Vinçon e Ikea: el buen diseño y su democratización

18 octubre 2024

por | 18 octubre 2024

La muestra ‘100 objetos de IKEA que nos hubiese gustado tener en VINÇON’, que se puede ver en el Disseny Hub Barcelona, parte de una idea original de Fernando Amat, alma mater de la firma catalana quien propuso, junto a Sergi Amat, seleccionar 100 objetos de la marca sueca que les hubiese gustado tener en su mítica tienda. Juli Capella, que es el comisario de la exposición, ha desarrollado esta idea inicial para, más allá de la selección de las piezas, establecer un juego de espejos entre las dos marcas: dos referentes que han marcado las últimas décadas del diseño y que, pese a las evidentes diferencias de escala, también presentan semejanzas.

Este análisis comparativo, que profundiza en 14 ítems que van desde la historia y los fundadores a las cifras o la geografía, pasando por el logotipo, la publicidad, las bolsas, la democratización del diseño, la promoción de la cultura o la arquitectura de las tiendas, pone en evidencia diferencias como el alcance territorial, la facturación o el tipo de gestión. Pero también saca a la luz algunas características comunes en el perfil de sus impulsores, en la importancia que las dos marcas han dado a aspectos como la comunicación, el naming, el sentido del humor o en el compromiso compartido con el buen diseño.

VINÇON se basó en la comunicación clara y directa con sus clientes. Los trataba con respeto pero a la vez con altas dosis de humor. Siempre ofrecía una explicación funcional de cada producto, donde la calidad, la procedencia, la productora y el diseñador era una información valiosa. En sus inicios, los dibujos de Mariscal servían de folleto informativo.

En 1972 Fernando Amat encargó la primera bolsa a América Sánchez, que dibujó una mano con seis dedos, como las letras de VINÇON, con las uñas pintadas del rojo corporativo. A partir de entonces se sucedieron muchos modelos de diversos autores. En 1995 se editó una bolsa de la artista estadounidense Barbara Kruger, que en 1987 había creado el cartel con el lema “I shop therefore I am”, que emulaba la famosa frase de Descartes. Amat contactó con ella después de una exposición en Barcelona y le pidió autorización para poner este logo anti consumista en la bolsa de VINÇON.

La conversación que la exposición establece entre VINÇON e IKEA permite reflexionar sobre aspectos como qué es el buen diseño y cómo impacta en la vida cotidiana de las personas, los cinco valores del diseño democrático (forma, función, calidad, sostenibilidad y precio) o la interrelación entre funcionalidad y estética.

La exposición informa del precio de las piezas escogidas, un hecho nada usual en un museo. Y lo hace precisamente con la intención de introducir el debate sobre la importancia social que tiene este dato a la hora de escoger un producto. El juego de espejos entre las dos marcas también plantea otros temas más allá del diseño, como los valores que marcan las decisiones de compra en las sociedades de consumo y las implicaciones sociales y ecológicas que estas acaban teniendo.

VINÇON e IKEA representan dos negocios extremos en el mundo del diseño. Uno con vocación contenida y local; el otro con visión expansiva internacional. VINÇON no llega a facturar ni el 1% de las ventas de IKEA en España. A nivel mundial, IKEA factura ahora 3.142 veces más que VINÇON en su mejor año. Sin embargo, el número de referencias ofrecido por las dos marcas es similar: cerca de 10.000 productos.

VINÇON era una tienda multimarca que seleccionaba en el mercado internacional aquellos productos que consideraba que encajaban con sus intenciones. Por el contrario, IKEA fabrica sus propios productos ya con una intención y estrategia determinadas. No obstante, VINÇON editó numerosos productos cuando detectó un agujero en el mercado que ninguna marca cubría. Habitualmente se trataba de productos básicos. En 1975 editó un calendario diseñado por América Sánchez donde solo aparecía lo imprescindible: los números del mes y los días, todo con un cuerpo grande y bien visible. No tenía ningún elemento más, ni tampoco ilustraciones. Hoy en día, después del cierre de VINÇON en 2015, se continúa editando.

Los motivos conceptuales y artísticos de las bolsas hicieron aparecer algunos coleccionistas que las guardaban como trofeos gráficos y como resumen de la evolución estética local.

Juli Capella, primero por la izquierda, comisario de la muestra, junto a Fernando y Sergi Amat, de la firma VINÇON, y el resto de personas implicadas en la puesta en marcha de la exposición.

Fernando Amat, a las puertas del Museo IKEA en Älmhult, listo para seleccionar las piezas que ahora se pueden ver en la muestra.

El núcleo central de la exposición lo constituyen 100 piezas de IKEA seleccionadas por Fernando y Sergi Amat, los 100 productos de la cadena sueca que les hubiese gustado tener en su tienda. La selección se ha hecho después del viaje de Fernando Amat al Museu IKEA en Älmhult (Suecia), así como de varias visitas con su sobrino a la tienda de IKEA en L’Hospitalet y la consulta de catálogos históricos y del actual catálogo online.

Evolución del logotipo de Vinçon (arriba) y de IKEA (abajo). Las dos marcas empezaron con logotipos dubitativos, con mucho texto explicativo. Pero, con el tiempo, fueron cogiendo personalidad. El nombre de VINÇON deriva del apellido de uno de los fundadores de la empresa. La marca gráfica la creó, como en muchos negocios de la época, un dibujante comercial de la imprenta. Más tarde se utilizó un logotipo a base de puntos, que se instaló en la fachada. En 1965 se hizo un encargo al cartelista Josep Artigas, que creó una “V” como símbolo. Posteriormente se fabricaron unas letras de neón para la fachada, que se convirtieron en un signo identificativo muy notable en el paisaje urbano de Barcelona. A partir de 1972, este logotipo se combinó con un encargo a América Sánchez de la nueva imagen, inspirado en las letras de plantilla, y se utilizó para toda la comunicación gráfica hasta el cierre. El color corporativo era el rojo, combinado austeramente con el negro y el blanco.

