Wicked: Una arquitectura para el universo de Oz

16 febrero 2025

por | 16 febrero 2025

El reto de concretar visualmente un universo físico verosímil constituye uno de los mayores desafíos del diseño de producción y del departamento de arte en las piezas audiovisuales. «Wicked», el esperado blockbuster musical de Universal Pictures, adapta a la gran pantalla la historia alternativa de 1995 a cargo de Gregory Maguire para Oz, el mundo fantástico orquestado por L. Frank Baum hace ya 125 años.

La idea de Baum pasó al dominio público en Estados Unidos a mediados del siglo pasado, favoreciendo las alternativas y el engrosamiento de la propuesta original. A diferencia de la veterana historia de «El maravilloso mago de Oz», que fue concebida como literatura infantil, «Wicked: memorias de una bruja mala», del citado Maguire, es una novela adulta que narra el arco de Elphaba Thropp en su camino para convertirse en la archiconocida bruja mala del oeste. Sobre esta premisa se forjó en 2003 el popular musical del mismo nombre, que ha servido de referente visual para el largometraje que nos ocupa en estas líneas.

La historia genuina de Oz estableció como marco referencial los Estados Unidos; de hecho, hay quien afirma que el relato no es sino una alegoría de la situación económica del país. Dorothy, la protagonista, y sus tíos viven en una granja de Kansas, en un momento donde la mayoría de cuentos populares se nutrían del entorno y la cultura europeos. Por este motivo, no es de extrañar que la película haya buscado también sus referentes visuales en lo típicamente americano, como exploraremos más adelante.

El nominado al Óscar Nathan Crowley, responsable del diseño de producción, señala que el primer acercamiento al «world building» de Oz se realizó a través del esbozo de sus lugares icónicos, como la Ciudad Esmeralda, la Universidad de Shiz, el propio palacio del mago o la región de los Munchkins.

El colorista lienzo de «Munchkinland» («Wicked», 2024) © Universal Pictures.

Así las cosas, el poblado de estos últimos se imaginó como un asentamiento de casas variopintas de estilo vernáculo enraizadas en medio de extensiones de tulipanes, que fueron plantados expresamente para el film alcanzando los 9 millones de bulbos. Esta sensación de vastedad, donde arquitecturas humildes o funcionales constituyen hitos en el paisaje, recuerda a los eternos vacíos cultivados del medio oeste americano, una experiencia visual que el propio Crowley ya trabajó en los campos de maíz de «Interstellar» (2014).

Por su parte, el set de rodaje para la «Shiz University» constituyó un reto constructivo que se prolongó durante unas 20 semanas. El resultado fue un efervescente escenario donde se mezclan estilos artísticos diversos. A diferencia de otras propuestas visuales relacionadas con la magia, «Wicked» no tiene un aspecto medievalista oscuro sino que se opta por estilos coloridos, preciosistas, con estéticas del arte morisco y del románico italiano.

Vista de pájaro de la majestuosa Universidad de Shiz (Wicked, 2024) © Universal Pictures.

Este último estilo lo podemos reconocer en arquillos, columnillas pareadas o en torres huecas recorridas por escaleras en espiral que nos llevan a pensar en otras como la de Pisa; presencia de agua y cerámica que nos traslada a la azulejería islámica o portuguesa e incluso cúpulas bulbosas o encebolladas a modo oriental, toda una amalgama ecléctica llamada a conjugar un lugar genuino para el universo de Oz.

En los espacios interiores de la universidad se respira el espíritu de las artes decorativas combinando reminiscencias de art nouveau —estilo con el que, de hecho, se ilustra el relato original de 1900—, de art déco e incluso se respira el aroma de los cálidos interiores de Frank Lloyd Wright, especialmente en carpinterías, cerrajerías, ornamentación y mobiliario.

Izq.: ilustraciones originales en los libros de Oz de John R. Neill, vía Reddit  | Centro: «Vitebsky Railway Station» (San Petersburgo, 1837), vía Pinterest. Dcha.: Elphaba deambulando por los pasillos de la universidad © Universal Pictures.

Por encima del resto de interiores, destaca la biblioteca del campus por su llamativa propuesta de sala abovedada, con presencia de arcos de herradura y dovelas de dos colores típicas de arquitecturas como la de la Mezquita de Córdoba.

Así, la sala de lectura se cubre con una retícula de cúpulas que nos hacen recordar inevitablemente otra biblioteca: la magnífica Sala Labrouste (1868) de la sede de la Biblioteca Nacional de Francia de la Rue de Richelieu. Si bien es cierto que, por su escala y proporción relajada, este espacio de «Wicked» guarda tal vez mayor vínculo con las formas del pionero valenciano en tierras estadounidenses, Rafael Guastavino.

Izq: el memorable espacio de la sala de lectura de la Universidad de Shiz © Universal Pictures. Dcha.: Incorporación de luz natural a través de las cúpulas de Henri Labrouste  © JC Ballot/BnF/Oppic/Inha/Enc.

«Oyster Bar» en «Grand Central Station» (NYC, 1913) de Rafael Guastavino © C.C. vía National Geographic.

El viaje a Ciudad Esmeralda del último acto cambia el tono estético de la película, cuando Elphaba y su compañera Glinda se embarcan en un tren autómata al más puro estilo «steam punk» al encuentro del mago de Oz.

La sensación de textura, de tacto, que transmite la obra de Wright —aludida unas líneas más arriba— también fue indispensable para no dejar desnuda ninguna fachada de la ciudad, donde se tomó como inspiración la famosa «White City» de la Exposición Mundial Colombina de Chicago de 1893. Allí, otro viejo conocido de la arquitectura americana, Louis Sullivan, levantaría el «Transportation Building», cuya gran puerta de acceso, junto con la entrada principal del derruido «Chicago Stock Exchange Building» (Adler & Sullivan, 1894) parecen inspirar la propia estación de Ciudad Esmeralda.

Estación de la Ciudad Esmeralda © Lara Cornell, Universal Pictures. Dcha.: «Chicago Stock Exchange Building» © Dominio Público.

Por su parte, nos topamos con reminiscencias al Wright más ingenioso al observar el diseño de las columnas del palacio del mago, donde se ha recurrido a unos soportes en cierto modo contraintuitivos. Con estrechamiento en el arranque y ensanchamiento en la coronación, se trata de una lección estructural magistral llevada a cabo por el maestro en su proyecto de oficinas y laboratorios Johnson Wax en los años 30. Esta forma troncocónica invertida también la encontramos en las columnas del palacio minoico de Cnossos en Creta.

Palacio del mago de Oz © Giles Keyte, Universal Pictures. Centro: «Johnson Wax Headquarters» (1936-39, F. Ll. Wright) © Ezra Stoller. Dcha.: Palacio de Cnossos, vía auladehistoria.org

La relación de la obra de estos arquitectos con la historia original de Oz parece surgir de la voluntad de dar forma a un cuento de hadas americano. Este se enriqueció de las conexiones del propio Baum con la ciudad de Chicago, a donde se trasladó en 1891. Allí conoció a la hermana de Wright, Maginel, quien se encargó de ilustrar varias de sus obras.

Un universo imaginado debe ser, a su vez, creíble. La ambiciosa propuesta arquitectónica para ambientar «Wicked» aspira a garantizar que el público que reciba este mundo lo asuma como real. Y esta empresa se consigue incentivando la activación de los lugares comunes y las formas reconocibles del imaginario colectivo.

Mireia Muñoz Vidal es historiadora del Arte, Máster en Cultura Visual y profesora. Raúl Sol Jódar es arquitecto y profesor de Educación Artística.
Fotografía: D.R.

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