Las antiguas bodegas Vinival fue el espacio arquitectónico más visitado del festival Open House Valencia 2023, batiendo todos los registros de asistencia, y volverán a participar este año abriendo sus puertas a la ciudadanía durante el encuentro de arquitectura que se celebra en octubre. Seguramente, también volverá a ser el espacio más visitado. Ahora, como calentamiento, una veintena de arquitectos ha podido entrar por primera vez en el edificio enclavado frente a la playa de La Patacona, en Alboraia (València), y conocer de primera mano el proyecto que plantea una constructora, Metrovacesa, «para la transformación y recuperación del polígono industrial degradado».
El edificio de las antiguas bodegas Vinival atrae, ahora que se abren sus puertas, el interés de la ciudadanía y de los expertos, quienes defienden su protección y rehabilitación. Su nacimiento se enmarca en el desarrollismo industrial, en el año 1969, cuando fueron fundadas estas bodegas por parte de las familias Mompó, Teschendorf y Garrigos con el objetivo de facilitar la exportación de los productores vinícolas valencianos. El impulsor de la idea fue Juan Antonio Mompó, fundador y director, durante 40 años, de la Federación Española de Vinos, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Valencia y presidente del Puerto de Valencia.
En 1971 se levantó el edificio proyectado por los arquitectos Luís Gay y J. Antonio Hoyos Viejobueno, cuyo valor patrimonial dentro de la arquitectura industrial ha sido extensamente reconocido aunque no goza de ningún tipo de protección por parte de las administraciones que velan por la conservación de este tipo de edificios, ni a nivel municipal ni autonómico.
El complejo industrial tenía, hasta hace bien poco, un aire de abandono suburbial que se sumaba a la escasa información disponible sobre él y a la evolución de su entorno, muy turístico. Como contaba la arquitecta María Aucejo en su libro ‘Late to the party’, cuando se refería al edificio en 2018, «todos lo conocemos desde la ventanilla del coche, pero nadie sabe qué o quién lo habitó – si es que alguna vez fue alguna cosa más que hito de paisaje de carretera-. Si hubiera una apocalipsis zombie en la playa de la Patacona, este sería el escenario de la última toma».
Estas bodegas fueron una de las de mayor producción de vino hasta que la firma se trasladó a Chiva en 2005 y el conjunto industrial, como explica Aucejo, quedó descontextualizado en un barrio que pasó a ser vacacional. La arquitecta, que lo visitó antes de que se disparara el interés sobre él, explica cómo es el interior de las bodegas, que cuenta con una materialidad opuesta a lo que parece desde el exterior y con una teatralización del espacio, entre barroco y posmoderno, que contrasta con sus rotundas formas externas. La arquitecta, que eligió este edificio para hacer su proyecto de fin de carrera en 2017, proponía convertirlo en un contenedor cultural que pusiera en valor la dualidad del edificio (cáscara/estructura metálica) y aprovechara esas características para hacer un centro sociocultural cambiante y adaptable a las necesidades de sus usuarios.
La declaración de Vinival como Bien de Relevancia Local, con el objetivo de presentar la propuesta al Ayuntamiento de Alboraya y así comenzar con los trámites pertinentes para que el edificio fuera incluido en el listado de bienes protegidos de la localidad, ya fue en 2015 una de las intenciones también de María Molina con su tesis ‘Estudio Constructivo de Bodegas Vinival: puesta en valor y propuesta de intervención’. El edificio sigue, a día de hoy, sin protección patrimonial.
Ahora, volviendo a la actualidad, varios estudios de arquitectura, como Arqueha, ART, Banacloig, EAP, NAC, Selva o TCH y expertos en patrimonio de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), han visitado este edificio para conocer en persona el proyecto previsto para la regeneración de su entorno.
«Este singular edificio forma parte de un plan urbanístico diseñado por el estudio del arquitecto Juan Herreros para transformar el antiguo polígono industrial donde se encuentran las bodegas en un nuevo ecobarrio que aspira a revitalizar la zona. El proyecto de Herreros propone recuperar las bodegas con nuevos usos y las sitúa como centro de una amplia red de espacios libres y zonas verdes para el disfrute de todos», explican desde el festival.
