Explica el pintor Joël Mestre que todo dibujo y toda pintura tienen su banda sonora. «La música nos predispone al trabajo y a la evasión, una conjunción que no siempre funciona con otras actividades. Mientras llega la forma sobre el papel o el lienzo la música aprovecha toda nuestra vulnerabilidad. A través del oído queremos conocer y estimular parte de nuestra conformación psíquica, dejar abierta la incógnita es el principio de algo emocionante y la concatenación de asociaciones inesperadas». Gabinete de Dibujos cierra su temporada con la muestra Hello image, de Roberto Mollá, quien dice que también habría podido llamarse «exposición que empieza con el primer verso de una canción de The Cure», el que un día de 1980 pronunció Robert Smith «hola imagen, cántame un verso de tu canción favorita» (The Cure, Seventeen seconds, 1980).
En el estudio de Roberto Mollá, continúa Mestre, hay mucha música y de todo tipo, pero sobre todo hay melodías electrónicas y experimentales a las que suele recurrir a menudo, como las del grupo Einstürzende Neubauten.
En ocasiones una canción puede ser el detonante de una exposición, el encuentro de una nueva imagen. Conocida es la obsesión de Piet Mondrian con la música de jazz y el charlestón, la música de su tiempo. La decoración y el orden ortogonal de su estudio, los pasos de baile sincopados, eran otra forma de pensar su pintura, reflexiones que también escribía y le alejaban temporalmente de ella para regresar con más fuerza y convicción. «Creo que el orden espacial y sonoro que cada uno impone a su lugar de trabajo influye en su pintura y dice mucho de la naturaleza de quien lo habita (…). Dependiendo de la actividad que se va a ejecutar o la inquietud con la que uno comienza su trabajo se necesita un tipo de aliado u otro, la elección de la música adecuada puede ser determinante».
Los dibujos de Roberto Mollá, que se exponen en Gabinete de Dibujos durante el verano, muestran sus característicos juegos geométricos y gamas de color sobre papel milimetrado donde el artista homenajea e ilustra la música que le ha acompañado en su estudio durante horas de trabajo. «Invita al espectador, aun con el corazón encogido viendo lo que pasa en el mundo, a bailar y celebrar la sinestesia», apuntan desde la galería.
Opina Mestre que hay en los dibujos de Roberto Mollá una sorprendente tranquilidad y una habilidad para capturar la rapidez del pensamiento tan característica de la música.
«La inmersión en sus dibujos nos recuerda que toda experiencia artística posee una cualidad sinestésica, que nuestro cuerpo tiene diversas vías sensoriales en las que un sentido puede invadir a otro evocando recuerdos corporalmente sentidos (Siri Hustvedt). Esquinado en alguna de sus composiciones, Roberto ha empleado un guiño a la portada de Peter Saville del disco ‘Power, Corruption & Lies’, de New Order (1983), donde se codifica por colores las letras del título del álbum. Por ahí merodean entre sus dibujos unos listones pintados a modo de balizas que parecen los ejes de orientación que todo marco necesita, que toda danza o baile reclaman. La referencia de un eje nos recuerda la simetría de un baile. Es el momento de que cada uno baile lo que pueda».
La exposición Hello image, de Roberto Mollá, puede verse en Gabinete de Dibujos (Literato Azorín, 33 bajo, Valencia) desde el 19 de junio hasta el 28 de agosto.
