La mayor retrospectiva sobre Manuela Ballester le rinde homenaje a los 30 años de su muerte

13 marzo 2024

por | 13 marzo 2024

Cuando se cumplen 30 años de la muerte de la artista valenciana Manuela Ballester (Valencia, 17 de noviembre de 1908 – Berlín, 7 de noviembre de 1994), la Universitat de València presenta en el Centre Cultural La Nau la mayor retrospectiva sobre la artista con más de 380 obras suyas y con material inédito de tres de los países en los que residió la artista: España, México y Alemania. 

Gráfica de la muestra retrospectiva realizada por el diseñador Ibán Ramón.

‘Manuela Ballester. Pintar frente a todo’ es fruto de casi una década de minuciosa investigación y está comisariada por Carmen Gaitán Salinas, científica titular del Departamento de Historia del Arte y Patrimonio del CSIC. La muestra quiere contribuir a comprender el alcance y la importancia de la actividad artística de la pintora, al tiempo que arroja luz sobre obras inéditas y se establece como la primera gran retrospectiva de la artista que une numerosas y heterogéneas obras, por su formato, lenguaje y técnica, de su extensa producción, fuera y dentro de España.

Desde Valencia, pasando por el exilio mexicano y la República Democrática Alemana, Ballester experimentó una vida entre pinceles, murales y luchas personales. La exposición integra pinturas -incluidos retratos, género pictórico en el que la artista destacó-, ilustraciones en revistas y portadas para editoriales, figurines de modas, carteles y proyectos murales y publicitarios. Estas obras se ponen en contexto con fotografías, publicaciones y documentos de archivo que ayudan a conocer su compleja trayectoria.  

Manuela Ballester, 1932. Fundació Josep Renau.

Creadora incansable, Manuela Ballester, perteneciente a la llamada “generación valenciana de los treinta”, forjó, con tenacidad y esmero, un legado que trasciende fronteras y épocas, pero cuya obra “todavía esperaba un merecido reconocimiento”, según explica Gaitán sobre la prolífica artista valenciana.

“El título de la exposición intenta reflejar esas dificultades y obstáculos -como diría Germaine Greer- que tuvo que afrontar Ballester, derivadas de sus roles como esposa, al lado de un artista como Josep Renau, y madre de una familia numerosa, al tener que hacerse cargo de sus cinco hijos, pero también de la obligada huida de la patria”. Y añade Gaitán Salinas que la producción de Ballester fue determinante para “la Modernidad española, para la República y, por supuesto, para los contextos del exilio”.

Manuela Ballester y su familia.

La singularidad de esta exposición radica en que es la mayor retrospectiva sobre la artista y en que la Universitat de València se ha convertido “en el punto de encuentro” de las distintas obras. Con un total de 50 prestadores, en su mayoría coleccionistas privados, la mayor complejidad ha sido precisamente localizar y registrar, para luego reunir en un único lugar, la heterogénea y amplia producción artística. Además, la exposición cuenta con la colaboración institucional del IVAM, la Diputación de Valencia (Igualdad), la Fundación Josep Renau, el Ministerio de Ciencia e Innovación (Instituto de Historia – CSIC) y el Ministerio de Igualdad (Instituto de las Mujeres). 

Las obras

La exposición, que ocupa las salas Acadèmia y Estudi General, se articula en cuatro secciones. El recorrido se inicia precisamente en la Acadèmia, donde pueden visitarse las tres primeras secciones que dirigen la atención hacia la formación de la artista y sus años de juventud, su actividad durante la República y el conflicto bélico español y, por último, el amplio abanico de lenguajes y medios artísticos en su exilio mexicano.

En la parte dedicada a los años de formación artística se ha recuperado diversa documentación sobre su tiempo en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos y su probable paso por el taller de fotograbado de su tío Estanislao Vilaseca.

También se recogen los primeros concursos que ganó y sus primeras obras en algunas publicaciones, como la portada para la revista Blanco y Negro, o sus primeros lienzos, como el cuadro Mis hermanitas Rosita y Fina (1929). Incluso, algunos trabajos de formación, que ven la luz por primera vez para la ciudadanía al recuperarse expresamente para esta exposición. 

Materiales de archivo que se muestran en la exposición.

