La actual avenida del Oeste de València nació con la idea de convertirse en una gran vía que iba a atravesar el centro histórico, entonces degradado, siguiendo como referente las grandes ciudades europeas como París, Londres, Viena y Madrid de finales del XIX y principios del siglo XX. Los bulevares de Haussmann, en París, con su lema de “airear, unificar y embellecer”, eran un modelo importante para esta nueva época.
El nombre inicial de la vía valenciana, cuando se proyectó, da una idea precisa de la intención de su trazado: Gran vía desde San Agustín hasta el puente de San José. Y también da una idea de la aspiración de la ciudad a tener un espacio moderno y monumental aunque eso supusiera arrasar con infinidad de callejuelas de Ciutat Vella.
Una vez iniciada la construcción de la futura avenida, con sus derribos previos, las tendencias urbanísticas europeas fueron volviéndose más conservacionistas: la doctrina de preservar los centros urbanos, con sus diferentes tramas, va ganando terreno y se descarta la cirugía radical practicada sin miramientos en el XIX.
Mientras se producían los debates urbanistas entre partidarios de lo uno y de lo otro, y las movilizaciones ciudadanas sobre esto, llegó 1957 con la gran riada que inundó València. El proyecto quedaba abandonado, definitivamente, poco tiempo después ya que los presupuestos de la ciudad quedaron alterados con la catástrofe y se centraron en recuperarse de la tragedia.
Sin embargo, en la parte que sí llegó a construirse de esa avenida moderna e higienista (y especulativa, también) podemos ver ejemplos de la arquitectura más granada de la época. A nombres como Miguel Colomina y Javier Goerlich, gran artífice del urbanismo de la ciudad moderna desde su puesto como Arquitecto Mayor de València, se unen los de Albert Ballesteros, Ignacio de Cárdenas, Pascual Gimeno, Gómez Davó o Vicente Figuerola.
La nueva arquitectura moderna, entre el art decó y el racionalismo arquitectónico valenciano, tomaba así posesión de una gran vía que nunca llegó a serlo, la gran vía que nunca existió.