Las cicatrices de Ciutat Vella: tour de solares y despropósitos

7 octubre 2024

por | 7 octubre 2024

“Es habitual pasear por Ciutat Vella y encontrarse algún solar al final de la calle, o a la vuelta de la esquina, al fin y al cabo, aún quedan más de doscientos. Pareciera que el paso del tiempo ha convertido la excepción en la norma”, explica Teresa Revert, arquitecta y coautora de un estudio sobre la situación urbanística actual del distrito valenciano. “Los solares de Ciutat Vella son una oportunidad para revitalizar los barrios y fijar población residente, atraer vecindario a un distrito donde todavía predomina, a duras penas, el uso residencial”. Hay parcelas que llevan así desde hace 40 años.

Según los primeros datos que ha aportado esta investigación, de los 24 solares que actualmente están en construcción en Ciutat Vella, al menos 8 son para uso turístico frente a los 4 destinados a vivienda pública. “Es necesario recordar que el Plan Especial de Protección (PEP) tiene como objetivo principal la recuperación del tejido residencial al considerarlo una de las asignaturas pendientes de Ciutat Vella” , añade Carlos Silvestre, arquitecto y coautor del estudio.

“Esta recuperación se debería centrar en mejorar la oferta de vivienda a través de dos acciones específicas: la rehabilitación de viviendas vacías y edificios y la edificación de solares. Sin embargo, 4 años después de su aprobación la superficie de suelo abandonado en Ciutat Vella se aproxima a las cifras de 2004”.

La asociación Amics del Carme organiza visitas por los solares más emblemáticos del centro histórico de Valencia y buscan, con ellas, profundizar en la evolución urbanística de estos espacios. “La participación vecinal es clave para la regeneración de los barrios, y con estas visitas volvemos a ofrecer un espacio de reflexión sobre el futuro de Ciutat Vella, un futuro en el que la ciudadanía tiene mucho que decir”, explican. El plan urbanístico TRLOTUP, de escaso cumplimiento además de difícil pronunciación, estipula que los propietarios de solares en Ciutat Vella tienen obligación de construir y si no, de vender.

Los dos arquitectos, Teresa Revert y Carlos Silvestre, dirigen la primera de estas visitas por las diferentes cicatrices urbanas del barrio del Carmen y de Velluters, junto a Toni Cassola, incansable activista vecinal, quien va aportando información sobre la titularidad de los solares, la gran mayoría públicos (propiedad del Ayuntamiento, la Generalitat y la Diputación) y sin tocar desde hace más de cuatro décadas.

Los arquitectos Carlos Silvestre y Teresa Revert durante el recorrido por las calles de Ciutat Vella.

¿Qué hace ahí esa torre?

El punto de partida es la parte trasera del IVAM, frente a uno de los solares más grandes del barrio, antes un complejo industrial del siglo XIX, ahora fábricas abandonadas con algunos elementos protegidos. En este trozo de barrio se yergue el edificio más alto de la zona que, sin conocer su historia, no se acaba de entender qué hace ahí.

En la parte trasera del IVAM también hay un ejemplo de solar-jardín.

Contexto: el barrio, en los años 50, tenía su trazado medieval, sus callejones, sus adzucats… sin perder de vista las consecuencias de la Guerra Civil que, apenas una década antes, había destruido gran parte de sus calles. En 1957, una gran riada arrasaba el barrio, pegado al río que se desborda, y dejaba las viviendas en unas condiciones catastróficas.

El Ayuntamiento, tras la riada, decidía hacer viviendas sociales en otros lugares de la ciudad, lejos de ese cauce, para trasladar allí a las personas afectadas, pero hubo familias que no se querían ir del Carmen. En concreto dos nombres, con mucha vinculación con el mundo fallero, Borrego y Maroto, que junto a otras familias de la plaza del Carmen y, bajo el amparo de la parroquia, se organizaron y fundaron una insólita cooperativa, la Cooperativa de Viviendas de la Santísima Cruz. La finalidad era dotar a sus socios de una vivienda digna y salubre.

Compraron los terrenos de esta parte fabril del barrio (dedicada al cuero, en su mayoría, con los vertidos directamente al río) y edificaron en formato de auto promoción. El edificio iba a ir enmarcado en el planeamiento que el arquitecto municipal del momento, Javier Goerlich, se había propuesto hacer desde la Avenida del Oeste hasta el río, atravesando todo el centro histórico de la ciudad.

De ahí la rara disposición urbana del edificio y su planteamiento arquitectónico, solo de una cara, ubicado en una manzana proyectada que nunca se llegó a ejecutar. El inmueble en cuestión ha estado siempre habitado por familias, con muchísimo arraigo en el barrio, que viven el espacio y no quieren dejar de hacerlo.

Edificio en Na Jordana que se sale del planeamiento de la zona y en el que viven familias desde hace generaciones.

Ahora, esta pastilla urbana (UE-22, Unidad de Ejecución Urbanística número 22, o manzana Gutemberg) es la última gran operación especulativa del barrio, 11.000 metros cuadrados muy golosos. El PAI (Programa de Actuación Integrada) previsto en la zona se reactiva y la intención es derribar el edificio, pese al peso simbólico de la finca, con el consiguiente desalojo de sus habitantes.

El primer solar de este tour nos muestra la, casi segura, prevalencia de los intereses especulativos, con mucho porcentaje de uso terciario, frente a los intereses vitales de los ciudadanos, en unas decisiones que siempre son políticas.