La segunda sección está dedicada a la República y a la Guerra Civil y pone de relevancia el papel que tuvo la artista en este periodo, pese a tener ya un hijo pequeño y dar a luz a su segunda hija en pleno conflicto, en 1937. Manuela Ballester tuvo un papel muy activo y fue una persona muy concienciada sobre lo que las mujeres podían hacer desde la retaguardia y en favor del frente republicano. De hecho, Ballester fue fundadora y directora de la emblemática revista Pasionaria, creada en València, de la que se muestran varios ejemplares.

Este apartado también incluye material inédito, como el diseño del cartel Nuestra fuerza es también necesaria para la victoria (1938). Asimismo, incorpora un guiño a la colaboración entre el matrimonio de artistas: la realización de la portada y la contraportada para un número de la revista Ejército del Ebro, donde Renau realiza la cubierta y Manuela Ballester la parte posterior de la publicación. 

Portada para la revista ‘Pasionaria. Revista de las mujeres antifascistas de Valencia’ (1936, Col·lecció Cristina Escrivà).

Cartel de Manuela Ballester.

La tercera sección, titulada Mis días en México, se dedica a los 20 años de exilio que Ballester estuvo en este país. Uno de los apartados con más obras: más de 60 piezas en pared y 70 en vitrina, aparte de vinilos y otros materiales. Es una etapa muy prolífica, porque reúne las obras desde junio de 1939, cuando el matrimonio Renau-Ballester llega al país americano, hasta agosto de 1959, año en que Manuela decide exiliarse a la RDA, donde ya se había marchado Renau un año antes.

Muchas de las obras de esta etapa son encargos para el taller de publicidad puesto en marcha por Renau, lo cual contribuyó a su subsistencia en la situación de crisis sobrevenida por el exilio. Fueron proyectos de diferente naturaleza en los que en ocasiones colaboró la familia y donde se enmarcan, por ejemplo, los carteles de cine o los trabajos para publicidad.

Por otro lado, en este apartado también se ve la labor de Ballester como ilustradora en numerosas publicaciones, entre las que destaca la dirección artística de la revista Mujeres Españolas, así como su presencia en el mundo de la indumentaria y su personal destreza como retratista: le gustaba representar a sus amistades y, muy especialmente, a su familia.

La exposición ha conseguido el hito de reunir por primera vez los retratos de sus cinco hijos realizados entre el verano y el otoño de 1949, algo muy complejo porque los cuadros de los cinco hermanos pertenecen a distintos coleccionistas. También aparece un retrato dibujado a carboncillo del rector de la Universitat de València, José Puche, exiliado a México y que Manuela Ballester retrató en 1945 porque era amigo de la familia. 

Manuela Ballester. Totli Renau, (1949). Colección Museo Kaluz.

Por último, la sala Estudi General recoge La RDA y otros viajes, unas 80 piezas en pared y aproximadamente 35 en vitrina para visualizar los 35 años –de 1959 a 1994- de la vida de Ballester. Y es que, aunque la artista vivió en Alemania, realizó muchos viajes, ya que se instaló en el país germano solo con sus dos hijos pequeños, pero tenía a su familia y amigos repartidos, entre La Habana, Barcelona, México y València, y viajó sin descanso para reunirse con sus hijas, hijos, hermanas y hermanos.

En esta sección se reúnen por primera vez cuatro paisajes nevados alemanes pertenecientes a distintas colecciones privadas. Hay una gran cantidad de dibujos de Berlín hechos a carboncillo y numerosos grabados de corte político realizados para publicaciones como España Republicana, pero también de otras temáticas. Igualmente, en la última parte de esta sala, se incluye una gran cantidad de retratos -algunos también inéditos- y folletos de galerías valencianas donde Ballester expuso entre 1975 y comienzos de 1980, además de otras piezas. 

La exposición, que se puede visitar gratuitamente hasta el próximo 1 de septiembre, se completa con un cuidado catálogo, donde han participado nueve investigadores en arte y exilio, y que se presentará el próximo mes de junio en el marco de un seminario internacional.

Fotografía: D.R. Foto de portada: Manuela Ballester con sus hijos Teresa y Pablo en México, (1949). Colecció Teresa Renau Ballester.
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