Juli Capella vuelve al Carmen treinta años después

10 febrero 2022

por | 10 febrero 2022

El arquitecto y diseñador Juli Capella nos recibe en el Centre del Carme, donde ultima los detalles de la exposición “Per què soc així?”, de la que es comisario. Capella nos enseña algunas de las 120 piezas de la muestra, con gráfica de Marta Negre y con diseño expositivo de Fernando Ortuño y su equipo: piezas que explican, de forma muy didáctica, la naturaleza de cada uno de los diseños. Desde objetos de autoría celebérrima (Sottsass, Starck) hasta piezas anónimas, todas ellas muy presentes en la vida diaria. Juli Capella vuelve al Carmen treinta años después.

Capella ha elaborado, para la ocasión, dibujos que explican cada diseño de una forma muy visual. Abrebotellas, chanclas, el libro de bolsillo, el exprimidor, el embudo, la máquina de escribir, la aceitera, la cafetera … “todas las piezas son de un coleccionista, Pérez de Albéniz-Bergasa, que me mandó una lista de 800 y de las cuales yo elegí las que aquí se exponen”.

La muestra, organizada conjuntamente por el Consorci de Museus y World Design Capital Valencia 2022 con el apoyo de la Diputació de València, agrupa las piezas expuestas en 10 apartados según sus diferentes prioridades estratégicas: abaratar, reducir, facilitar, sorprender, complementar, innovar…

“Se trata de una exposición pensada para el público general, huyendo intencionadamente de las muestras de y para diseñadores. Se trata de sensibilizar al visitante con el diseño, pero de una forma afable, con modestos objetos cotidianos que le son familiares”, apunta.

“Algunos objetos han nacido por el ingenio innovador de algún visionario, como la bombilla; la mayoría suelen obedecer a mejoras que se van añadiendo sobre tipologías ya existentes, como una botella, a la que puedes añadir para taparla una chapa, o un tapón de corcho, que a su vez requerirá un sacacorchos, un dosificador… Muchas piezas son servidoras de otras anteriores, como la funda del móvil, la escobilla del váter o un cenicero, que no existirían sin la presencia del objeto a servir, teléfono, inodoro o cigarrillo. Otras suponen humildes, pero a menudo importantes mejoras, como un embudo o el abre fácil (¡si funciona y no te quedas con la anilla en la mano!). Hay también algunas estrategias constantes en la evolución del diseño de los objetos, como ir disminuyendo su peso o su volumen, hacerlos plegables, más duraderos, más baratos, más versátiles o con varias funciones, como la navaja suiza…”, explica Capella.

Aceitera diseñada por Rafael Marquina.

El arquitecto y diseñador Juli Capella (Barcelona, 1960) vuelve al Carmen treinta años después de haber comisariado, en este mismo lugar, la primera exposición de la historia sobre diseñadores valencianos.

Recibí una carta de Carmen Alborch, que en ese momento dirigía el IVAM y, todos en el estudio, ¡wow!, en ella nos decía que seguía los artículos que publicaba en El País y que creía que éramos las personas indicadas para hacer la primera exposición sobre el diseño valenciano. Imagínate, éramos unos niñatos, una emoción … enseguida cogimos el tren desde Barcelona, que venía a tardar lo mismo que ahora, en eso no ha cambiado nada la cosa, y nos pusimos manos a la obra. Ella era consciente de que había nacido una nueva disciplina yo no diré artística, pero sí creativa. Nosotros conocíamos a la gente de La Nave, sobre todo de la noche (risas), eran muy activos, habíamos venido a la Feria del Mueble y ya sabíamos lo que era el diseño valenciano. 

Lo que se nos ocurre, como planteamiento básico de aquella exposición, es decir que eso no va de diseño, sino de diseñadores. Porque justo estábamos en la época en que había que reivindicar al autor, porque si no el diseño era condenado a ser mera mercancía de las empresas. ¿Esta exposición va al IVAM, a un museo? Vamos entonces a darle protagonismo al autor de esos diseños.

He leído que te iniciaste en esto del diseño gracias a un librito de Rubert de Ventós …

Mi sensibilidad con el diseño empieza cuando de pequeño yo cojo las muñecas de mi hermana y las destrozo para ver cómo son por dentro; destruí un tanque para ver el mecanismo … Cuando acabo el bachillerato yo quería estudiar invención. Cuando fui a la universidad, que aún deben estar riéndose de aquello, y pregunto por esa carrera, al ver que no existe me decanto por un curso de diseño industrial de la escuela Massana. Estamos en el año 77. Los profesores, al acabar ese curso, me dicen que lo del diseño no tiene futuro, que mejor estudie arquitectura o ingeniería. Entre ambas, me decanto por la arquitectura, que los arquitectos son más artísticos y más pedantes (risas). Entonces es cuando leo “Proceso y erótica del Diseño”, de Oriol Bohigas, leo a Ventós, a Azúa, … todo ello me lleva a la reflexión sobre el diseño, a acercarme a él desde un aspecto teórico. Que es algo que siempre me ha interesado mucho. Nunca he hecho bien ninguna de las dos, ni la teoría ni la práctica, pero ambas me interesan. 

Leyendo a Sottsass me acordé de ti porque él rompió la dicotomía, fue un gran arquitecto-diseñador. 

Me emociona que alguien a quien admiro tanto como es Sottsass, que es un maestro, te recuerde a mí en algo (risas). Un arquitecto, con la preparación que tiene, puede hacer de todo, desde la cucharita del café hasta la ciudad, todo es diseño, desde el urbanismo, hasta el interiorismo. Los primeros diseñadores fueron arquitectos: Feduchi, en Madrid, es arquitecto; Sert, Torres Clavé, Moragas, Grupo R, Bohigas … Parece arrogancia, pero simplemente es historia. 

