“Es habitual pasear por Ciutat Vella y encontrarse algún solar al final de la calle, o a la vuelta de la esquina, al fin y al cabo, aún quedan más de doscientos. Pareciera que el paso del tiempo ha convertido la excepción en la norma”, explica Teresa Revert, arquitecta y coautora de un estudio sobre la situación urbanística actual del distrito valenciano. “Los solares de Ciutat Vella son una oportunidad para revitalizar los barrios y fijar población residente, atraer vecindario a un distrito donde todavía predomina, a duras penas, el uso residencial”. Hay parcelas que llevan así desde hace 40 años.
Las cicatrices de Ciutat Vella: tour de solares y despropósitos
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