La Bienal de Arquitectura de Venecia viene representando la arquitectura ‘del momento’ desde 1980: allí se reconocen trayectorias, buenas ideas (fue premiado Pasqual Maragall y ‘su’ Barcelona), a los medios que hablan de arquitectura (Wim Wenders fue galardonado en esta categoría), se reconoce el trabajo de los fotógrafos que la cuentan (como el magnífico Gabriele Basilico, por ejemplo), se premia al mejor mecenazgo o la mejor exposición sobre arquitectura… hay León de Oro para casi todo y uno de los más ansiados es el premio al mejor pabellón.
El pabellón que presenta España para la 19ª edición de la Exposición Internacional de Arquitectura–La Biennale, en Venecia, está propuesto por Roi Salgueiro y Manuel Bouzas, los comisarios elegidos por concurso para este año, y se construye en torno a una palabra que no existe: Internalities. La forma más sencilla de definir la idea de Internalidad, explican, es en oposición a la de Externalidad, que es un concepto consolidado en disciplinas como la economía y la ecología.
El término Externalidad fue acuñado por el economista británico Arthur Pigou en 1920 para describir los “costes indirectos que afectan a personas y territorios que no mantienen relación con la elaboración de un producto”. De acuerdo con esa definición, son externalidades el conjunto de repercusiones, subproductos, residuos, emisiones y desechos que subyacen, no cuantificados, a los procesos habituales de producción. Uno de esos procesos es la construcción, que es responsable del 37% de las emisiones globales de CO2.
“La construcción genera externalidades cuando extraemos materiales, quemamos energías, desplazamos oficios locales, producimos residuos y generamos emisiones. Las externalidades ocasionan, así, un grave desequilibrio entre los edificios que construimos y los territorios que afectamos”, explican los comisarios, gallegos y residentes en Estados Unidos, donde se conocieron como profesor y alumno dando clases en Harvard.
Combinadas esas externalidades, constituyen la causa central de la crisis medioambiental que Carlo Ratti, responsable de esta edición de la cita en Venecia, pretende abordar. En este sentido, Internalities plantea una arquitectura que responde ante las externalidades medioambientales con el objetivo de revertirlas. Y todo ello, que ya es, sin usar la palabra ‘sostenibilidad’, que los españoles consideran ‘vaga’ y prefieren utilizar ‘descarbonizar’, que tiene una medición mucho más concreta.
Comisarios, autoridades y algunas de las participantes durante la presentación, en La Casa de la Arquitectura, del Pabellón Español de la Bienal de Venecia de este año.
A través de las diferentes propuestas, y con ese hilo conductor, se busca explorar cómo la arquitectura puede aspirar a no depender de un tráfico intercontinental de recursos, sino a ser capaz de equilibrar, de manera interna, las relaciones entre ecologías y economías.
A Bouzas y Salgueiro les llegaron un total de 170 trabajos, de los cuales han seleccionado 16 que son los que, consideran, representarán a la arquitectura española en Venecia para competir por el León de Oro. Premio que ya se llevaron a casa Campo Baeza, en el año 2000, y el dúo formado por Iñaqui Carnicero y Carlos Quintans, en 2016.
A través de proyectos, investigaciones y fotografías, el pabellón en Venecia examinará el uso de recursos locales, regenerativos y de baja huella de carbono. En conjunto, el proyecto cuestiona cómo reducir las emisiones asociadas a los procesos de extracción, fabricación, distribución, instalación y deconstrucción de las arquitecturas que habitamos. La exposición profundiza en las ecologías regionales de recursos como la madera, la piedra y la tierra, así como en los bosques, canteras y suelos de donde provienen.
La muestra consiste en una sala central que actúa como introducción y reunirá los 16 proyectos arquitectónicos seleccionados a través de una convocatoria. Estas obras de arquitectura y paisaje en España realizadas por distintos estudios se presentarán junto a 32 maquetas y demuestran la diversidad de aproximaciones que se están llevando a cabo en todo el país desde la arquitectura para equilibrar ecologías y economías.
Los trabajos seleccionados
Un proyecto, en Pontevedra, de Abalo Alonso Arquitectos, en una foto de ©Santos Díez. La Universidad de Vigo, cuyo campus principal se encuentra a 10 kilómetros del centro, propone la rehabilitación de tres construcciones en el casco histórico con el fin de acercar su actividad al resto de la sociedad. Una caja dentro de otra; madera y piedra. Sistemas industrializados que optimizan el uso del material y su respuesta temporal inspirados, en este caso, en la cercana construcción naval.
