto. «Desde el saber del oficio y el vector de la reflexión teórica, exploramos el lugar y los tiempos del habitar», explican. Este estudio de arquitectura, situado entre Valencia y Ontinyent y que ha desarrollado numerosos proyectos, desde obras construidas a publicaciones de investigación, está formado por Baldo Molinero, Alejandro Campos Uribe, Rocío Gramage, Sara Revert y Paula Lacomba.