IKEA es un acrónimo del nombre del fundador de la empresa (Ingvar Kamprad), y la granja y la población de su lugar de nacimiento (Elmtaryd y Agunnaryd). El primer logotipo correspondía a HANDELSFIRMA IKEA, es decir, Empresa Comercial Ikea. Poco tiempo después se simplificó a IKÉA, con acento en la letra “e” y con letra perfilada sombreada. En los años 40, el logotipo se convirtió en una letra corrida minúscula, que facilitó que se pronunciara todo seguido y no deletreado. En 1951, la agencia Sandströms incorporó una nube y volvió a optar por las mayúsculas. Gilles Lundgren, famoso diseñador interno, rediseñó el logo dándole inclinación y el grosor característico que tiene hoy en día. En los años 60, se suprimió el acento, la nube se convirtió en elipsis, y las letras recuperaron horizontalidad. No fue hasta 1984 cuando se registró la marca y se universalizó el logotipo, muy similar al actual, con sus característicos colores azul y amarillo, representativos de la bandera de Suecia.

Vinçon, el lugar del diseño como cultura

VINÇON bajó la persiana en 2015 después de casi 75 años de singular actividad comercial y cultural. Su origen se remonta a los años 20 del siglo pasado cuando Enrique Levi abrió un negocio de importación y venta al por mayor de porcelana fina. Años más tarde, se asoció con su cuñado Hugo Vinçon y cogieron un local en el Passeig de Gràcia que, a partir de 1940, pasó a llamarse Regalos Hugo Vinçon, con un punto de venta de objetos de cristal y porcelana, un espacio para la exposición de arte y un extenso espacio para almacenar mercancías.

Uno de los empleados, Jacinto Amat, se quedó con la empresa en 1957. Poco después, sus hijos Juan y Fernando se incorporaron a un negocio que cambió cuando, después de la muerte del padre, en 1967, ellos cogieron las riendas. Juan y Fernando fueron perfilando una propuesta que acabó convirtiéndose en uno de les establecimientos más singulares y emblemáticos de la ciudad.

Fernando Amat en una foto de su archivo personal.

La historia de VINÇON se concentra en el Eixample barcelonés, un símbolo de la trama urbana y de la cultura del diseño en el mismo corazón burgués de la ciudad. La tienda se ubica en la misma manzana que el icónico edificio de La Pedrera, de Antoni Gaudí. El establecimiento se fue expandiendo progresivamente hasta convertirse en un hormiguero con salida a tres calles y una amplia terraza.

Los dos hermanos empezaron a llevar a Barcelona diseño internacional, que seleccionaban basándose en su intuición y con una sensibilidad casi comisarial. Este buen olfato para escoger objetos que interesaban a los barceloneses y la apertura comercial de España después de los años de escasez de la postguerra hicieron crecer las ventas.

Interiores de la tienda de VINÇON en el Passeig de Gràcia.

Más allá de la actividad comercial, la empresa convirtió La Sala Vinçon en el primer espacio de Barcelona donde se hablaba de diseño como cultura cuando aún no existía en la ciudad ninguna institución que promocionara el sector. Esta sala llegó a organizar hasta 316 exposiciones con acceso siempre gratuito.

La Sala Vinçon abrió sus puertas en 1973 en un inmueble que había sido el estudio del pintor modernista Ramón Casas y que se situaba en el altillo de la tienda. Programó exposiciones de libre acceso, algunas de arte conceptual y otras de diseñadores de renombre como Alessandro Mendini, Philippe Starck, Achille Castiglioni, Ron Arad, Ingo Maurer, Jean Nouvel, Marc Newson, Oscar Tusquets, Konstantin Grcic, Ronan Bouroullec, Michele de Lucchi, Droog Design, Martí Guixé, Rafael Marquina, Carles Riart, Fernando Salas, Grup Transatlàntic, Martín Azúa, Curro Claret, Álvaro Catalán, Nacho Carbonell, díez + díez o Antoni Arola.

Fue durante décadas un activo centro programador de la cultura del diseño cuando en Barcelona no había ninguna institución de este calibre. Por eso se puede considerar un «proto museo» del diseño en la ciudad. La crisis que se fue arrastrando desde el año 2008, la competencia y la turistificación de Passeig de Gràcia, llevaron a la familia a decidir el cierre en 2015.

VINÇON fue clave en la eclosión del diseño barcelonés. Todas las guías internacionales citaban la tienda como un hito imprescindible del nuevo diseño barcelonés y español. Ejerció de prescriptor, altavoz, cuna, difusor, expositor, interconector e internacionalizador del sector.

Tanto VINÇON como IKEA han huido del uso de la publicidad comercial convencional. Las dos han buscado una estrategia de singularidad que las mostrase como una marca auténtica, diferente del resto de la oferta. En las fotos, distintos escaparates de VINÇON.

Por eso el DHub ha querido reconocer este papel, primero con la publicación del libro “Vinçon. 1929-2015”, editado por el Ajuntament de Barcelona, el Institut de Cultura, el Museu del Disseny de Barcelona y la editorial Tenov, y ahora con esta exposición sobre el legado cultural de la tienda.

La exposición ‘100 objetos de IKEA que nos hubiese gustado tener en VINÇON’ se puede ver, hasta el 23 de febrero de 2025, en el Disseny Hub Barcelona (DHub).

Fotografía: DHub. Foto de portada: Lluís Capdevila. Fachada de la tienda de VINÇON en el Paseo de Gracia (Barcelona).

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