Proyecto, en Vizcaya, de BeAr. Foto: ©Luis Diaz. En un barrio residencial de parcelas enrejadas y cuyo mayor valor es todavía no estar ocupado, se ubica esta vivienda que busca en sus condiciones topográficas sus respuestas de proyecto. Estrecha y larga, ni excavada, ni sobre plintos de escombro, la vivienda se posa buscando levitar, manteniendo bajo ella la pronunciada pendiente natural del terreno y colocando minuciosamente sus apo- yos, buscando el estrato rocoso.
Proyecto de Bosch Cadepferro en Girona. Foto: ©Jose Hevia. Proyecto de 35 viviendas a partir de criterios de flexibilidad de programa y reducción de la huella de carbono a lo largo del ciclo de vida del edificio. El uso de paneles de madera contralaminada plantea una tipología de estructura muraria y define espacios habitables similares entre elementos portantes. Las estancias de las viviendas, de unos 12 m2, prevén albergar múltiples usos y permiten ser conectadas a voluntad sugiriendo una apropiación libre y posibles cambios en el programa a lo largo del tiempo. Además de la reducción de la energía incorporada, se propone minimizar la deman- da energética de los espacios habitables combinando un buen aislamiento y la ventilación cruzada con el máximo aprovechamiento de la radiación solar.
Camps Felip Arquitectura. Foto: ©Jose Hevia. El nuevo Centro Cultural está ubicado dentro del histórico complejo cooperativo agrícola de Flix (Tarragona). El proyecto incluye la consolidación estructural de la cubierta, la mejora del aislamiento térmico y la mejora acústica. Se propone un acabado cerámico en un sistema de doble piel que oculta las instalaciones para no desvirtuar el aspecto original y de vacío de la nave. Con esta distribución se consigue poder acoger distintos actos y usos en un espacio diáfano y de gran altura que revitaliza un sitio histórico, minimiza el impacto ambiental y fomenta actividades comunitarias y el compromiso cultural en la región.
Josep Ferrando Architecture + Pedro García Architecture + 2260mm Arquitectes. Foto: ©Adrià Goula. El Parque de Bomberos de Moyá, situado en un entorno rural de Barcelona, se configura como un edificio compacto y austero, articulado mediante pórticos de madera laminada dispuestos perpendicularmente al paisaje. Este sistema estructural permite un diseño de un plano elevado a siete metros del suelo que parece flotar sobre los campos, potenciando la transparencia del conjunto. Su doble escala, concebida como una muñeca rusa, resuelve simultáneamente la domesticidad de los espacios habitados por los bomberos y
la robustez necesaria para alojar los vehículos. Un solo gesto que sistematiza y aúna las demandas funcionales y programáticas. La industrialización de la construcción, basada en elementos prefabricados ensamblados en obra, garantiza precisión, rapidez y versatilidad, facilitando futuras ampliaciones. La relación equilibrada entre eficiencia técnica y sensibilidad territorial convierte este proyecto en una infraestructura destacada.
Un proyecto de Isla. Foto: ©Luis Diaz. La Loggia Baseliana es un pabellón temporal situado en el distrito industrial de Dreispitz, Basilea (Suiza), diseñado para la Architekturwoche Basel 2022, fruto de un concurso internacional en dos fases. Se propuso este pasaje urbano y veranda, actuando como refugio, espacio expositivo y ejemplo de prácticas circulares. La estructura de 50 metros de longitud, compuesta por cinco módulos porticados (“units”), combina materiales reutilizados como madera, acero y tejas de arcilla, todos obtenidos de deconstrucciones locales. El pabellón, inspirado en la arquitectura vernácula, incorpora un techo perforado para iluminación natural y un banco continuo que invita a la observación, fomentando la interacción comunitaria e integrándose en la vida urbana de Basilea. La estructura usa como cimentación temporal las vías del tren y se orilla para invitar a los agentes culturales de la ciudad a usar el espacio libre delante.
KAUH arquitectura y paisajismo, con fotografía de ©Fernando Alda. Parque jardines mediterráneos de la Hoya (Almería). Es el final de la rambla que discurre por el barranco que va de la sierra de Gador al mar Medite- rráneo. Forma parte del entorno del conjunto monumental de la Alcazaba y las murallas del cerro de San Cristóbal, ambas del s. XI. Albergó un barrio medieval que pronto se despobló, lo que lo convierte hoy en una gran reserva arqueológica. Posteriormente, el espacio se dedicó a la agricultura legando una estructura de terrazas y una red de riego. Su abandono, a finales del s. XX, dio paso a un descampado marginal. El proyecto recupera la Hoya como un espacio público. Se fundamenta en el propio lugar, a partir de desvelar las prexistencias y descubrir su memoria, se celebra el paisaje patrimonial natural y cultural del que es parte, apor- tando como capa contemporánea, en lo conceptual, formal y constructivo, el compromiso de la arquitectura en responder a la crisis climática.
