Oda es un proyecto que fusiona comida y diseño, donde ambos aspectos son igualmente protagonistas. Hace unos días tuvo lugar la Oda a la Calabaza, el segundo volumen de un encuentro que une diseño, creatividad y comida durante tres días, convocando a los participantes, en esta ocasión, a disfrutar de la instalación efímera creada en el estudio de Balzar Arquitectos.
Si la parte culinaria fue bien, el trabajo de dirección creativa y diseño hizo que la Oda a la Calabaza fuera una experiencia completa. Desde la reflexión y el concepto, el diseño gráfico, la intervención en el espacio, el set design de todas las mesas, la decoración y el menú hasta las piezas escultóricas, «todo respiró ese aire de homenaje que viene siendo una oda: una composición de tono elevado que ensalza algo», explican Marta Marco y Cristina Pérez, quienes desarrollaron la instalación creativa desde cero.
El elogio a la calabaza se vio reflejado en cada detalle, en todas las esculturas de los centros de mesa: el “calabadro” (calabaza-candelabro), la calabaza esmaltada con sémola de arroz y la calabaza-ser, intervenida con piezas de forja de los años 60, fueron algunas obras de las diseñadoras.
Las creadoras de Oda, en su búsqueda por colaborar con proyectos y proveedores locales que compartan sus valores y tengan sensibilidad por el diseño, contaron con varios proyectos amigos.
La instalación del pase “pasota” se basó en una reflexión sobre los no-gestos que hacemos en nuestro día a día y que conducen al consumo masivo. Para ello, el equipo de Oda en colaboración con Sirope Lab, crearon una pieza escultórica a partir de biomateriales, utilizando residuos y desperdicios como pieles de naranja, así como otros productos orgánicos como algas y espirulina.
Para el postre, el pase “geométrico”, ofrecieron helado de calabaza asada de la firma Esneu, acompañado de galletas caseras de algarroba, mantequilla, jengibre y miel. Las calabazas utilizadas por Esneu, un obrador artesanal de Novelda, provienen de la huerta de Toni Misiano, agricultor que trabaja para Ricard Camarena.
Los asistentes pudieron disfrutar cómodamente de unas sillas creadas con un acabado exclusivo para la Oda a la Calabaza. Se trata del modelo Halo, diseño de Francesc Rifé, de Blasco&Vila. De forma conjunta Oda, Balzar Arquitectos y Blasco&Vila seleccionaron un nuevo color, un gris antracita, que marinaba a la perfección con el espacio, la estética y el concepto de la instalación creativa.
El espacio de Balzar Arquitectos, el estudio donde tuvo lugar la Oda a la Calabaza, fue otro de los protagonistas. Un lienzo armónico de hormigón, madera y acero que sirvió a Marta y Cristina para crear, jugar y combinar con todo el universo de Oda.
Pasaron por Oda personas vinculadas al mundo de la arquitectura y el diseño como Nihil Estudio, Ramón Esteve Estudio, Srta. Rottenmeier Arquitectura, Teulat, Blasco&Vila, Balzar Arquitectos, Open House Valencia, Signe, Canoa Lab, Plou Estudi y Lanevera Ediciones. La instalación creativa efímera colgó el cartel de “agotado” apenas tres semanas después de su lanzamiento.
Oda es un proyecto que nace con el objetivo de ensalzar un alimento a manjar a través de una reflexión, de un concepto potente y una dirección creativa que rinde homenaje a la estética. La intención del equipo de Oda es llevar su propuesta a nuevos ámbitos: donde una marca desee comunicar el lanzamiento de un producto, donde una empresa quiera celebrar una novedad o donde otro proyecto busque colaborar. Su objetivo para 2025 es expandir horizontes y crear odas para otros.