«El diseño urbano, inspirado en otros barrios de referencia a la vanguardia de la sostenibilidad social y medioambiental, se ha trabajado con administraciones, técnicos y profesionales, asociaciones locales y vecinos del barrio para adaptarse mejor a las necesidades y expectativas de la comunidad local. El plan aportaría 1042 nuevas viviendas -un 30% de protección pública-, comercio de proximidad y dotaciones para suplir las carencias del barrio. En la actualidad el edificio de las bodegas Vinival no goza de ningún grado de protección y continúa degradándose a la espera de la aprobación urbanística del proyecto, que podría darle una segunda vida», apuntan desde Open House Valencia. «Tanto expertos en arquitectura como ciudadanos de a pie coinciden en la importancia de que proyectos de este tipo avancen más rápidamente».
Sara Portela, directora de Open House Valencia, acompañó a la comitiva. “Las antiguas bodegas Vinival son un hito arquitectónico de La Patacona. Su singularidad tipológica y formal permite albergar nuevos usos socioculturales, con un gran potencial para revitalizar el barrio. No podemos permitir que se sigan degradando piezas tan destacadas del patrimonio industrial valenciano. En Open House Valencia acercamos la arquitectura a las personas y las más de 350 visitas que recibió este edificio en pocas horas durante el festival demuestran el interés de la ciudadanía por Vinival”.
En esta línea ha nacido recientemente en el barrio una asociación vecinal “Sí al Proyecto Vinival”. “Esto es un símbolo de La Patacona y cada día que pasa todo el espacio en torno a las bodegas se deteriora más”, explica la presidenta de la asociación, Jerusalén Sierra. “Por eso nos hemos organizado para impulsar el desarrollo urbanístico de Vinival en defensa de los intereses de los vecinos de La Patacona que ven en este proyecto una garantía de futuro para todos”.
Por otro lado, en el frente opuesto, hay una fuerte movilización de vecinos de la zona, pertenecientes a la Asociación de Vecinas y Vecinos Patacona-Vera, que no están tan contentos de que la densidad poblacional de sus calles se vaya a multiplicar sin tener, hoy en día, resuelto el tema del aparcamiento, que ya supone un quebradero de cabeza a la gente que vive allí; o sin tener en cuenta los propios accesos a La Patacona. De hecho, la Asociación de Vecinas y Vecinos Patacona-Vera, presidida por Ana López, ha pedido la dimisión del alcalde de Alboraia y se ha posicionado totalmente en contra del proyecto Vinival tal y como está concebido ahora, «que atentaría gravemente a nuestra calidad de vida, llevándonos a la masificación y el hacinamiento», explican en un comunicado. «Le quitamos el disfraz ‘ecológico, sostenible y social’ al proyecto urbanístico Vinival, una colmena de 1042 viviendas que, claramente, es un pelotazo ‘de libro'», apuntan.
«Ni Metrovacesa, ni el Estudio Herreros, ni ninguno de esos firmes defensores del edificio han presentado un presupuesto que corrobore supuestos futuros usos del recinto. Hasta la fecha, nadie ha explicado cómo va a ejecutar la remodelación del mismo sin desmontarlo, ni cuánto va a costar ni en qué plazo. Es bien sabido que el Ayuntamiento de Alboraya no tiene intención, ni recursos ni medios para hacerlo. Esta asociación se ha posicionado siempre y completamente a favor de que se urbanice la zona. Nuestra postura es clara, y no se refiere a las bodegas, sino al excesivo número de viviendas proyectadas y la falta de dotaciones y la absoluta inexistencia de un gran parque en el barrio. Nuestra postura sí es ecológica y adaptada a los tiempos», explican desde la Asociación de Vecinos Patacona-Vera.
«Nuestro temor es que las bodegas terminen siendo derribadas (de ahí que no se hayan protegido) para construir todavía más viviendas, o peor aún, un gran centro comercial que acarrearía serios problemas a un barrio residencial amenazado por el afán especulativo y el turismo», concluyen. Todas sus reivindicaciones se pueden consultar aquí.
La participación de las bodegas Vinival en la VI edición de Open House Valencia, que tendrá lugar del 25 al 27 de octubre, vuelve a ser un buen momento para visitar el edificio y conocer este patrimonio de arquitectura industrial. «De hecho, una de las cuestiones que más sorprenden al público visitante es, precisamente, la falta de protección del edificio», apunta Gerardo Guerrero, de la empresa Metrovacesa.