Peris + Toral Arquitectes, proyecto RAW ROOMS, casas de tierra, 43 Viviendas sociales en Ibiza. Fotografía: ©Jose Hevia. En un entorno sin un tejido urbano definido, la propuesta prioriza el asoleo y la orientación al mar para buscar los vientos dominantes. Se trata de una propuesta de alta densidad, que concentra la edificación en una pieza de gran escala cuya fragmentación permite el diálogo con las viviendas unifamiliares del entorno. El proyecto plantea un sistema de habitaciones comunicantes, insertadas entre los muros de carga, de manera que la estructura conforma el espacio.
Sebastián Arquitectos y su proyecto Rolling Stones, restauración de la Ermita de San Juan de Ruesta en el Camino de Santiago (Zaragoza). Fotografía: ©Iñaki Bergera. Uno de los mayores retos que plantea la restauración es la recuperación de los fragmentos perdidos de la arquitectura. La ermita planteaba una laguna de un 40% del volumen de un primitivo templo románico del s. XII a los pies del Camino de Santiago, arruinado por una desafortunada negligencia administrativa en 2001. La estrategia del proyecto consistió en recuperar la imagen del poderoso y compacto volumen original que se recorta contra el paisaje de fondo de la Sierra de Leyre, imagen que recibía al peregrino y que se perdió con el hundimiento. La evocación como herramienta de proyecto, permitió recuperar uno de los principales valores del edificio original, su silueta pétrea, hasta el punto de que cuando se perdió dejó de ser arquitectura para convertirse en ruina. Tanto cubierta como paramentos debían compartir un mismo lenguaje, una nueva sintaxis fijada por una pauta abstracta, reconocible, continua y regular de líneas horizontales de piedra.
H arquitectes, Viviendas sociales en Palma, Mallorca. Foto: ©Jesús Granada. En la parcela había una antigua escuela de muros estructurales de marés que estaban obligados a demoler a causa de su mal estado. La estrategia diferencial del proyecto es el aprovechamiento del material del derribo como recurso para construir el nuevo edificio. Una vez concluido el derribo, se aprovechó casi toda la ruina de la obra, según el tipo de material: en pozos de cimentación y construyendo grandes bloques de hormigón ciclópeo de cal mezclado con marés reciclado. Los bloques se apilan para construir unos muros de carga, reduciendo su grosor
en cada planta para apoyar directamente los techos de madera contralaminada y reducir la duración de las obras. Toda la organización espacial y programática del edificio responde al sistema estructural descrito;
la composición de la planta se organiza con un núcleo de escaleras en la esquina, que da acceso a una pasarela en el jardín interior, desde donde se accede a cada una de las viviendas.
Proyecto de Bamba Studio+ Natura Futura en Ecuador. Foto: ©JAG Studio. Las Tejedoras es un manifiesto contra la deforestación de bosque seco causada por los planes urbanísticos. El proyecto busca ser un espacio de intermediación de procesos de desarrollo productivo, vinculando a mujeres en condición de desempleo mediante la participación activa, la potencialización de las técnicas artesanales locales y la dinamización del aprendizaje como herramienta de empoderamiento. La estrategia de regeneración del ecosistema parte de la implementación de un patio central con vegetación endémica como lugar de encuentro y exposición contenido por dos naves laterales con aulas, cafetería, tienda, residencia y servicios, y una central donde se confeccionan los tejidos artesanales.
Proyecto de Branco del Rio Arquitectos en Piodão (Portugal). Foto: ©Frederico Martinho. El programa buscaba arreglar la entrada del pueblo, el único espacio abierto y llano, deteriorado por años de uso como aparcamiento, y rehabilitar la Oficina de Turismo, un edificio confuso por sucesivas intervenciones aisladas sin una idea global. Con el objetivo de crear un espacio de bienvenida y de punto de encuentro, se buscó conformar el espacio para definir una plaza.
Emiliano López y Mónica Rivera Arquitectos. Casa en Arteaga (Vizcaya). Foto: ©Luis Díaz. La casa se encuentra en los límites edificables de Arteaga en el entorno de los humedales de la reserva de la biosfera del Urdaibai. La propuesta se adapta a la suave pendiente del terreno sin apenas modificarlo ni tocarlo. Grandes piedras calizas de Markina posadas sobre pozos rellenos de balasto elevan la casa en su totalidad, despegándose del suelo para dejar pasar intacto el terreno y el aire bajo la casa. La casa se concibe de manera industrializada empleando elementos estructurales de madera contra laminada que llegan a obra en piezas mecanizadas en fábrica para su rápido ensamblaje. En el interior, espacios comunes de mayor tamaño se complementan con espacios íntimos menores que arropan al individuo. La madera estructural se ha dejado vista aplicando aceites naturales y pinturas de silicato libres de contaminantes orgánicos persistentes y garantizando una alta calidad del aire. La total construcción en madera acentúa la sensación de cobijo y convierte la casa en un mueble.
