La geometría del Cabanyal

18 agosto 2023

por | 18 agosto 2023

El estudio valenciano Viruta Lab, con María Daroz y David Puerta al frente, firma la rehabilitación y el interiorismo de una vivienda histórica en el barrio valenciano del Cabanyal para la tercera generación de una familia. Elementos arquitectónicos originales, materiales preexistentes y el alma de este barrio popular se elevan a través de una recuperación respetuosa.

Un edificio de dos plantas, que data de 1946, al cual era necesario devolverle su esplendor oculto, opacado durante demasiados años por su cierre, la humedad y el paso del tiempo. Así pues, se trata de una modesta vivienda en la que vivían los abuelos del actual propietario.

«Un lugar de un inconmensurable valor sentimental que respira el recuerdo de una familia entera. En ella, el patriarca anclaba cada día su red de pescador en la fachada tras terminar su jornada», explican desde el estudio. El patio interior aún lo dibuja sentado en su banqueta de cuerda junto al abrevadero de piedra que ha sido recuperado por el estudio valenciano como seña del paso del tiempo.

El proyecto se centra en elevar el historicismo de la casa para que la tercera generación pueda volver a disfrutar de ella. Para ello, Viruta Lab ha recuperado las partes esenciales que pudieran estar deterioradas «aportando un nuevo lenguaje que evoque mar y sal en cada rincón. A través de materiales tradicionales, empleados desde los años 20, el cromatismo y su formalidad ha materializado una vivienda con telones pintados de salitre», apuntan.

La experiencia de Viruta Lab en el ámbito de la conservación del patrimonio arquitectónico le ha permitido realizar una intervención respetuosa en esta vivienda. La planta del proyecto responde a la geometría típica del barrio del Cabanyal: una vivienda de dos plantas con una fachada de reducidas dimensiones y una comunicación vertical al fondo junto a un pequeño patio. Para conservar su esencia, el estudio ha mantenido el color de la fachada, así como su distribución ornamental con los huecos y la escalera principal.

«En la planta baja, se proyectan las zonas de día de conceptos abiertos. Estas conectan la entrada de la vivienda con el patio trasero generando perspectivas, potenciando las percepciones geométricas y dotando al espacio de ventilación cruzada directa y mayor iluminación natural. En ella, se encuentra también una gran caja de madera que vertebra el espacio que funciona como contenedor para el servicio de aseo que queda oculto en su interior».

En la planta superior, Viruta Lab ha proyectado los dos dormitorios que comparten núcleo central: un aseo completo cerrado, a modo de caja de madera, con una zona de lavabo exterior que funciona como isla y elemento diferenciador. Este baño genera una doble circulación que se tamiza con la recuperación de las antiguas puertas de cristal y madera.

La materialización de la vivienda sigue una única dirección: reinterpretar el diseño de interiores original, adaptándolo a las necesidades de la actualidad. Por eso las paredes originales de ladrillo se han preservado en los muros medianeros para contrastar con una alfombra de mosaico bicolor azul y blanco roto en modelo damero que viste los suelos y paredes del espacio.

Se trata de un elemento típico de las fachadas del Cabanyal que, a partir de 1875, comenzaron a experimentar una eclosión por este material cerámico de formas geométricas que, todavía hoy, forma parte del imaginario popular del barrio. Este diseño de damero aporta un efecto óptico hipnótico que maximiza los espacios y se presenta como un elemento diferenciador, tradicional y con una atmósfera propia.

 

Por su parte, la carpintería interior fue recuperada antes de la demolición. Tanto la puerta de acceso como las de paso a las habitaciones han sido tratadas, decapadas y enceradas.

El resto de la carpintería se ha proyectado para generar los volúmenes destinados a los aseos. Estos cuentan en su interior con el aplacado en mosaico bicolor que cose el interiorismo de la vivienda y con el techo entelado en esparto que diferencia la zona de higiene personal, finalizada en microcemento.

Además, la vivienda cuenta con una azotea transitable que ha sido destinada para el descanso lúdico. En ella, se ha impermeabilizado la cubierta con una plaqueta tradicional de barro en formato pequeño, llamada catalana, y colocada a tresbolillo. Sobre ella, descansa un cenador de madera con vistas al Cabanyal.

La vivienda mantiene la entrada de luz natural tradicional con la que fue concebida en 1946. Por el nivel de protección que presenta por parte de Patrimonio, Viruta Lab ha respetado los huecos que bañan el interior. Además, el patio trasero insufla luz ambiente al interior a través de su apertura generosa hacia la cocina.

Por otra parte, el imponente mirador acristalado que sobresale del plano de la fachada en la planta superior funciona como canalizador de la brisa del mar y el olor a salitre.

Viruta Lab, con María Daroz y David Puerta al frente en la casa que han recuperado en el Cabanyal.

El mobiliario ha sido diseñado por Viruta Lab ad hoc para poder cerrar este diseño de interiores de gran complejidad debido a sus reducidas dimensiones. Así mismo, el estudio ha solucionado los elementos discordantes a través de tres materiales: la madera tintada en el tono del resto de la carpintería interior, el textil de esparto y el tejido verde de los asientos.

En cuanto al cromatismo, el verde del mobiliario junto al azul del mosaico damero potencian los colores más usados en las viviendas de esta tipología de arquitectura valenciana.

Fotografía: David Zarzoso.

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