El estudio CU4 Arquitectura ha abordado la rehabilitación y acondicionamiento de una vivienda centenaria en el municipio de Meliana (València), en la que se han recuperado dos imponentes arcos originales de piedra y una composición de mosaico Nolla. Un trabajo que ha revelado la belleza interior de una casa de principios del siglo XX, con una superficie de unos 300 metros cuadrados repartidos en dos plantas.
Nolla
El arquitecto Cortina, sus dragones y el mosaico Nolla
Todo aquel que haya paseado por las calles del Centro Histórico y del Ensanche de Valencia ha tenido que ver alguno de los peculiares edificios que proyectó Cortina (1868-1950), ya que, desde su «modernismo fantástico», fue colocando dragones dispersos por la ciudad.
Una exposición en el Museo de Cerámica González Martí rescata al arquitecto Cortina y muestra la faceta de su producción que lo vincula a los pavimentos de Nolla.
A Nolla pongo por testigo
Esta vivienda reformada por Moiz Studio posee un claro protagonista: el suelo. Realizado en Nolla original y conservado en muy buen estado, convive con otros elementos de gran potencial, como los techos altos con molduras y las puertas artesonadas con vidrieras.
Una casa en el Ensanche
El proyecto residencial C4, ubicado en el centro de Valencia, transforma y rehabilita un edificio de 1920 en un inmueble residencial contemporáneo.
Al tratarse de un sitio catalogado con protección singular, este proyecto de ERRE Arquitectura ha tenido que mantener íntegramente la fachada principal convirtiéndose esta en uno de los elementos más singulares del trabajo. Una casa en el Ensanche.
Compartir estudio con un Premio Nacional de Diseño
El diseñador Vicent Martínez trabaja cada día en su estudio, ubicado en un edificio de 1890 en la calle Lauria, donde comparte espacio con tres jóvenes profesionales, Ramón Arnau, Mariola Reyna y la arquitecta Marina Victoria, en lo que supone un coworking de lujo, por contenedor y por contenido.
El Colegio Alemán, puro siglo XX: guerras, burguesía y Grupo Parpalló
El lugar donde se reunían a jugar a los bolos los alemanes que vivían en València, relacionados laboralmente con la exportación de mercancías, dio origen al primer Colegio Alemán de Valencia, en la calle Jai-Alai.
Estamos en 1909 y así empezaba la historia de una institución que iba a reflejar, puntualmente, todas las guerras del siglo pasado, que mira que hubo, y a introducir, en esa mentalidad alemana que la impulsaba, algo tan valenciano como los mosaicos de Nolla y el arte del Grupo Parpalló. Puro siglo XX.