«La verdad es que creo que la diferencia de Cuaderno Blablabla con otros formatos es que este no es un evento endogámico. Está hecho para que todo el mundo con inquietudes creativas venga. Evidentemente hay creadores varies, pero también hay gente de todos los ámbitos. Los eventos de diseño puro y duro hacen que gente sin esa pose se sienta incómoda. En Cuaderno, todo el mundo se siente cómodo. Hacemos comunidad, pero sin querer, casi», explica el ilustrador Sergio Membrillas.
Suya fue la idea de montar los encuentros culturales de «Cuaderno Blablabla», una iniciativa que se celebra en la librería Bangarang de València, ya va por su tercera edición, donde se une arte, diseño y música ante un aforo compuesto por gente curiosa.
«Charlas creativas para gente creativa. La mecánica de Cuaderno es sencilla: una charla cada tres meses en Bangarang. Por un módico precio las personas interesadas podrán acceder a las charlas de les ponentes. Cervezas, conversación, merchandising y alegría», resume su promotor.
Membrillas hace público quienes serán los invitados a dar las charlas. «Esta edición viene con un cartelazo de lujo formado por Ingrid Picanyol, (joven diseñadora mega puntera de Barcelona ), Cinta Arribas (ilustradora de cabecera de El País), José Quintanar (reconocido artista) y Dani Pujalte (fotógrafo megatop de Barcelona). Cuaderno Blablabla se basa en que si le coges el teléfono a cualquier persona y ves sus seguidos en IG, te sorprenderían la de seguidores que tienes en común», afirma.
Cuaderno Blablabla es un evento de día y un intento de dinamizar la ciudad y sus rutinas creativas. «Por eso el bono es para todo el año. Para que València no sea un desierto después de ir a un evento de cuatro creatives hablando. Cuaderno lo dosifica y genera un entramado de planes para que València mejore un poquito su pedigree cultural», apunta Membrillas.
«Luego está la idea de que Cuaderno Blablabla sea como un concierto. Tras la charla, les artistes pueden vender su merchan. No ha sido una ni dos, las veces que he ido a ver a alguien hablar y he comprado sus prints o libros por internet. It feels weird». Así, el formato de pequeña comunidad funciona muy bien. «A veces, si todo fluye, vamos a comer todos juntes».
«No sé si esto existe en más sitios de España, pero lo que sí que sé es que mucha gente de Madrid y Barcelona piropea el proyecto y lo conocen ya. Es más, quieren venir a hablar. Eso me hace tremendamente feliz. Al final somos 60 frikis en una librería, como si fuera una radio pirata en los 70, escuchando a alguien hablar sobre su mundo creativo», explica.
«Ya ha habido varios highlights en las dos ediciones anteriores, como Robbie Whitehead, Roda, Alba Yruela, Olga Capdevila, Querida… Si piensas que hemos metido a uno de los editores de la revista Apartamento en una librería de València un sábado por la tarde y ha acabado haciéndonos retratos a todas, es para que te dé algo».
«Y todo desde un DIY sonrojante. Esta edición estaba sold out antes de salir el cartel. Eso nos dice que este proyecto hace falta en esta ciudad, y la verdad, estoy muy agradecido a la gente y a los sponsors que lo hacen posible», concluye.