Daniel Rueda: el arte de documentar lo efímero

27 marzo 2023

por | 27 marzo 2023

El fotógrafo y arquitecto Daniel Rueda, cuyo nombre va casi siempre unido en el mismo renglón al de Anna Devís, con la que hace verdaderas maravillas creativas, se encontró a mitad de marzo con la posibilidad de escaparse a fotografiar algo que no siempre puede hacer: las fallas.

Devís y Rueda acababan de terminar de crear una imagen para la etiqueta de una botella de vino y contaban con un pequeño hueco hasta empezar el siguiente trabajo: ilustrar los carteles de toda la temporada de conciertos de una orquesta nacional. En esas, Daniel se lanzó a las calles de Valencia, atestada de gente (pero eso es otro tema), en busca de su objetivo.

«Como fotógrafo de arquitectura, mi trabajo habitualmente consiste en documentar las obras terminadas y tratar de capturar la visión de su diseñador para que ésta perdure en el tiempo a través de las imágenes, independientemente de los cambios que sufra en el futuro», explica.

«Sin embargo, con las Fallas de Valencia, la mayoría de las veces no hay tiempo para esto, ya que a los pocos días de su creación sucumben bajo las llamas sin que quede un registro gráfico de ellas. Esta es una de las razones por las que me siento muy afortunado de poder documentar estas obras de arte efímeras, ya que me permite preservar su legado visual y mostrar su belleza al mundo, antes de que desaparezcan para siempre. Me entristece mucho cuando pienso que hay fallas que no han sido documentadas adecuadamente y cuyo recuerdo depende sólo de nuestra memoria y de unos stories en Instagram, también efímeros».

Falla Corona, obra de Escif (2023).

Falla JJDómine-Port, obra de Diego Mir (2023).

Falla de la plaza del Ayuntamiento, obra de la ilustradora Marina Puche (2023).

Falla Castielfabib, obra de Reyes Pe (2023).

Respecto a ese binomio de arquitectura y monumentos, Daniel Rueda lo tiene claro. «Las Fallas de Valencia son únicas en el sentido de que se realizan en el corazón de la ciudad, a diferencia de otras celebraciones de arte efímero que pueden tener lugar en espacios más aislados, como el Burning Man, en el desierto de Nevada».

«Durante unos días, la ciudad se convierte en el escenario principal de estas construcciones efímeras. Esa interacción entre la escultura, la arquitectura y el espacio urbano es algo difícil de encontrar en otro lugar del mundo y creo que hay que ponerlo más en valor. Sin la ciudad de Valencia como telón de fondo no existirían las fallas, por eso para mí son un binomio inseparable». 

Falla Lepanto, obra de Anna Ruiz (2022).

Falla del Ayuntamiento, obra de Escif (2020).

Falla Corona, obra de Miguel Hache (2019).

Falla del Ayuntamiento, obra de Pichiavo (2019).

Falla del Ayuntamiento, obra de Okuda (2018).

Falla Corona, obra de Fermín Jiménez Landa (2018).

Falla Corona, obra del ilustrador y diseñador, doble premio nacional, Isidro Ferrer (2017).


¿Qué crees que tienen en común este tipo de fotos con las que soléis hacer Anna y tú habitualmente?

«Aunque a primera vista son trabajos muy distintos, creo que comparten la misma filosofía: celebrar la creatividad y la belleza allí donde se encuentre. No siempre es la construcción con más presupuesto o con más renombre la que más sorprende. En nuestras imágenes, en muchas ocasiones, es la arquitectura cotidiana la que nos inspira a crear». 

«De igual manera, en las Fallas de Valencia hay vida más allá de la sección especial. De hecho, en mi caso, suelen ser las llamadas “fallas experimentales” las que más me atraen, especialmente aquellas que están firmadas junto con artistas o creadores fuera del mundo de las fallas», concluye.

Fotografía: Daniel Rueda [Foto de portada: Falla Tío Pep, en la plaza de la Reina, obra de Escif].
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