Proyecto de Munarq. Foto: ©Ricard López. Ca na Pau es un hábitat diseñado a partir de los recursos disponibles. En este caso, balasto, un tipo específico de tierra que presenta una excelente cohesión, utilizada para construir todos los muros de la casa. La idea de oasis surge de la necesidad de protección frente a la inmensidad del campo, el viento y el sol, así como de la intención de continuar con la tradición del patio en la arquitectura mediterránea. Vivir en el campo significa estar expuesto a los elementos y tener una sensación de amplitud. Para contrarrestar esto, la casa incorpora el concepto de patio, con una superficie igual a la de la casa principal. Este espacio se adapta a las necesidades cambiantes, enmarca el paisaje circundante y crea una interacción dinámica interior-exterior. Es un recinto resguardado, que protege del sol, del viento y de la inmensidad del terreno, que encierra en un espacio semi cerrado a la vez que abre huecos que ofrecen vistas.
TAKK (Mireia Luzárraga y Alejandro Muiño). Foto: ©Jose Hevia. “The Day After House” es la reforma de un piso, pero también una oportunidad para ensayar nuevos modelos de habitar un mundo en el que la civilización fósil se desploma. Tras la popularización de conceptos como nuevo régimen climático, emergencia climática o apocalipsis climático, ¿puede “lo doméstico” trascender su pequeña escala y ser objeto de disputa termoambiental? En caso afirmativo, ¿de qué manera sus condiciones materiales, formales, o programáticas deberían ser (re)pensadas a tal efecto? El proyecto trata de movilizar estas y otras cuestiones desde un caso particular de renovación habitacional de presupuesto limitado pero con voluntad universal y de respuesta a un futuro cada vez más presente.
TEd’A Arquitectes. Foto: ©Luis Díaz. Una casa patio que recoge las estrategias tipológicas y climáticas tradicionales, que se actualizan según las exigencias contemporáneas y se adaptan a las particularidades concretas del solar. La parcela, situada en la periferia de Llubí, en Mallorca, es de proporciones alargadas, en sentido aproximadamente norte-sur. En el lado norte, está la calle de acceso y vistas hacia la sierra de Tramuntana. En el lado sur, el espacio exterior más privado, además del sol y el ‘embat’, la brisa marina que en los momentos más calurosos del verano sopla de mar a tierra. La propuesta se ordena siguiendo el sentido longitudinal de la parcela. Así es como la estructura de muros portantes y las pequeñas bóvedas siguen la dirección larga del solar, acompañando el movimiento de la brisa y provocando la ventilación cruzada. Incorporando estos recursos pasivos, contribuimos al confort natural de la casa, minimizando al mismo tiempo su consumo energético.
Las salas laterales del Pabellón de España
Esta visión general se completa con las cinco salas laterales que acogerán los resultados de los temas de investigación abordados por los equipos de investigadores y arquitectas para analizar la descarbonización de la arquitectura en España: Materiales, Energía, Oficios, Residuos y Emisiones. Estas salas laterales completarán el discurso del pabellón, señalando las alternativas que se están planteando en España para dar respuesta a la problemática planteada.
Materiales. Investigación de Daniel Ibáñez, Carla Ferrer. Fotografía: María Azkarate. Geografía: Cornisa Cantábrica
Material: Madera. Tala selectiva en los montes de Altzusta (Bizkaia). Los sistemas constructivos habituales requieren de un flujo de materiales planetario y a menudo intrazable. Dependen de una serie de espacios externalizados y ocultos: la mina de cobre, las balsas de lodos de la producción de aluminio, las centrales donde se calcina el clinker de cemento. Su pro- ducción y transporte necesita tal cantidad de energía fósil que la construcción genera alrededor del 37% de C02. A través de la investigación de una serie de obras ejemplares, en esta sala se verá que la transición de la externalidad a la internalidad pasa por revaluar y aprovechar materiales de origen local, regenerativos, de baja huella ecológica, y que a menudo provienen de ecosistemas productivos regionales de cercanía.
