Piano Piano son Maria Donnini y Maria Grifo, arquitectas por la Escuela de Arquitectura de València con una pasada por Italia y Portugal, donde aprendieron a apreciar el gusto por el detalle, la delicadeza y la belleza de las cosas simples.
Su práctica la aplican a trabajar sobre lo ya construido, «conocemos el respeto que esta arquitectura profesa, tanto si es culta como si proviene de no arquitectos. Pero a la vez, aprendemos a valorar el oficio de arquitecto, en un sentido práctico, y también en un sentido teórico, muy importante según nosotras en estos tiempos que vivimos. Todas ellas son cuestiones que aplicamos en nuestros proyectos y trabajo diario».
«Entendemos el proceso de hacer arquitectura como un universo conformado por multitud de cosas arbitrarias y fascinantes que no tienen valor si persisten aisladas, pero que pueden dar una respuesta adecuada si se entremezclan en un discurso narrativo común», explican.
‘La serpiente del Botánico’, uno de los últimos proyectos de las arquitectas del estudio Piano Piano (Fotografía: Milena Villalba).
Sometemos a las arquitectas a cuatro preguntas para saber cómo pasan el verano, si son más de playa, montaña, ciudad o aldea; si tienen debilidad por el salmorejo o les horroriza; qué tienen previsto intelectualmente para superar el bochorno estival y qué planes les esperan en septiembre cuando, como todo el mundo sabe, empieza el año nuevo.
¿Qué hacéis en agosto?
Para nosotras lo principal es desconectar del trabajo y de la gestión del estudio, permitirnos horarios más dilatados para actividades placenteras y disfrutar del relax que nos produce no trabajar.
A las dos nos gusta descansar y romper con los límites autoimpuestos a lo largo del año, comer y beber bien y estar a remojo allí donde haya agua: en piscinas privadas o comunitarias rodeadas de familias, albercas, ríos, playas con sombrillas o rocas y calas desiertas con una cabra como vecina.
De la misma manera, también nos gusta aprovechar y estar de una manera más distendida con familia o amigos a quienes no podemos ver tanto durante el resto del año o con quienes la premura y la rigidez de la vida alrededor del trabajo nos lleva a tener conversaciones muy relacionadas con la rutina.
¿Qué sitios os gusta visitar en vacaciones?
Ambas coincidimos en que en verano no nos gusta visitar ciudades, sino que preferimos combinar nuestras vacaciones entre espacios de siempre muy relacionados con la naturaleza y la vida en exterior (casas familiares en pueblos o aldeas) en las que disfrutamos de cenas a la fresca, siestas y sobremesas, con lugares nuevos que también invitan a la vida lenta, al relax y a las excursiones entre vegetación y que nos permitan poder despegarnos de nuestro entorno más inmediato.
Castelsardo, en Cerdeña.
Ambas preferimos el clima mediterráneo y este año tenemos la suerte de poder visitar diferentes lugares de la costa mediterránea: Mallorca, Cerdeña o una pequeña isla perdida en el Egeo. Como excepción, un viaje a la Bretaña, con un clima más fresco pero con un ambiente muy marinero y dominado por las mareas en el que poder vivir la playa de otra manera.
El alimento (real y espiritual) para este mes
La verdad es que a las dos nos gusta mucho comer y nos gusta comer bien o disfrutar del placer de poner una mesa bonita: el verano es perfecto para comidas en grupo y sobremesas eternas o barbacoas familiares que a veces es difícil reproducir en otros momentos del año. Nos gustan los productos frescos de temporada y las elaboraciones sencillas: tomates, clóchinas y tellinas, cocas o platos aderezados con cilantro y lima.
En Bretaña queremos disfrutar de las ostras y el marisco y poder tener un momento para tomar un Ricard, un licor anisado, con agua. En Grecia nos apetece mucho perdernos por las carreteras de la isla que visitaremos y dar con una taberna en la que sirvan un asado de carne de cabra muy especiado, una ensalada con queso Xinomizythra y postres fritos acompañados de un digestivo llamado Psimeni Raki.
En cuanto a la lectura, nuestras vidas familiares diversas nos hacen tener una relación diferente con ella, pero siempre presente: este verano apostamos por una novela ligera, romántica y poética, ‘Seda’ de Alessandro Baricco y por la biografía de María Antonieta de Stefan Zweig.
También por el segundo de los libros de la saga de las ‘Crónicas de los Cazalet’ de Elizabeth Jane Howard o la novela ‘Mercurio retrógrado’ de Emily Segal, que se nos antoja fresca y veraniega.
¿Qué os espera en septiembre?
A la vuelta de las vacaciones concluiremos algunos proyectos que tenemos en ejecución como la adecuación de la Almazara de la Artejuela y su entorno natural, un proyecto muy bonito que combina la recuperación de patrimonio material y cultural con paisajismo, atendiendo a detalles en una escala controlada que permite trabajar sobre ellos de una manera delicada o una reforma muy especial y llena de detalles en Regne de València, en la que hemos podido combinar colores y texturas e iniciar una línea de trabajo que nos ilusiona: poder diseñar piezas cerámicas.
Por otro lado, iniciaremos la construcción de proyectos de vivienda que nos gustan mucho en distintos lugares como el Cabanyal o Alfafar o desarrollaremos otros nuevos o recién iniciados en Nazaret y Cheste, un proyecto este último que ha supuesto un reto por sus reducidas dimensiones pero del que creemos que va a resultar un proyecto espacial muy interesante.
