El antiguo Colegio Mayor Luis Vives reabre como Espai Vives tras su reforma integral

7 enero 2025

por | 7 enero 2025

El Paseo Valencia al Mar, del que aún se conserva alguna placa con ese nombre en el cruce con la avenida Cataluña, aspiraba a ser la ciudad jardín que anhelaba la incipiente burguesía valenciana. Cuando aquello se frustró, entre otras cosas por la abolición de la Ley de Casas Baratas que había impulsado la construcción de los chalés de los periodistas junto a los Jardines de Viveros y que pretendía llegar al mar, en la década de 1930 se decidió crear, en su lugar, la Ciudad Universitaria. La Facultad de Ciencias y la construcción de la residencia de estudiantes, hoy Espai Vives, fueron ambas impulsadas por el rector Juan Peset hacia 1935.

El arquitecto Javier Goerlich, autor del proyecto, se inspiró en la residencia de estudiantes de Madrid y en el cambio en el proceso de la educación universitaria para crear este edificio que iba a acoger a los estudiantes que acudían a la ciudad a formarse. Durante la Guerra Civil las obras se paralizaron y con posterioridad el proyecto de la Residencia, denominada después Colegio Mayor, fue modificándose hasta perder su carácter laico e innovador, como explica la Guía de Arquitectura de Valencia, concluyendo sus alas en 1954 y 1957. Entre otras cosas se sustituyó la biblioteca original por una capilla.

Aunque este proyecto fue construido en la posguerra española, su diseño arquitectónico “estilo barco” fue diseñado en 1935, periodo de influencia racionalista muy apreciado en la ciudad de Valencia en la etapa “blasquista” y republicana.

El Festival de Arquitectura Open House Valencia (OHV) y la Universitat de València han editado, con motivo de la rehabilitación del edificio, el libro monográfico “Espai Vives. La nueva ciudad universitaria”, del arquitecto José María Tomás Llavador, autor de la intervención, que se detiene a analizar la residencia proyectada por el arquitecto Javier Goerlich.

La residencia de estudiantes en una postal de 1943.

El edificio con su aspecto actual, tras la reforma de Tomás Llavador, que ha mantenido la fachada que diseñó Javier Goerlich (Foto: Ainhoa Núñez Cubas).

Es una obra que refleja la modernidad y destaca una época de expansión urbana en la ciudad, en la que la Universitat fue el motor de la ‘colonización’ del Paseo de Valencia al Mar. Por otro lado, representa un proyecto urbano canónico, de crecimiento lineal hacia el litoral, paralizado por la falta de interés en desarrollar la ciudad al otro lado del río hacía el mar. Un lugar y una obra que nació como proyecto para la construcción de la periferia urbana al final del siglo XIX, y que se ha convertido en un nodo de centralidad alrededor de los equipamientos universitarios.

Entrada al edificio (Fotografía: Sergio Formoso).

(Fotografía: Ainhoa Núñez Cubas)

La joya racionalista diseñada por el arquitecto Javier Goerlich, inaugurada en 1954, estuvo funcionando hasta 2012 de manera ininterrumpida y fue, durante todos esos años, un centro cultural tenido muy en cuenta en la vida universitaria. Cerrado desde entonces por problemas estructurales, el proyecto de rehabilitación se presentó, ya con retraso, en 2020 antes del estallido de la pandemia sanitaria. Al tratarse de un edificio protegido, la reforma integral, debía conservar elementos estructurales singulares como la fachada, el vestíbulo, las escaleras, la carpintería y el falso techo.

El Espai Vives (Av. Blasco Ibáñez, 23, Valencia) es ahora un edificio con dependencias universitarias de tipo administrativo. Ya no acoge conciertos memorables, pero por lo menos está abierto.

Fotografía: Ainhoa Núñez Cubas y Sergio Formoso.

Te puede interesar

Curiosidad por la ciudad: paseos para entender

Curiosidad por la ciudad: paseos para entender

Deambular por la ciudad es un ejercicio sano que transmite libertad. Frente al plan y la expectativa: la deriva, la pausa y el descubrimiento. Y de aquí, a la acción. De eso trata un seminario híbrido que se desarrollará entre el aula y la calle para que el...

Cuando el monstruo nos pisa, Reyes Pe lo convierte en falla

Cuando el monstruo nos pisa, Reyes Pe lo convierte en falla

La construcción de una falla es lo más parecido a la vida. Así lo piensa la artista Reyes Pe y así lo escribe la poeta Teresa Juan al contextualizar el trabajo que han hecho para la Falla Ribesan (Ripalda, Beneficència y San Ramón), en plena Ciutat Vella, distrito...

Pin It on Pinterest