El edificio, construido entre 1915-1922, fue diseñado por el arquitecto zaragozano Miguel Ángel Navarro Pérez. Como la gran mayoría de los inmuebles de Correos de la época, la monumentalidad de la construcción fue un símbolo del progreso que significaron las comunicaciones postales y telegráficas en las primeras décadas del siglo XX. El edificio de Correos fue subvencionado por el gobierno de Maura para la modernización de los servicios postales en España.
Las esculturas de la fachada son alegorías de las comunicaciones: las del tímpano representan a los cinco continentes y las figuras de los remates, junto al reloj, llevan cartas y símbolos telegráficos. La grandiosidad del edificio responde a la arquitectura oficial, que en ese momento estaba conformando el entorno de la plaza del Ayuntamiento de Valencia.
Una torre metálica de treinta metros corona el edificio, réplica de la original. En el interior hay una escalera de caracol que da acceso a un mirador. Una sala oval reproduce el mismo estilo de la fachada con columnas de estilo jónico. El centro está coronado por una cristalera artística diseñada por los hermanos Mauméjean, formada por 370 paneles que contienen los escudos de las 48 provincias de España, y, en el centro, fabricado en latón, está el de la ciudad de Valencia.
El edificio tiene, cuando se cumple un siglo de su construcción, un indudable valor patrimonial. El fin de semana y durante el lunes 25 de abril, este sitio, recientemente adquirido por la Generalitat Valenciana para convertirlo en una sede cultural, permanecerá abierto al público desde las 10 de la mañana hasta las 20 horas.