El diseño en Barcelona mira a Europa, ¿el diseño en Valencia mira a Barcelona?

El diseño nace en Barcelona porque hay arquitectos e industrias, ambas cosas. Pero no solo eso, Barcelona, por una situación geográfica y por tener mucho comerciante, está muy vinculado a Italia y a Francia, y eso hace a la ciudad más predispuesta. Esto es cierto hasta los 80, que es el momento en el que los valencianos se saltan Barcelona y van a Milán y a Leipzig directamente … empieza  entonces el lanzamiento de los diseñadores valencianos. 

Gracias al SIDI (Salón internacional de Diseño), del que yo presencié su nacimiento a mitad de los años 80, el incipiente diseño valenciano empezó a volar, pese a las reticencias iniciales de los más clásicos fabricantes de muebles, que era lo que imperaba en Valencia en ese momento. 

¿Qué te ha aportado el periodismo?, has sido director de dos publicaciones muy importantes en su día (De Diseño y Ardi, en el 84 y en el 88) y colaborador de otras (El País, El Periódico). Sottsass estuvo en Valencia varias veces, le encantaba. Le preguntaron qué hacía falta para que el diseño se consolidara en la ciudad y dijo que él consideraba que era fundamental una industria editorial.

Para mí el periodismo ha sido el caballo de Troya para entrar en el diseño, el truco para aprender, la fuente de alimentación de mi curiosidad infinita, es muy importante pero casi nunca lo he dicho porque en mi trabajo se menosprecia. 

Yo empiezo a hacer periodismo porque en la escuela me aburría, entonces empiezo a hacer un fanzine con el que me acerqué a Bohigas, por ejemplo. Eso es fundamental, es el germen. Una revista tiene ese poder. De Diseño y Ardi fueron muy importantes en los años 80. El periodismo me ha servido para acercarme a todos los grandes, ¿sabes lo que he aprendido? He disfrutado y he aprendido mucho. Y luego lo comunico, que me encanta. Es mi vida. 

Empezaste a escribir en un suplemento cultural como Babelia muy pronto, lo que te dio una tribuna muy potente. 

Yo no tenía ni idea y empiezo a escribir en El País porque, entonces, yo era el tuerto en el país de los ciegos, nadie sabía mucho de diseño. Les convencí con artículos sobre objetos cotidianos y sobre personajes importantes, hasta que me dieron una página al mes en Babelia. Era un gran altavoz pero tenía también mucha responsabilidad. Los leo ahora y algunos me avergüenzan. Pero están ahí. Escribía muy mal pero la intención era buena. Mira, por aquello surgió lo de exponer en el IVAM. Pero cuando vinimos a hablar con Carmen Alborch se lo expliqué, éramos muy novatos pero con mucha pasión. 

Saltemos al presente. La ciudad y su urbanismo táctico, ¿qué opinión te merece?

Sí a todo, súper entusiasta. Creo que estamos asistiendo a una gran revolución urbanística y estoy muy contento de empujar en esa línea, a favor de un urbanismo humanizado para la gente, no para el coche, y me encantan los coches, ojo, que esto no es estar en contra de los coches, es a favor de que estén en su sitio. 

En Barcelona el coche ocupa el 60% del espacio público. Por suerte la pandemia nos ha traído una cosa buena que es lo que yo llamo la “Urmanización”, un urbanismo más humano, más afable, con un espacio público con las cosas en su sitio, con más espacio para el peatón. Una ciudad para todos los usos, no puede ser que solo sea para unos pocos.

El urbanismo táctico es feo y cutre pero si nos sirve para ver que la ciudad puede ser de otra forma, estupendo. Hay reticencias a retirar los coches, pero no podemos seguir contaminando la ciudad, que se ha hecho pensando solo en el coche. Yo me apunto a esto. 

Una cosa que también me gusta mucho es que en la remodelación de las ciudades ya no hay solo arquitectos; hay ambientalistas, hay gente de los comercios opinando, hay indicadores de contaminación, es una visión más participativa y holística del espacio público. De aquí a 50 años, las fotos con coches por todas partes nos parecerán raras. Como ahora, cuando vemos las imágenes de los años 80 de la plaza de la Virgen y del Patriarca, llenas de coches aparcados.

Me interesa mucho la vegetectura, la vuelta del bosque a la ciudad. El asfalto aumenta seis o siete grados más la temperatura de las ciudades: hay que desurbanizar, ese es otro concepto, quitar asfalto de donde no sea necesario. Creo que habrá, en poco tiempo, testimonios muy potentes en esta línea. Habrá muchas resistencias pero todos saldremos ganando a la larga.

La capitalidad del diseño, ¿cómo perpetuar en el tiempo y que se consolide lo conseguido durante este año?

Primero de todo felicitar a la organización, hay muchas cosas muy interesantes y con un ambiente participativo muy fuerte. No es tan fácil conseguir eso.

Creo que ya está muy presente este concepto de dejar un legado posterior, esa intención es muy buena. Yo lo que creo es que hay que buscar dos o tres objetivos y apostar por ellos. Quizá el archivo, quizá una gran publicación editorial, un gran salón anual, un foro internacional de documentación, un buen museo del diseño, la mejor escuela del mundo, un máster genial de empresarios pro diseño, apostar por el ecodesign. Yo creo que el tema está en elegir dos o tres apuestas concretas e ir a por ellas.  

La exposición “Por qué soy así” estará expuesta en el Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) hasta el 11 de mayo. 

Fotografía: Eduardo Manzana.

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