Sala Energía. Investigación: Estar (Aurora Armental, Stefano Ciurlo) Fotografía: Luis Díaz. Geografía: Costa Atlántica
El embalse del Eume, en la imagen, fue construido para regular el caudal del rio y generar energía hidroeléctricas aguas abajo, junto a la antigua central de Ventureira. La presa, diseñada por Luciano Yordi y finalizada en 1960, es una cúpula de doble curvatura que transmite la presión del agua a las paredes del cañón. Esta sala explora las relaciones entre estos paisajes y una nueva arquitectura energética. El trabajo de investigación y fotografía reflejará una posición alternativa a la transición energética, que muestran sus distintas escalas de operación, desde el edificio como lugar de producción y consumo, hasta el territorio como paisaje operacionalizado.
Sala Oficios. Investigación: Anna & Eugeni Bach. Fotografía: Caterina Barjau. Geografía: Arco Mediterráneo. En la imagen, Toni Cumella en su taller esmaltando unas piezas especiales para la Sagrada Familia de Barcelona. Zona de extrusión en el taller de Cerámica Cumella, Granollers (Barcelona). Tras un edificio hay trabajo, personas, cuerpos, manos; oficios que representan conocimientos y modos de hacer. Hay carpinteros y canteros, jardineros y técnicos forestales, horneros que cuecen cerámica. Las arquitecturas de la internalidad revalorizan los saberes y técnicas involucradas en la construcción, que permiten pasar de la actual dependencia en técnicas y recursos globalizadas (hormigón, aluminio, acero, plásticos, etc.) a unos modos de producir que trabajan con cuánto está disponible en el territorio. Buscan con ello asociar arquitecturas a saberes colectivos, economías y ecologías; inventar culturas de trabajo o regenerar oficios que se han perdido. El objeto de la investigación y fotografías de esta sala es mostrar esos oficios y los cuerpos y utensilios que los llevan a cabo, acercándose, en suma, a la internalidad desde su lado humano.
Sala Residuos. Investigación: Lucas Muñoz. Fotografía: Ana Amado. Geografía: Zona centro
Material: Subproductos y desechos. Recepción y volcado de contenedores de residuos mezclados de construcción y demolición (RCD). Planta de reciclaje Dersa Reciclaje y Gestión. Villaverde (Madrid). Nos hemos acostumbrado a entender demolición y generación de residuos como partes inevitables del proceso constructivo. Hemos aceptado un bajo índice de reutilización y reciclabilidad del material. Para revertir este contexto, es necesario mostrar cómo la arquitectura internalizada avanza hacia escenarios de baja producción y acumulación de residuos, a través de prácticas que favorecen la recuperación de residuos previos y la minimización de residuos futuros. El objeto de esta sala es profundizar en una serie de obras ejemplares que utilizan materiales descartados y reciclados, en los cambios y transformaciones posibles a lo largo de su vida útil, y que contemplan su parcial o total deconstrucción.
Sala Emisiones. Investigación: Carles Oliver y David Mayol. Fotografía: Milena Villalba. Geografía: Islas Baleares.
Material: Marés, Posidonia, Madera, Tierra, Minería urbana. En la imagen, Ghiorghio y los bloques de minería urbana de piedra arenisca reciclada de la demolición del edificio existente en el solar de 25 Alojamientos dotacionales para gente mayor en Palma, de HArquitectes. La selección de las obras presentadas en esta sala se distingue por su aportación a cómo implementar políticas efectivas de descarbonización. La investigación y fotografías desvelan métricas y datos, huellas ecológicas y paisajes internalizados. Documentos, diagramas e instrumentos de cuantificación permitirán abordar el reto más relevante para el conjunto del planeta: cómo reducir nuestras emisiones de C02.
Los comisarios de todo esto en Venecia
Roi Salgueiro es un arquitecto y urbanista, doctorado suma cum laude por la UPC y Master in Design Studies con honores por Harvard GSD. Es profesor en el Departamento de Arquitectura del MIT, donde es también director curatorial de la Morningside Academy for Design.
Manuel Bouzas es arquitecto, investigador y docente. Reside entre Galicia y Nueva York, donde da clase en Cornell AAP. Se graduó con matrícula de honor en la ETSAM (UPM) y obtuvo el Master in Design Studies en Harvard GSD. Actualmente es editor, junto a Salgueiro, de la revista Obradoiro, del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia. Recientemente ha sido galardonado con el Premio Princesa de Girona Arte 2025.
La Bienal de Arquitectura de Venecia se podrá visitar en diversos espacios de la ciudad (los Giardini, el Arsenale y el Forte Marghera), entre el 10 de mayo y el 23 de noviembre. Aquí, un teaser, a modo de aperitivo, del Pabellón Español en Venecia.