Las casas patio del siglo XXI

10 febrero 2021

por | 10 febrero 2021

“Cada vez buscamos más una vuelta a la sencillez, vivir en casas en las que entramos directamente desde la calle, a pie llano, sin verjas, sin porteros, casas en contacto con la tierra, con espacios descubiertos bañados por el sol, donde llueve, casas donde podemos apreciar el paso de las estaciones y las fases de la luna…  y esa forma de vivir nos la dan las casas de pueblo”. El que habla es Arturo Sanz, uno de los arquitectos que componen el estudio Gradolí&Sanz, con cuartel general en Benimaclet, centrado en recuperar este tipo de viviendas desde 2010, como una manera de entender la arquitectura. Las hay en los pueblos, también en algunas zonas de la ciudad, pero sobre todo suponen un gran patrimonio de la cultura constructiva tradicional mediterránea: son las casas patio del siglo XXI.

Tenemos un gran patrimonio de casas de pueblo tradicionales, casas antiguamente vinculadas al uso agrícola. Una tipología basada en la entrada de carro y el patio, en ocasiones con construcciones auxiliares al fondo de la parcela, donde la vida se realizaba principalmente en la planta baja y la planta superior se mantenía diáfana como espacio de almacenaje o cambra», apunta el arquitecto Arturo Sanz. 

«Como sociedad tenemos la oportunidad de recuperar estas casas sacando provecho de sus ventajas: entrada a pie llano desde la calle, existencia de un patio interior, estructura de muros de carga con gran inercia térmica… y a la vez revalorizarlas aportando las soluciones espaciales y funcionales que se derivan de las nuevas formas de vivir de nuestro siglo. Ese es el reto: hacer casas actuales preservando el patrimonio cultural de nuestras casas tradicionales”, explica Sanz.

“No hay casa sin patio ni patio sin árbol

¿Qué es para ellos una casa de pueblo del siglo XXI? Es imprescindible que el patio interior esté ajardinado, a ser posible con uno o más árboles, con suelos blandos y drenantes, “no hay casa sin patio ni patio sin árbol”.

 Las estancias principales, salón, comedor y cocina, vuelcan al patio, que es el centro de la casa, consiguiendo así privacidad y, a la vez, un mayor confort acústico y térmico que en las estancias que dan a la calle.

Ellos rehabilitan partiendo de la premisa de reutilizar al máximo los elementos existentes: la puerta principal, la carpintería interior, los pavimentos, restos arqueológicos…y los completan con materiales recuperados de derribo para que el resultado esté anclado a la memoria y a los recuerdos de sus habitantes. 

También es imprescindible para estos arquitectos usar materiales tradicionales y naturales, así que emplean barro cocido, madera, baldosas hidráulicas y aglomerados en todas sus posibilidades (terrazos, hormigones de cal, con árido reciclado …), buscando las texturas y la pátina que el uso y el tiempo deja en las cosas. 

Y, por último, pero no menos importante, se trata también de reducir al máximo el consumo energético aplicando soluciones constructivas de gran aislamiento e inercia térmica llegando a tener la posibilidad de eliminar las instalaciones de climatización. 

En la Casa Mira, su último trabajo de casa con patio, han rescatado todos los elementos preexistentes con valor, han restaurado la fachada recuperando los arcos de los huecos, y han mantenido el muro de mampostería interior con arcos de ladrillo; han restaurado las puertas interiores, han reubicado los pavimentos de baldosa hidráulica, y han picado los muros medianeros recayentes al patio para mostrar la mampostería. También han reutilizado los sillares tallados encontrados en la excavación como piezas de conducción de agua. 

 

La planta baja está compuesta por espacios interconectados que fluyen a ambos lados del muro de mampostería: salón, cocina, comedor y rincón de lectura junto a la chimenea. La planta superior, compartimentada para poder alojar a una familia de 5 personas, está volcada a las terrazas interiores y comunicada espacialmente con la planta altillo destinada a habitación principal.

Un gran ventanal, incrustado al faldón de la cubierta recayente al patio y orientado al norte, da luz, vistas y amplifica los espacios de la planta primera y del altillo. El ajardinamiento del patio es fundamental dentro de la intervención. Los árboles, trepadoras, arbustos y plantas tapizantes son también, para ellos, «moradores de la casa«. El paisajismo es de Gustavo Marina.

Arturo Sanz, (Montalbán, Teruel, 1963), es autor, junto a Carmel Gradolí, de obras como el Teatro La Rambleta, la Escola Gavina, la rehabilitación del Alto Horno de Sagunto, el edificio Intertronic o el colegio Imagine Montessori School, obras que han merecido diversos premios (premios del COACV, Europa Nostra, ASCER…). Participa en iniciativas vecinales en el barrio de Benimaclet (Valencia) como impulsor de los Huertos Urbanos, coordinador de la Estrategia Integral Participativa “Benimaclet es Futur” y redactor de propuestas alternativas al PAI de Benimaclet Este como el documento «Benimaclet Porta a l’Horta».

En la cuenta de Instagram @casespati muestran todas las viviendas, casas patio del siglo XXI, que van recuperando. La rehabilitación de una alquería en Castellar es el trabajo que están realizando actualmente, Arturo Sanz y el arquitecto Fran López, en esta línea de recuperar «casas con árbol».

Fotografías: Mariela Apollonio
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