Ha tardado cinco años en tomar cuerpo. Desde que Amparo Balbastre, una de sus integrantes, me sugiriese que había que rescatar la historia de Tráfico de Modas, hasta el próximo jueves, en que se inaugurará la exposición en La Nau (“Tráfico de Modas, 1980-1992. Arrebato, juego, familia”) y verá la luz la publicación homónima que hemos preparado.
Cinco años en que ha pasado de todo, incluido un cambio de comisaria (Sara Losada le dio el testigo a Esther González Gea, quien a su vez lo ha compartido con Pedrín Errando y María José Villalonga). Cinco años de mucho trabajo (no se lo imaginan) que habrán dado de sí el reflejo de aquellos poco más de diez años que duró la aventura de María José Villalonga y buena parte de los hermanos Errando Mariscal; incluido Javier Mariscal, que se encargó de traducir los diseños de Pedrín Errando a la dimensión necesaria para que estos pudieran convertirse en estampados: los de las camisetas y los vestidos que durante aquel tiempo definieron su propuesta de moda.
La aventura de Tráfico de Modas, como tendrán ocasión de comprobar, tuvo un final amargo. La moda rápida (la misma que está devorando hoy nuestro planeta) y un buen número de impagados (fruto, en unos casos, de la galopante crisis económica de comienzos de los noventa; en otros, de la proverbial cara dura de algunos) llevaron a poner punto final a un proyecto que nació con vocación de romper con lo establecido.
Diseño gráfico de Mati Martí sobre fotografía de Xavier Guardans.
Me permito ahora, como coordinador de la publicación, reivindicar el trabajo que ha llevado la diseñadora Mati Martí y las personas que han colaborado con diversos textos: desde la comisaria, la ya mencionada Esther González Gea, a Cristina Pérez o Carles Gámez, pasando por un servidor, que se ha encargado de entrevistar a media familia Errando Mariscal, pero también a María José Villalonga o a Amparo Balbastre, culpable en buena parte de todo esto.
Sin olvidarnos, claro está, de Miguel Jiménez, de la extinta tienda de discos Zic Zac, que nos habrá ayudado a rellenar los huecos de la memoria en lo que se refiere a la música que, con Tono Errando, ayudó a seleccionar para los desfiles de Tráfico de Modas. La música de los años que Jorge Albi definiera como los del “perfume bonito”; esto es, la de los 80 en oposición a la de los 90. Pero esto ya es otro cantar.
La exposición Tráfico de Modas 1980 – 1992. Arrebato, juego, familia, se podrá ver del 15 mayo al 12 octubre en la Sala de Bigues del Centre Cultural La Nau (Nau, 2, Valencia).
IG Rafa Martínez: @eleganceancienne