El Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia ha inaugurado una exposición, “Antonio Escario Martínez (1935-2018)”, sobre la obra del arquitecto valenciano, autor del edificio de La Pagoda, en Valencia, entre otros proyectos destacados. La muestra, organizada por el Archivo Histórico del CTAV, se puede visitar en la sala de Exposiciones del CTAV hasta el 18 de febrero.
Antonio Escario, reconocido con la distinción de “Mestre Valencià d’Arquitectura 2010-2012”, es uno de los grandes arquitectos valencianos del siglo XX, «pieza clave para entender la arquitectura de una época», apuntan desde la organización de la muestra.
Se titula como arquitecto por la Escuela de Arquitectura de Madrid en el año 1963, siendo discípulo de Javier Sáenz de Oiza. De 1965 a 1977 es arquitecto de la Diputación Provincial de Albacete y en 1967, del Ministerio de Vivienda, arquitecto jefe de la Delegación de Albacete del Ministerio de Educación (1972-1980), de la Unidad Técnica de la Consellería Cultura y Educación de la Generalitat Valenciana (1981-1987) y de la Unidad Técnica de la Universitat de València (1989-2006).
Escario formó estudio con José Vives y Antonio Vidal (EVV) en 1966, y su capacidad de comunicación gráfica le llevó a realizar dibujos de muchos de sus proyectos. «Esta exposición los quiere poner en valor como muestra de una forma de trabajo que formaba parte del quehacer de una generación de arquitectos», explican desde el Colegio de Arquitectos.
Sus proyectos más destacados los lleva a cabo en el período comprendido entre 1966-1986, cuando forma parte del equipo EVV, «con propuestas innovadoras fruto de un trabajo común y un esfuerzo colectivo que dan resultados como el Oratorio de San Felipe Neri y el Museo arqueológico, ambos en Albacete, o la Torre Ripalda – la Pagoda-, entre otros muchos».
La Pagoda es un edificio que se pensó para la burguesía que en 1967 quería vivir en un sitio menos convencional que las casas del Ensanche pero con todas las comodidades y lujos. Fue el primer edificio de la ciudad que incorporó aire acondicionado a todas sus viviendas, que oscilan entre los 120 y los 300 metros cuadrados de superficie, y está realizada con un lenguaje orgánico de inspiración japonesa, de ahí su nombre.
«La obra que con mayor acierto ha sabido plasmar la euforia constructiva desarrollada por la pujante burguesía valenciana del momento», según DOCOMOMO Ibérico.
La presidenta del CTAV, Marina Sender, ha destacado que “el hecho de acoger esta muestra responde a la voluntad del Colegio de difundir la obra de los grandes arquitectos de nuestra provincia. Desde nuestro Archivo Histórico, que llevamos tiempo potenciando y trabajando en él, tenemos la oportunidad de mostrar estos trabajos que pueden ser de interés no solo para los profesionales sino para toda la ciudadanía”.
La exposición, organizada por el Archivo Histórico del CTAV y comisariada por la arquitecta Carla Sentieri Omarrementería, Profesora del departamento de Proyectos Arquitectónicos de la UPV, se puede visitar en la Sala de Exposiciones del CTAV (Hernán Cortés, 6. Valencia), hasta el 18 de febrero.