Solar Corona

La visita transcurre por otros de los 200 solares que todavía existen en Ciutat Vella, entre ellos el antiguo Solar Corona, en la calle del mismo nombre. En el esponjamiento urbano que proponía el plan urbano de hace décadas para ensanchar las calles y hacer más fácil el tránsito peatonal, surgió este espacio tras aparecer ruinas arqueológicas, tinajas de antiguas tintorerías, que hizo que este se quedara en el habitual limbo de los solares. Fue entonces cuando los vecinos solicitaron la cesión de ese espacio urbano «mientras tanto». De 2011 a 2018 los vecinos ocuparon el solar, con fines sociales y culturales y de acceso libre, con la promesa de desalojarlo cuando se reanudaran las obras.

Solar Corona cuando estaba en funcionamiento (Foto: Adrián Torres Astaburuaga).

En 2018 el propietario anunció que había vendido el terreno para construir viviendas. Finalmente es un hotel lo que se va a inaugurar allí de forma inminente. «Las rehabilitaciones se hacen a costa de la terciarización, lo que iban a ser viviendas para recuperar residentes, según el Plan Especial de Protección (PEP), acaban convertidas en hoteles. El principal problema de Ciutat Vella no es solo la despoblación, no es solo la gran bolsa de solares que hay, sino también la colonización por parte de la actividad terciaria», explica Cassola.

La plaza del Ángel, con un entramado alrededor compuesto por una bolsa de solares que rodean un lienzo de la antigua muralla, contemplaba una propuesta que marcaba el plan especial de protección con un recorrido arqueológico que atravesara las manzanas y permitiera seguir el trazado de la muralla.

«Los solares son de propiedad pública, pero de momento, se utilizan para aparcar los coches de un bloque de apartamentos turísticos. Un solar que lleva 45 años parado y que ahora sirve de parking», explican los arquitectos. Una de las pautas de los diferentes planes urbanísticos pensados para Ciutat Vella indicaba la construcción de aparcamientos subterráneos tras la edificación de los solares públicos. Con el paso del tiempo, los solares siguen abandonados y los aparcamientos subterráneos, sin hacer. Paradójicamente, son los propios solares los que sirven, ‘temporalmente’ de parking.

Un tramo de la antigua muralla, enclavada en una bolsa de solares en Ciutat Vella junto a la plaza del Ángel.

La artista Carmen Calvo regaló una réplica de su obra ‘El armario’ para ubicarla en este solar de Ciutat Vella como un gesto solidario con los vecinos del barrio ante la inacción frente a estos espacios.

El paseo por las callejuelas del barrio se detiene en las diferentes brechas que suponen los solares abandonados, donde la naturaleza, ajena a planes urbanísticos, se abre camino.

Eixarchs

Una de las ‘joyas de la corona’ de este solar-tour, por la cantidad de polémica que arrastra, está frente a la iglesia de los Santos Juanes y el Mercado Central, en los Palacios de Eixarchs, del siglo XIV. Tras un cambio del planeamiento urbano, que modifica totalmente la compacidad de la manzana, se ha empezado a construir un complejo turístico de lujo con más de cien habitaciones en 8.000 metros cuadrados repartidos entre un hotel y un edificio anexo de 25 apartamentos.

La asociación vecinal Amics del Carme se ha personado ante la justicia por la licencia de obras concedida por el Ayuntamiento de Valencia porque, según denuncia el colectivo, ahí estaba proyectado construir edificios residenciales y acoger 42 pisos de uso plurifamiliar.

«En el recorrido hemos estado viendo muchas parcelas públicas en barbecho, y aquí ocurría algo parecido. Este era parte de suelo municipal que el Ayuntamiento vendió a los promotores y ahora pasa a ser, carambola, de uso terciario. Esta es la herida de Ciutat Vella: no es que haya demasiados solares sin construir viviendas es que, desde la propia Administración, se juega en contra de los intereses de los vecinos. En urbanismo todas las decisiones que se toman son siempre políticas», apunta Cassola.

La Botja

El recorrido de Teresa Revert y Carlos Silvestre por el centro histórico repara en lugares como el solar del antiguo Cine Princesa, el de la calle Carniceros o el caso del edificio Casavella, para acabar la visita en Velluters, en el Solar de la Botja, un ejemplo de espacio recuperado para la gente, una respuesta real a las carencias educativas, sociales y de ocio del barrio promovida por las entidades vecinales que querían, de paso, eliminar el estigma prostibulario del histórico barrio.

Una exposición de fotografía titulada ‘Solars en trànsit’ complementa estas visitas y analiza doce de estos solares, espacios que han sido testigos de la evolución urbana y social de la ciudad y que suponen «tanto oportunidades como desafíos para un desarrollo sostenible del barrio».

Foto Hort de la Botja.

«El proyecto parte de la premisa de que la transformación de estos solares no debería depender únicamente de decisiones urbanísticas especulativas, como la turistificación agresiva que asola el barrio, sino también del diálogo y la participación activa del vecindario. Buscamos construir una Ciutat Vella más inclusiva, residente y llena de vecinas y vecinos», explican Teresa Revert y Carlos Silvestre. La muestra se abre al público el día 14 de octubre y estará expuesta hasta el 27 del mismo mes.

La exposición ‘Solars en trànsit”’ se puede ver del 14 al 27 de octubre en el Mesón de Morella (Calle Morella, 3, Ciutat Vella, Valencia). De lunes a viernes de 19 a 21 horas; sábado y domingo, de 10 a 12 horas.

Fotografía: Eduardo Manzana y D.R.

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