El Café Madrid forma parte de la historia de la ciudad de Valencia desde el siglo pasado. Concretamente fue en el año 1940 cuando abrió sus puertas en el número 10 de la calle l’Abadia de Sant Martí, a pocos pasos de la Plaza de la Reina. Antes de llamarse Café Madrid fue, en los años 30, la cervecería Berlín gracias al empeño de una familia germano suiza llamada Weber, muy conocida entre la colonia de centroeuropeos que campaba por la Valencia del momento. Después, tras un cambio de manos pasó a ser la cervecería Madrid y, más tarde, el café.
Gracias a su privilegiada ubicación, en pleno centro histórico de Valencia, fue cuestión de tiempo que la escena bohemia valenciana, protagonizada por escritores, artistas, intelectuales y otras faunas de la noche, se dieran cita en Café Madrid. Entre sus paredes dicen que nació el mítico brebaje ‘Agua de Valencia’ de la mano de uno de sus dueños, Constante Gil Rodríguez.
El local tiene dos espacios claramente diferenciados: por un lado la planta principal con acceso desde la calle -puerta con puerta con la entrada del hotel contiguo – ambientada con una luz más cálida y mobiliario de estética vintage, como las lámparas de araña o las butacas de terciopelo. Subiendo las escaleras, la planta de arriba está separada en dos salas diáfanas.
En su propuesta de coctelería, Esther Medina-Cuesta, la experta al frente de todo esto, ha configurado una carta donde los cócteles son los máximos protagonistas, además de una selección de destilados, licores, vinos y bebidas sin alcohol.
Ya no es lo que fue, nada lo es, pero sigue siendo el Café Madrid.